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No habrá extradición al Paraguay para Lino Oviedo

El gobierno argentino apuró el trámite y negó la devolución del ex golpista sospechado de instigar un magnicidio.

Quinta: Oviedo permanece en una quinta de la localidad bonaerense de Moreno custodiado por efectivos “Albatros” de la Prefectura Naval Argentina.

El ex general Oviedo llegó a la Argentina en marzo de 1999.
Fue acusado de ser autor moral del asesinato del vicepresidente.

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t.gif (862 bytes)  Después de cinco meses de idas y vueltas, el gobierno argentino anunció ayer el rechazo al pedido de extradición del ex general golpista paraguayo, Lino Oviedo. De esa manera cerró las puertas para que el ex militar sea devuelto a su país de origen, donde se lo acusa de ser “autor moral” del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña. La Cancillería fundamentó su decisión en que “en la legislación internacional y argentina, las instituciones de refugio y asilo, si bien diferentes en su naturaleza jurídica, tienen el mismo objetivo, la protección física del individuo. Esta protección obliga al Estado otorgante a no devolver al beneficiario al país en relación con el cual se concedió el asilo o refugio”. En realidad, Paraguay aclaró desde un principio que Oviedo no “puede considerarse como un refugiado sino como un asilado a quien es pasible acusarlo de magnicidio”.
El vicecanciller paraguayo Carlos Mateo Balmelli —por decisión de la justicia de su país— solicitó personalmente el pasado 4 de agosto la extradición de Oviedo, por el magnicidio del vicepresidente Argaña. “El pedido de extradición se funda en el Tratado de Asunción de 1889, en el Código Penal y en el de Procedimiento Penal paraguayo y en convenciones internacionales a las que adhieren Argentina y Paraguay, en las cuales se considera que el magnicidio es un acto de terrorismo, un delito común sujeto a la extradición. Por eso es inaplicable la ley argentina de Cooperación Internacional en Materia Penal de 1996, que habla de los refugiados y no rige el asilo.”
El team del canciller Guido Di Tella encontró otros argumentos para justificar la protección al amigo del presidente Carlos Menem. El Ministerio informó que “de acuerdo a los dictámenes coincidentes de sus direcciones de Asuntos Jurídicos y de Consejería Legal, la Cancillería devolvió a la embajada del Paraguay la solicitud de extradición de Lino César Oviedo Silva” y esgrimió que “tanto desde el punto de vista del derecho internacional, como del latinoamericano en particular, así como la legislación argentina, las instituciones del refugio y el asilo, si bien diferentes en su naturaleza jurídica, tienen el mismo objetivo y consecuencias, cual es la protección física del individuo”.
El comunicado oficial recordó que “la República Argentina, en su historia, ha mantenido una práctica de invariable respecto a la institución del asilo” y señaló que “el artículo 171 del decreto número 1023 del 29 de junio de 1994, reglamentario de la Ley 22.439, recoge el principio de ‘no devolución’ del asilado al país que motivó el beneficio”. La Cancillería consideró que “la presente resolución se dicta de acuerdo a lo prescripto por el artículo 20 de la Ley de Cooperación Internacional en Materia Penal (24.767)”.
En los corrillos diplomáticos trascendió que el lunes pasado el canciller Guido Di Tella se comunicó con su par paraguayo, Miguel Abdón Saguier, a quien le habría adelantado la devolución del pedido de extradición de Oviedo. El encargado de transmitir el hecho consumado fue el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, Julio Freyre, quien ayer por la tarde se comunicó telefónicamente con Saguier. Luego, la Cancillería le comunicó la decisión a la embajadora paraguaya en Buenos Aires, Leila Rachid.
Oviedo llegó a la Argentina el 28 de marzo pasado huyendo de su país acusado del asesinato de Argaña. Primero se asiló en el haras “La Madrugada”, propiedad del empresario Arnaldo Martinenghi, otro amigo de Menem. Después se instaló con su familia en una quinta de la localidad bonaerense de Moreno, custodiado por efectivos “Albatros” de la Prefectura Naval Argentina. Oviedo salió de su refugio para realizarse un implante de pelo en la clínica de cirugía estética de José Juri.
En un primer momento se había especulado con que el gobierno trasladaría al próximo gobierno la definición del caso Oviedo. Sin embargo, el menemismo optó por garantizar la tranquilidad de la estadía en la Argentina del ex golpista. Después del asesinato de Argaña, el 23 de marzopasado, los países del Mercosur albergaron a distintos funcionarios y políticos paraguayos. Mientras Menem le otorgó el asilo territorial a Oviedo, Brasil hizo lo propio con Cubas Grau, en tanto que el ex ministro de Defensa paraguayo, José Segovia, se asiló en Uruguay al igual que el senador oviedista Víctor Galeano. Precisamente, ayer también Uruguay rechazó el pedido de extradición de Segovia.

 


 

LA PROTESTA DE LOS MUNICIPALES SITIO LA CASA DE GOBIERNO
Una jornada a pura goma en Tucumán

t.gif (862 bytes) La escena se repite desde hace más de un mes en la provincia gobernada por el ex represor Antonio Domingo Bussi, pero ayer la protesta tuvo otro pico de violencia: la policía sacó a fuerza de manguerazos, gases lacrimógenos y balas de goma a los trabajadores municipales que se habían concentrado desde temprano en la Plaza Independencia para reclamar el pago de los sueldos atrasados de junio, julio y agosto. El saldo fue de más de veinte heridos que tuvieron que ser hospitalizados con heridas de bala, desmayos, principio de asfixia, y diversas contusiones.
En las cuarenta y nueve jornadas consecutivas de movilización y protesta, los trabajadores municipales de Tucumán se concentraron desde temprano en la plaza Independencia, que está ubicada frente a la Casa de Gobierno provincial. Allí tienen instaladas catorce carpas. Los incidentes se desencadenaron cuando los municipales subieron las escalinatas de la Casa de Gobierno, encendieron una fogata con gomas y basura, y tiraron bombas de estruendo y petardos.
La respuesta policial no se hizo esperar: los agentes entraron a la plaza con mangueras para apagar el fuego. También tiraron gases lacrimógenos y balas de goma. Lejos de dispersarse, los estatales destrozaron vidrios de la Legislatura, de negocios del centro y de la sede del PJ. Después de cada desbandada que provocaba la policía, los estatales se reagrupaban para apedrearlos. Cuando los agentes volvieron a entrar a la Casa de Gobierno, los estatales hicieron un acto en las escaleras del edificio. Después, fueron a la Legislatura a protestar contra el proyecto de ley de emergencia económica y financiera, cuya sanción reclama el futuro gobernador Julio Miranda. Como intentaron ingresar al recinto, la policía volvió a reprimirlos con balas de goma y gases lacrimógenos. A esa altura, se habían sumado a la protesta estudiantes universitarios y militantes de partidos de izquierda.
El titular del Frente de Sindicatos Municipales del Interior, Vicente Ruiz, quien aún tiene rastros de 25 impactos de balas de goma que sufrió el miércoles en diferentes partes del cuerpo, aseguró que “es criminal lo que se hizo con trabajadores, desocupados, mujeres y niños”. Ruiz, al igual que otros oradores, cuestionó duramente el proyecto de ley de emergencia económica y financiera que, para reorganizar el Estado provincial, establece la suspensión de contratos y la puesta en marcha de programas de retiro voluntario.
En el interior de la Casa de Gobierno también se vivieron momentos de tensión y corridas cuando los empleados de las diferentes áreas abandonaron sus tareas, protestando por la sanción de la ley de emergencia, y se sumaron a la manifestación de los municipales. Ante los incidentes, muchos comerciantes decidieron cerrar las persianas de sus negocios para evitar destrozos en sus vidrieras, como los que sufrieron hace tres semanas en enfrentamientos similares.
Aunque todavía no fue brindado ningún informe oficial, por lo menos veinte personas debieron ser ingresadas en diferentes hospitales de Tucumán, con heridas de balas de goma, contusiones, desmayos y principios de asfixia. Anteayer, la escena fue muy parecida. Unos dos mil manifestantes –ese día se habían sumado columnas del interior de la provincia– fueron a la Plaza de la Independencia a reclamar por el pago de sueldos atrasados. La policía los reprimió, y al menos diez manifestantes resultaron heridos.

 

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