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 La lucha
institucional en Venezuela parece a punto de resolverse con la muerte de uno de los
contrincantes. Miembros de la Asamblea Nacional Constituyente afirmaron ayer que, en vista
de la negativa del Congreso a legislar sobre cuestiones urgentes, la ANC asumiría todas
sus funciones. El poder legislativo está dominado por los partidos tradicionales,
opositores al presidente Hugo Chávez. La Constituyente, donde los partidarios de Chávez
cuentan con una mayoría abrumadora, comenzó a debatir la medida, que sería aprobada hoy
mismo. Chávez justificó la acción de la Asamblea afirmando que si el Congreso “no
quiere asumir su responsabilidad, pues la ANC no tiene otro camino que llenar ese
vacío”. El constituyente opositor Alberto Franceschi denunció que con este último
decreto, la ANC asumiría virtualmente todo el poder del país, por lo que se habría
consumado un “golpe de Estado”. El alcalde de Caracas, Antonio Lezama, advirtió que Venezuela estaba “en camino a un gobierno hegemónico”, y llamó a la formación de un “bloque democrático” contra Chávez. La formación de un frente unido de la oposición venezolana parece urgente, puesto que desde hoy podría perder el poder que le confiere su control del Congreso. “Técnicamente, el Congreso quedaría cerrado”, admitió la constituyente oficialista Desiree Santos Amaral sobre la propuesta planteada ayer por la ANC. La jurisdicción del Congreso ya había sido considerablemente restringida cuando la ANC pasó el miércoles un “decreto de emergencia legislativa”, que redujo las cámaras legislativas a tres comisiones (delegada, finanzas, y controlaría). La propuesta que aprobaría hoy la ANC, ampliaría y completaría este decreto de emergencia, permitiéndole a la Asamblea “asumir las funciones” de estas comisiones cuando éstas “no asuman el ejercicio de las competencias que les corresponden”. La última cláusula revela lo que precipitó a la Asamblea a tomar esta acción. Los legisladores de las comisiones toleradas bajo el decreto de emergencia legislativa se habían negado a reunirse en una sesión que debía celebrarse hoy y a la que los habían convocado para aprobar medidas planteadas por el gobierno: puntualmente, nuevos créditos para el gobierno y un viaje del presidente a Panamá. Esto fue demasiado para Chávez y sus partidarios. “No nos vamos a cruzar de brazos frente a un hecho como éste –disparó ayer el presidente de la ANC Luis Miquilena–, tenemos que establecer los dispositivos necesarios para que la acción de gobierno no se paralice.” El canciller José Vicente Rangel resumió el plan del oficialismo para lidiar con el obstruccionismo de los congresistas opositores: “se les van a ir recortando ciertas funciones; no sé hasta qué punto llegaremos, depende únicamente de ellos, depende si quieren colaborar o sabotear a la ANC”. “(Pero) ellos no quieren colaborar, lo que buscan es sabotear”, concluyó. El presidente respaldó ayer ante el pueblo venezolano la medida de la ANC. “Hago un llamado a todos los hombres y a todas las mujeres de Venezuela a defender la dignidad de toda esta patria nuestra y a plantarnos en defensa de la soberanísima ANC”, declaró durante su programa radial “Aló, presidente”. “La ANC no está para defender a Chávez ni para decidir sobre el gobierno, ni para decidir el futuro de los próximos 10 años o 15 años –aclaró–, allí en la ANC se está debatiendo el nuevo siglo.” Por otra parte, el presidente negó que su país se dirigiera a una régimen autoritario: “no vamos a levantar nosotros banderas de tiranía y persecución, aquí ha habido libertad de prensa, y libertad de pensamiento”.
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