Página/12
en Francia
Por Eduardo Febbro
Desde París
¿Qué
porcentaje de nicotina y de alquitrán inhalan los fumadores cuando consumen un paquete de
cigarrillos? La respuesta a esta pregunta suscitó en Francia un escándalo nacional con
derivaciones mundiales. El muy prestigioso y contundente INC, Instituto Nacional del
Consumo, divulgó a través de su revista 60 millones de consumidores un estudio sobre el
porcentaje real de nicotina y alquitrán que contienen los cigarrillos. Aparecen así en
tela de juicio no sólo las normas internacionales de producción de tabaco sino,
también, la mentira comercial de los supuestos cigarrillos suaves o
ultrasuaves. Los resultados del estudio prueban que los niveles de nocividad y los
porcentajes de ambos productos son muy superiores a los que figuran como información en
los paquetes de cigarrillos. Mucho más escandaloso aún, según revela el INC, los
porcentajes de nicotina y alquitrán son todavía más importantes cuando se trata de
cigarrillos suaves y ultrasuaves. El INC realizó una serie de medidas a partir del
postulado según el cual el fumador da una pitada de 45 mililitros cada treinta segundos y
no una pitada de 35 mililitros cada minuto, tal como lo prevén las normas
internacionales. Para algunos cigarrillos ultrasuaves, el porcentaje de alquitrán llega a
multiplicarse por siete.
Las conclusiones del Instituto Nacional del Consumo demuestran globalmente que el
contenido de nicotina y alquitrán es entre dos y once veces superior al que figura en las
marquillas. Desde 1991, un decreto ley obliga a los fabricantes de tabaco franceses a
inscribir en los atados de cigarrillos el porcentaje de nicotina y de alquitrán. Sin
embargo, según asegura el INC, esas medidas no corresponden con la realidad.
La diferencia entre los trabajos del instituto francés y la versión oficial de los
tabacaleros radica en que los parámetros utilizados no son los mismos. Los fabricantes de
cigarrillos usan la norma internacional ISO 3308, a la que el INC estima muy
inspirada por los fabricantes y perfectamente alejada de los hábitos reales de los
fumadores. Dicha norma funciona según el cálculo siguiente: un fumador inhala en
una pitada 35 mililitros de humo y hace una pausa de un minuto entre pitada y pitada.
Falso, clama el INC, que asegura: El volumen de la pitada es de 43 mililitros y el
intervalo entre una y otra asciende a apenas 28 segundos.
El instituto de defensa de los consumidores probó 15 marcas distintas de cigarrillos. Por
ejemplo, el fumador de Marlboro normal la marca más vendida en Francia inhala
dos veces más nicotina y 2,5 veces más alquitrán. En el caso de los cigarrillos
ultrasuaves, éstos declaran 8 y 10 miligramos de alquitrán, pero la cantidad real es
más aplastante. Por esta razón, el INC denuncia el gran engaño de los
cigarrillos ultrasuaves lanzados en los años 70, a fin de calmar al
consumidor preocupado por su salud y, al mismo tiempo, mantener el consumo. En Francia, la
operación dio grandes resultados: el año pasado, más de una tercera parte de los
cigarrillos vendidos eran suaves. Pero de suave no hay nada, tanto más cuanto
que los denominados cigarrillos suaves o ultrasuaves incitan al fumador a dar más pitadas
para obtener así la dosis de nicotina que necesita.
La Secretaría de Estado francesa de Salud y Acción Social advirtió en una entrevista
publicada por el vespertino Le Monde que si esos resultados eran ciertos
conducirían a cambiar la norma ISO 3308 en vigor. La responsable francesa se
pronunció asimismo a favor de que en el futuro los paquetes de cigarrillos mencionen el
porcentaje de monóxido de carbono. Curiosamente, este producto, que es el resultado de la
combustión del tabaco, no aparece en los paquetes. Y sin embargo, es precisamente ese gas
tóxico el que aumenta el riesgo de las enfermedades cardiovasculares.La nicotina crea la
dependencia y el alquitrán provoca el cáncer. En Francia se evalúa en 60.000 la cifra
de muertes prematuras (esencialmente cáncer de pulmón, enfermedades de la
garganta y afecciones cardiovasculares).
En cifras más concretas, el estudio demuestra que, mientras un fumador de cigarrillos
normales da 12 pitadas con las que traga 546 mililitros de humo, el de cigarrillos suaves
o extrasuaves da, de hecho, 15 o 16 pitadas y traga 868 mililitros de humo, es decir, un
37 por ciento más que el fumador de tabaco normal. Para el profesor Gérard Dubois,
experto de la OMS, Organización Mundial de la Salud, según los datos oficiales, la
denominación suave o ultrasuaves es un mero engaño comercial. No sólo los fabricantes
engañan a los fumadores proponiéndoles una alternativa artificial sino que, además, los
mantienen en una situación de dependencia. En suma, parece decir el informe del
INC, fumar supuestamente más suave conduce más rápido al ataúd.
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