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Por Mariana Enriquez  En el
coqueto boliche Pachá de la Costanera, MTV estuvo haciendo un casting para elegir VJ, es
decir, presentador de videos. Esto enmarcado en el cambio que el canal musical decidió
desde hace unos meses: una programación basada en videos pedidos, con mayor orientación
“comercial” (se eliminaron programas como “Super Rock” o
“Raizónica” que permitían que se emitieran videos de bandas menos
promocionadas), además de una descentralización que implica que sólo un programa se
grabe en Miami, el resto se produzca en Argentina (con la conducción del VJ Alejandro
Lacroix) y que el segmento mexicano desaparezca con un canal especial que transmite desde
el DF y que no se ve en Argentina.Es la primera vez que MTV hace un casting abierto para elegir sus caras públicas, y es evidente que la intención es encontrar algún personaje carismático al estilo Jesse Camps, un chico que conduce en la MTV de EE.UU., dueño de un look extraño que incluye pelos parados y una mezcla glam/punk, además de desenfado y locura. Desde las 8 de la mañana, los chicos hicieron cola en la puerta de Pachá. A pesar de que el lugar del evento podría hacer suponer que se presentaron jóvenes con determinadas características, los aspirantes tenían los looks más diversos: chicos con dreadlocks, con remeras de los Rolling Stones, elegantes niñas con ropa cara, chicos que parecían genios de las computadoras (anteojos incluidos). La única limitación era la edad: los aspirantes debían estar entre los 18 y los 24. Y tenían que llenar un formulario, que además de los habituales datos personales, preguntaba grupo favorito, los últimos cd’s que el aspirante compró, y el último recital al que fue. Las respuestas eran de las más variadas: en la pila de formularios podían leerse favoritos tan disímiles como Massive Attack y los Rolling Stones. “Lo que estamos buscando” dice Cristian Cravello, el gerente de marketing de MTV Argentina, “es personalidad. No nos importa mucho la onda: lo importante es que te digan algo cuando están en cámara”. Algunos se quedaron a dormir en la calle para llegar al casting (que empezaba a las 9 de la mañana y terminaba a las 18). Se presentaron 800, aproximadamente, parejo entre chicos y chicas. Semejante repercusión fue una sorpresa para los organizadores, mientras los chicos daban todo tipo de respuestas: desde que les gusta el canal, hasta que les parece que como trabajo está buenísimo, pasando porque estaban sin trabajo y ésta parecía una oportunidad fantástica hasta la repuesta, quizá más sincera, de que querían hacerse famosos. La prueba, sencilla, consistía sólo en improvisar 3 puntos: presentar su video favorito, presentar los MTV Video Music Awards, y decir, a cámara, por qué el aspirante consideraba que era el más adecuado para el puesto. “No sé por qué”, se reía una chica de ojos azules frente a la cámara. Según Cravello, esta prueba abierta “funcionó, ya vimos a 15 o 10 chicos bárbaros que no habríamos encontrado por agencia”. Este mismo casting se hará en Chile, y de ahí surgirán 4 finalistas, del que después quedará uno, via selección del público del canal. De cada uno de los finalistas se hará un perfil, que saldrá al aire, y después la audiencia de MTV votará al elegido, que debutará el 10 de octubre.
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