Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


LE DEVUELVE LO ROBADO PORQUE FUE ABOGADO SUYO
Ladrón, pero con principios

Un abogado fue robado pero recibió todo de vuelta porque un amigo de los ladrones descubrió que se trataba de su ex defensor.

Denuncia: “Por lo especial de la situación decidí, por ahora, no hacer ninguna denuncia, porque en definitiva me devolvieron todo”, confesó Améndola.

José Luis Améndola recibió las pertenencias en su estudio.
“Doctor, sepa disculpar lo que pasó”, le pidió el ex cliente.

na19fo01.jpg (11279 bytes)

Por Carlos Rodríguez

t.gif (862 bytes) “Doctor, sepa disculpar lo que pasó. No se preocupe, en un rato le devolvemos todo en el estudio.” Cuando cortó la comunicación, el abogado José Luis Améndola creyó que se trataba de una broma, pero pocos minutos después el gentil hombre del teléfono, que resultó ser una persona a la que alguna vez había defendido por distintas causas penales, le reintegró el reloj y los 900 pesos que horas antes le habían sido sustraídos por dos jóvenes que lo encañonaron con un arma. Améndola aclaró a Página/12 que el ladrón agradecido “no estaba” entre los que lo robaron y cuando se presentó personalmente en el estudio del letrado, en el centro de la ciudad de La Plata, se limitó a decir que era “todo lo que había podido recuperar”. En realidad era “exactamente todo” lo que le habían robado a Améndola, quien mantiene en reserva el nombre de su ex cliente.
En épocas en las cuales se alimenta una y otra vez la idea de que los ladrones son cada vez más violentos, Améndola tiene la impresión de haberse cruzado con un delincuente al estilo de fines del siglo pasado. “La verdad que lo que me pasó es algo muy pocas veces visto, si es que alguna vez ocurrió algo así.” El robo se produjo hace ocho días, pero Améndola sólo lo comentó entre algunos colegas, hasta que se enteró la prensa. Ese día salió a las 8.30 en su auto particular, desde Gonnet, localidad en la que vive con su familia. Cuando se detuvo, por un semáforo en rojo, en la esquina de 25 y 500, un hombre se bajó de otro auto.
“Me encañonó con un revólver, bajé el vidrio y muy sintéticamente me dijo que le entregara todas las cosas de valor.” Primero le reclamaron que se quitara el reloj y luego, sin ofrecer resistencia alguna, se desprendió de “toda la plata que llevaba encima, que serían unos 900 pesos”. En el apuro por evitar que los ladrones se ofuscaran, Améndola les entregó también todas sus credenciales. El atraco duró “apenas diez segundos” y, reprochándose la mala suerte, Améndola se encaminó hacia una serie de audiencias en las que debía participar.
“Cuando ya me había olvidado de lo sucedido, en mi estudio (de la calle 13 entre 46 y 47) recibí el llamado de un hombre, que no se identificó, y que me hizo algunas preguntas.” Améndola le confirmó, al entonces desconocido interlocutor, que lo habían asaltado y hasta detalló cuáles habían sido los valores que le arrebataron. La respuesta del hombre fue que esperara “un rato” y que le iban a reintegrar todo. Minutos después la promesa se cumplió cuando llegó “una persona a la que reconocí como un ex cliente mío”, que “sin revelar el nombre de los que me robaron me entregó todo y hasta me presentó sus disculpas”.
Améndola deduce que su “viejo cliente” era conocido de los dos hombres que lo robaron y que lo reconoció porque “ellos se llevaron mis credenciales”. El abogado aclaró que, a pesar de su condición de hombre del Poder Judicial, “por lo especial de la situación decidí, por ahora, no hacer ninguna denuncia, porque en definitiva me devolvieron todo”. También resolvió “ni siquiera mencionar el nombre de mi ex cliente, primero porque desconozco sus actividades actuales y luego porque lo suyo fue un buen gesto que tengo que agradecer”. Estimó que su silencio puede considerarse como “secreto profesional”, aunque admitió, entre risas, que tal vez lo pueden acusar “de encubrimiento”.

 

PRINCIPAL