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En Colombia, ni el paro nacional le permitió al gobierno olvidarse de la guerrilla. Las principales ciudades colombianas amanecieron ayer con poca gente y transporte público en las calles. Pero la calma con que empezó el primer día de la huelga convocada por las centrales obreras en reclamo de un cambio en la política económica del presidente conservador Andrés Pastrana se quebró cuando la guerrilla salió a dar su peculiar apoyo a los huelguistas. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ocuparon una central hidroeléctrica cerca de Bogotá y tomaron a más de 100 trabajadores como rehenes. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) voló dos torres eléctricas en el departamento de Antioquia. Y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, insistió en dialogar con la guerrilla. Ayer, los problemas limítrofes parecieron darle la razón: la Guardia Nacional de Venezuela mató a un colombiano y detuvo a otros dos en la fronteriza localidad La Victoria. En medio de la peor recesión económica de Colombia en los últimos 70 años, las centrales obreras convocaron al paro por tiempo indefinido a más de 1,5 millón de trabajadores de los sectores público y privado. La semana pasada ya habían presentado al gobierno un pliego de 41 puntos en el que reclamaban un cambio del modelo económico neoliberal y acusaban a la administración de Pastrana de arrodillarse ante el Fondo Monetario Internacional (FMI). La jornada de protesta llevó a que el gobierno tomara fuertes medidas de seguridad y desplegara a más de 200.000 efectivos policiales y militares en los principales centros estratégicos del país. La preocupación no era, sin embargo, la huelga, sino que la guerrilla y los paramilitares de extrema derecha se infiltraran en el reclamo. La policía informó que seis ómnibus fueron quemados en Bogotá y Medellín por milicias urbanas de la guerrilla, y que las rutas de por lo menos cuatro de los 32 departamentos del país habían sido bloqueadas. La situación parecía más crítica en los barrios periféricos, donde las autoridades temían que comandos urbanos rebeldes atentaran contra transportes públicos y centros de distribución de combustibles y producción de energía. Por la mañana, el ministro del Interior Néstor Martínez entregó a la prensa un parte de normalidad, subrayando que las dos pequeñas bombas que habían estallado en la madrugada en las ciudades de Manizales y Sincelejo no lograron alterar el clima de tranquilidad que prevalece en el país. También relativizó la importancia de los enfrentamientos entre militares y guerrilleros en la localidad de El Copey, al norte de Bogotá. Salvo esos hechos y la reducción del servicio de transporte, la situación en el país es normal, tranquilizó. Los refuerzos de la seguridad no alcanzaron, sin embargo, para que las FARC tomaran por varias horas una central de energía en la localidad de Dagua, a 300 kilómetros de Bogotá. Las FARC han dado la orden de apoyar el movimiento laboral con este tipo de acciones explicó el comandante JJ. Estaremos aquí mientras dure el paro cívico nacional. Estamos pidiendo una reducción del 30 por ciento en el costo de la electricidad para el Valle del Cauca. La segunda guerrilla del país, el ELN, no se quedó atrás a la hora de aprovechar la oportunidad. Las autoridades colombianas decidieron reforzar la seguridad del ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, y del alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa. Ambos habían sido declarados objetivo militar del ELN, junto a todos los funcionarios que apoyan el manejo económico del presidente Andrés Pastrana. Las FARC fueron aludidas además por el presidente venezolano. Ante una solicitud del comando de las FARC de conversar conmigo, si no puedo hacerlo en Colombia, tenemos el derecho y la soberanía de conversar con ellos en Venezuela, repitió. El enfrentamiento entre Caracas y Bogotá por la intención de Chávez de acercarse a la guerrilla para controlar el derrame del conflicto se recalentó ayer. El ministro de Defensa venezolano Raúl Salazar confirmó la muerte de un ciudadano colombiano a manos de la Guardia Nacional de su país, en el límite entre el departamento colombianode Arauca y el estado venezolano de Apure. Según Salazar, los colombianos que navegaban por el río Arauca no respondieron a la voz de alto de los militares. Salazar aclaró que existe un convenio entre las Fuerzas Armadas de ambos países que impide el tránsito nocturno por el río Arauca porque los ríos se prestan para todo. Y la Brigada 18 del Ejército colombiano adelantó que investigará si los hombres eran guerrilleros.
LAS PRESIDENCIALES EN URUGUAY La
centroizquierda uruguaya vuelve a estar en punta de cara a las elecciones presidenciales
de octubre, pero la primera puede no ser la vencida. Tabaré Vázquez, candidato de la
alianza izquierdista Encuentro Progresista, se impone en las encuestas sobre intención de
voto para los comicios, aunque no lograría la ventaja necesaria para evitar una segunda
vuelta en que sus enemigos podrían unirse para derrotarlo.
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