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Cuando las bombas separatistas
del Cáucaso llegan hasta Moscú

Una bomba estalló ayer en Moscú. Los separatistas islámicos están primeros en la lista de sospechosos. En Daguestán, la lucha continúa. Otra minoría se proclamó autónoma en el Cáucaso.

Agentes policiales rusos en el centro comercial en Moscú donde estalló ayer una bomba.
El alcalde de Moscú Yuri Luzhkov la consideró una “represalia” de separatistas islámicos.

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t.gif (862 bytes)  Rusia se enfrenta a la posibilidad de que la lucha contra el separatismo islámico en el Cáucaso comience a librarse en las calles de sus grandes ciudades. Una bomba estalló ayer en un concurrido centro comercial cerca del Kremlin en Moscú. La explosión dejó 40 personas heridas, cinco de gravedad. La ofensiva rusa contra los guerrilleros islámicos en Daguestán había suscitado la posibilidad de una ola de atentados terroristas, y el alcalde de Moscú y candidato presidencial Yuri Luzkhov consideró que la bomba podría ser una “represalia” por esta operación. En Daguestán, el comando ruso anunció ayer que estaba reduciendo a los últimos bastiones de los guerrilleros islámicos. Pero si la posibilidad de la secesión de Daguestán retrocedió, un nuevo frente pareció abrirse en el norte del Cáucaso: la minoría étnica cherkesa de la república de KarachaievoCherkesia declaró ayer su autonomía de la Federación Rusa.
La bomba que estalló ayer en el centro comercial de Moscú monopolizó la atención rusa. La explosión se produjo a una hora de gran afluencia al shopping y la fuerza del estallido se estimó en 300 kilogramos de TNT. La policía informó que la bomba detonó en una sala de videojuegos, y que la mayor parte de las víctimas fueron jóvenes, cuatro de ellos menores de edad. La autoría del atentado era hasta ayer un misterio. Algunos analistas rusos señalaron que las mafias rusas habitualmente utilizan explosivos en sus guerras privadas. Pero un vocero del servicio de inteligencia ruso, el FSB, no tuvo dudas en rechazar esta versión: “Cuando se produce una explosión de esta magnitud en un lugar tan concurrido, no hay otra palabra para ello que ‘terrorismo’”. Además de ser muy frecuentado, el centro comercial había sido inaugurado para el 850º aniversario de la fundación de Moscú. Se encuentra muy cerca de la Plaza Roja y el Kremlin: un atentado allí podría tener gran valor simbólico para un grupo terrorista. El alcalde Luzkhov llegó a implicar al fundamentalismo islámico cuando declaró que “no excluía” que la bomba fuera una respuesta directa a la ofensiva rusa en Daguestán contra los guerrilleros separatistas. Luzkhov admitió que no poseía pruebas. Desde el inicio de la ofensiva rusa en Daguestán, la teoría de una ola de atentados terroristas islámicos se consideró posible.
Las operaciones rusas en la república caucásica de Daguestán se concentraban ayer en eliminar las últimas áreas de influencia de los rebeldes islámicos. La fuerza de invasión de la vecina república de Chechenia aparentemente admitió la derrota luego de que su líder, el coronel checheno Shamil Basayev, ordenara la semana pasada la retirada. Pero la población de las aldeas de Kara-Maji y Chaba-Majim, de tendencia fundamentalista islámica, se rehusó a dejar las armas y aceptar la autoridad federal. Una tentativa de tomar las aldeas mediante un operativo relámpago fracasó el lunes, y las tropas rusas comenzaron a adoptar tácticas más metódicas. “Los bastiones rebeldes están totalmente rodeados, y vamos a bombardearlos desde el aire y con artillería para desgastarlos, antes de incitar cualquier ataque por tierra”, explicó un portavoz del Ministerio del Interior. El mismo portavoz denunció que los rebeldes están siendo equipados desde la vecina República de Chechenia. Según la agencia rusa Interfax, siete soldados rusos han muerto y otros 31 resultaron heridos desde que comenzaron los enfrentamientos.
Es en este contexto de tensión separatista que la minoría cherkesa en la República de Karachaievo-Cherkesia proclamó súbitamente su autonomía. Los cherkesos tomaron esta actitud a raíz de un resultado desfavorable en una reciente elección presidencial, y por su tradicional hostilidad con otro grupo étnico local, los karachíes. En el principio de la crisis parecía posible que se lograra un compromiso, pero un presidente interino nominado por Moscú fue rechazado abruptamente ayer por los cherkesos, quienes declararon su autonomía. La república por sí sola no es particularmente valiosa económicamente, y hasta ayer no resultaba evidente que la religión fuera el móvil de la declaración de autonomía. Pero la crecientedisposición de las minorías del Cáucaso de proclamarse autónomas no puede más que ser preocupante para Moscú, que podría considerar que se enfrenta a un “efecto dominó” en la región.

 


 

INVESTIGAN EN SUIZA UNA EXPORTACION ILEGAL DE DIVISAS
El “Russiagate” recién ha comenzado

El País de Madrid
Por Rodrigo Fernández Desde Moscú

t.gif (862 bytes) Nikolai Volkov, el fiscal ruso encargado de investigar la exportación ilegal de divisas de Aeroflot, viajó ayer a Suiza para entrevistarse con su homóloga Carla del Ponte, y sus colegas de ese país, y estudiar “las diferentes demandas de ayuda mutua judicial” entre ambos países. Volkov revisará los documentos de la firma Andava, a través de la cual se habría hecho la operación ilegal. Andava estaría controlada por Boris Berezovski, el magnate ruso que tiene amistad con personajes muy cercanos al Kremlin.
Sin embargo, hay indicios de que Berezovski estaría cayendo en desgracia y, según algunas fuentes, el presidente Boris Yeltsin ya no quiere saber nada de él. Mientras tanto, Viktor Chernomyrdin, el ex primer ministro del que también se dice que tendría cuentas bancarias ilegales en el extranjero, desmiente tanto esto como el que Yeltsin esté implicado en casos de corrupción. A principios de año, la fiscalía rusa solicitó ayuda a la Justicia suiza para investigar los fondos provenientes de la corrupción que empresarios y altos cargos políticos rusos habrían depositado en bancos y sociedades suizas.
Lo que están investigando Volkov y sus colegas suizos es el desvío de entre 300 y 500 millones de dólares pertenecientes a Aeroflot. Esta exportación ilegal de divisas habría estado organizada por Berezovski, que hasta principios de año controlaba la más importante compañía aérea rusa. El caso Andava tuvo en jaque a Berezovski en la primavera de este año, cuando se dictó orden de búsqueda y captura en su contra, pero después el magnate, que es amigo de Tatiana Diachenko, la hija y asesora de Yeltsin, logró que se revocara la orden y pudo regresar al país. Ahora, el tiempo se está nublando nuevamente sobre Berezovski: Yeltsin está descontento por los intentos del multimillonario empresario de formar un nuevo partido con el apoyo de una serie de gobernadores para postular un candidato propio a las elecciones presidenciales del 2000. Berezovski no está de acuerdo con la candidatura de Vladimir Putin, al que tampoco quería ver como primer ministro, y en su lugar proponía al carismático general Alexandr Lebed. Sin embargo, mientras cuente con la protección de Tatiana y del influyente Anatoli Chubais, Berezovski tiene poco que temer, más aún si se toma en cuenta que domina gran parte de los medios de comunicación de Rusia.
En los próximos días es posible que también viaje a Suiza Gueorgui Chuglazov, el fiscal que investiga el caso Mabetex, que ha salpicado no sólo a altos funcionarios rusos, sino incluso al mismo Yeltsin y sus hijas Tatania Diachenko y Yelena Okulova.

 

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