Por Laura Vales Eduardo Menem se sentó frente
al Tribunal decidido a dejar en claro que no tiene ningún elemento de juicio
para pensar que sufrió un atentado o un ataque personal. Pero no habían
pasado cinco minutos cuando lo delató un fallido:
¿Había rejas en su casa? le preguntó el juez Carlos Acerbi.
Las pusimos después del atentado contestó el senador.
Todos parecieron entender que no se trataba más que de un inocente lapsus y lo dejaron
pasar. Después el senador contó, durante 20 minutos, lo que vivió en su casa de Núñez
la noche del 6 de julio de 1996, cuando tres desconocidos ingresaron en su residencia,
mataron a uno de sus custodios e hirieron de gravedad a otro. El senador aclaró que no
había recibido amenazas, se refirió siempre al hecho investigado no
dijo ni una vez supuesto robo o intento de asalto y agregó
que ningún integrante de su familia sabe del tema más de lo que digo, porque
estuvimos juntos en el momento en que pasó y todo lo que sabemos sobre lo ocurrido es por
comentarios.
Por el caso el Tribunal Oral Nº 16 juzga a tres acusados: Mauricio Rolón, Carlos García
y Dante Salto. Los tres fueron detenidos durante una investigación que comandó el ahora
destituido juez Francisco Trovato, que dejó muchos puntos oscuros sobre el tema. En las
dos semanas que lleva el juicio oral, tres personas denunciaron que fueron torturadas para
incriminar a García y a Salto. Un testigo que había descripto a los agresores resultó
ser trucho: aclaró que nunca había alcanzado a ver a nadie, que el contenido de su
declaración se hizo en base a las alternativas hechas que le dio la policía
y que la firmó sin leerla. Y el dueño del vehículo que se supone que robaron los
atacantes para escapar reveló que había identificado al ladrón de su auto mirando
una línea de fotografías que le marcó también la policía en un álbum de
delincuentes. En esa oportunidad, el hombre identificó a Carlos García; pero después
cambió de opinión y dijo que en realidad el caco había sido Dante Salto. En los tres
años que lleva la investigación judicial, no hay un solo elemento que indique que Salto
y García se conocían. Es decir que no hay elementos para suponer que García y Salto
hayan robado juntos el automóvil, pero sí para sospechar que sus reconocimientos fueron
inducidos.
Tal vez haya sido este cúmulo de irregularidades lo que llevó a Eduardo Menem a formular
ante el tribunal una aclaración.
¿Recibió algún comentario de sus custodios cuando reconocieron a los acusados en
rueda de personas? le preguntó el juez Gustavo Anadón.
No; contestó el senador. Supe que dijeron que habían reconocido a
algunos. Nunca quise interferir en el caso, procuré que todo se manejara por los carriles
normales. Soy consciente de que por mis funciones puedo generar algún tipo de temor
reverencial. Mi presencia en este juicio como querellante es para colaborar con la
Justicia porque hubo un muerto en mi casa, no para que se persiga a nadie injustamente.
Quiero que se haga justicia, que se determine realmente quiénes fueron los culpables y si
son culpables que se los castigue.
La noche del ataque, Eduardo Menem estaba en la cocina de su casa, a metros del garaje
donde entraron los agresores. Ayer recordó que escuchó el golpe seco de la
puerta cuando entraron y a continuación una serie de estampidos, que pensó
que eran una tira de cohetes. Todo fue muy seguido, concluyó.
Estuvo a punto de ir al garaje para saber qué estaba pasando, pero su hijo menor,
Fernando, lo frenó. El senador agregó que cuando pasó todo estaba por salir a hacer su
caminata nocturna acompañado por su esposa, Susana Valente, y dos de sus custodios:
Sopeña y Escalante. Casualmente, los agresores sólo dispararon contra ellos. Sopeña
murió y Escalante salvó su vida de milagro, cuando una de las balas que le tocaba chocó
contra el manubrio de una bicicleta.
¿El personal de custodia era de su confianza? le preguntaron.
Es el personal que pone la División de Custodia del Senado, y dependen de la
Policía fue la respuesta; ¿qué le puedo decir...? A mí me causaron muy
buena impresión, nunca tuve problemas con ninguno de ellos ni me dieron motivos para
desconfiar.
De hecho, los mismos guardaespaldas que fueron sorprendidos en el garaje siguen haciendo
la custodia del senador. Eduardo Menem se retiró del edificio poco después del
mediodía. Sus abogados, en cambio, se trasladaron al café Petit Colón. Allí se los vio
conversando largamente con el jefe de la custodia del senador y el comisario Eduardo
Curleto. El mismo policía que investigó el ataque a la casa del senador y que el
miércoles pasado fue denunciado por la novia del acusado Carlos García de haber estado
en el lugar donde la torturaron para incriminar a su pareja en el hecho.
DIALOGO CON EL SENADOR
PARA ANALIZAR CADA DETALLE DEL ATAQUE
No quiero abrir un juicio de valor
Por L.V.
¿Quedó conforme con la investigación que el ex juez Francisco Trovato hizo en el
caso?
No quiero abrir juicios de valor sobre un proceso que está en marcha. En su momento
pensé que se habían tomado todas las medidas necesarias; es lo que me dijeron, pero eso
es algo que no puedo valorar.
Usted pidió en su momento que se llamara a declarar al abogado Pedro Bianchi, quien
dijo que se trataba de un atentado y sabía quién lo instigó...
Nunca intervine en el juicio directamente; si lo pidieron fueron mis abogados, a
quienes dije que trataran de colaborar para encontrar a los responsables. Les manifesté
que no adoptaran ninguna actitud persecutoria, sino que trataran de colaborar con la
Justicia.
Bianchi acusó entonces como instigador del hecho a Elías Jassan, por entonces
ministro de Justicia.
Es un disparate, una locura. Nunca lo tomé en serio.
Usted sostiene que no hay elementos para pensar en un atentado. ¿No le generan
dudas que hayan disparado desde un utilitario?
A mí también me llamó la atención... Por lo que sé, se investigó pero nunca se
pudo descubrir nada respecto de ese otro vehículo que habría participado.
¿Usted había pedido una custodia policial para su cuadra?
Nunca la pedí.
Sin embargo, en el juicio oral, el jefe de calle de la comisaría 51 reveló que era
prioridad de su dependencia custodiarla, cosa que no se hizo.
Me sorprendió lo que dijo ese policía; se debe haber confundido con las medidas
que se tomaron después del hecho, porque entonces sí se puso una custodia uniformada en
cada esquina.
El lo manifestó claramente: sostuvo que era prioridad de su comisaría vigilar las
dos esquinas las 24 horas de los 7 días de la semana.
Yo no la vi. No digo si existió o no esa disposición, sino que nunca la pedí y
nunca la vi.
Tras el ataque, usted manifestó sus dudas de que fuera un intento de robo; subrayó
que no se habían llevado nada y que lo sorprendía el nivel de violencia utilizado.
¿Cambió de opinión?
Primero me sorprendió el nivel de violencia, pero después vi que es algo que
sucede a diario. Si no se llevaron nada, fue porque hubo una reacción de los custodios.
¿No le quedó la impresión, por el mismo relato de esos custodios, de que entraron
a matar?
El senador pareció empantanado en un silencio que duró exactos siete segundos. Después
contestó:
No sé... no presencié el hecho. Hablo en base a los comentarios que ellos me
hicieron... Sopeña (el custodio asesinado) no estaba armado, no tenía un revólver en la
mano para que lo mataran.
Nadie alcanzó a sacar un arma; sin embargo lo mataron y dispararon contra otro de
los custodios.
No es cierto que nadie haya sacado un arma: Escalante disparó. Y Castro también.
Sacaron sus armas mucho después, ya en la vereda y para perseguirlos en su huida.
Sí.
Pero los agresores dispararon antes contra los custodios, en el garaje, cuando nadie
había sacado un arma.
Sí. Entraron y tiraron... entraron y tiraron.
¿Tampoco tiene dudas de que esta causa haya sido armada para inculpar a personas
que no estuvieron allí? Tres testigos denunciaron que fueron torturados para acusar a las
personas que ahora son juzgadas.
No voy a hacer ningún comentario porque hay un tribunal interviniendo en el tema.
Yo soy el principal interesado en que se descubra la verdad. No quiero que se castigue a
cualquiera, ni quiero que alguien sea culpado sin que haya tenido participación en el
hecho.
¿Conoce la situación del acusado Dante Salto? Es juzgado por haber facilitado un
vehículo a los agresores, pero todo indica que el auto en cuestión no estuvo el día del
ataque.
No voy a hacer comentarios por lo mismo: hay un tribunal que está recibiendo
pruebas.
¿Por qué la familia del custodio asesinado no participa en el juicio como
querellante? Ellos son los damnificados directos...
Ellos tienen el asesoramiento de la Policía Federal. Ignoro por qué no se han
presentado.
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