The Guardian de Gran Bretaña
Por Mona Eltahaway Desde El Cairo El desacuerdo sobre el destino
de unos 36 prisioneros palestinos frustró ayer los planes de una ceremonia en el puerto
egipcio de Alejandría durante la cual Israel y Palestina debían haber firmado un nuevo
acuerdo de paz en presencia de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright,
y del presidente egipcio, Hosni Mubarak. El fracaso en cerrar el trato fue un recordatorio
humillante para Estados Unidos el principal patrocinador del dilatado proceso de paz
de Medio Oriente de que su mera presencia en la región ya no es un incentivo para
que las partes se pongan de acuerdo.
Albright y su contraparte egipcio, Amr Moussa, les dijeron a los reporteros que esperaban
que las dos partes pronto llegarían a un acuerdo para implementar el memorándum del río
Wye, firmado en Estados Unidos en octubre pasado. El acuerdo se estancó en la cuestión
de cuántos prisioneros palestinos liberaría Israel. Un funcionario palestino dijo que el
destino de 44 prisioneros de Israel, entre los cuales hay miembros de los grupos
militantes Hamas y el Jihad Islámico y dos facciones radicales de la Organización para
la Liberación de Palestina, era el corazón de la guerra de nervios. El líder palestino
Yasser Arafat llamó a sus negociadores para que se le unieran en Alejandría, pero un
funcionario palestino dijo después que el líder del OLP les había dicho que no volaran
desde Gaza a no ser que los israelíes partieran antes. Israel dijo que el primer ministro
Ehud Barak no tenía intención de ir a no ser que los palestinos aceptaran las propuestas
israelíes sobre liberación de prisioneros y el cronograma para un acuerdo final de paz.
El no va a Alejandría a negociar. Las negociaciones terminaron. Nuestra posición
es muy clara y estamos esperando la respuesta palestina, dijo Haim Ramon, un
ministro en la oficina de Barak.
Lo que parecía ser un tema fácilmente engañoso para resolver resultó en cambio
altamente emotivo para ambos lados. Para Israel, los prisioneros palestinos con
sangre de israelíes en sus manos son terroristas que nunca deben ser liberados. Los
palestinos ven a los prisioneros como héroes de una guerra de guerrillas y considerarían
una entrega el que siguieran encarcelados.
Con este acuerdo, Israel se retiraría otro 11 por ciento de Cisjordania en tres etapas,
comenzando casi inmediatamente y finalizando el 20 de enero del 2000. Las negociaciones
para un acuerdo permanente de paz comenzarían inmediatamente después del primer retiro.
Dentro de los cinco meses de comenzadas las negociaciones, los israelíes y los palestinos
completarían la estructura de un acuerdo en su status final, que incluiría algunos de
los temas más espinosos del conflicto de Medio Oriente, tales como el destino de los
refugiados palestinos, la condición de Estado de Palestina y el futuro de los
asentamientos judíos. Un acuerdo final se completaría al año del comienzo de las
conversaciones. Fuentes políticas israelíes dijeron que un acuerdo, que terminaría con
ocho meses de congelamiento de Wye, en donde Estados Unidos ofició de intermediario,
todavía parecía estar en perspectiva, pero podía no estar listo para su firma hasta
hoy, con Albright jugando su rol en el empujón final.
En Alejandría, enfrentada a una andanada de preguntas de reporteros egipcios sobre el
reciente enfoque de Washington al proceso de Medio Oriente, Albright dijo que Estados
Unidos haría lo que pudiera para resolver las diferencias que quedan. Lo que es muy
importante es la voluntad de las partes para negociar entre sí en una forma que no lo
habían hecho antes dijo. Si bien Estados Unidos y Egipto pueden ayudar, las
decisiones difíciles están en manos de las partes. Barak había instado a Estados
Unidos a retirarse de las negociaciones, pero los líderes árabes piden a Washington hace
tiempo que se involucre más directamente.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
MAS CERCA DE KOSOVO INDEPENDIENTE
La guerrilla se rearma
The Guardian de Gran Bretaña
Por Chris Bird Desde Pristina, Kosovo
En contra
de la insistencia de funcionarios de la OTAN y de las Naciones Unidas, la guerrilla del
Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) tendrá lo que esperaba. Se le permitió formar
una guardia nacional con armamento ligero. La ocupación de la ex provincia
yugoslava de Kosovo por las fuerzas aliadas después de la ofensiva de la OTAN contra el
gobierno de Belgrado trajo como principal consecuencia el cambio de signo de la violencia
étnica. Los refugiados albano-kosovares que regresaban a su patria iniciaron una venganza
contra los serbios, que aún continúa, con constantes muertes e incendios de propiedades.
La constitución de la guerrilla separatista del UCK en guardia nacional
aspira a dotar a Kosovo de la policía de la que carece. Parece dudoso que lo consiga.
El UCK, formado por albaneses étnicos, sigue luchando para que Kosovo se independice de
una Yugoslavia dominada por los serbios. Desde que las fuerzas de la OTAN entraron en
junio en Kosovo y el ejército yugoslavo fue obligado a retirarse, el UCK ha librado una
campaña de terror contra los serbios, los gitanos y otras minorías étnicas. Cuando
estas minorías se enteren de que el UCK se queda y que no se desarma, huirán más
rápido de lo que lo estuvieron haciendo, y la provincia de Kosovo se convertirá aún
más en un ghetto.
Que existan fuerzas armadas integradas por albaneses étnicos es el primer paso hacia la
independencia de Kosovo. Muchos funcionarios internacionales creen que ya es inevitable.
Esto enfurecerá a Rusia, tradicional aliado eslavo de Belgrado. Y preocupará a la vecina
Macedonia, con una gran población de albaneses étnicos, donde muchos claman por una
Gran Albania.
Hay funcionarios en la ONU y en las llamadas fuerzas de paz de la OTAN (K-For)
que sostienen que la guardia nacional se restringirá a deberes de defensa
civil. Que significa que esto está bajo negociación, pero la KFor menciona tareas como
combatir incendios forestales, enfrentar desastres y cumplir funciones paramédicas. Pero
los oficiales de mayor rango del UCK siguen firmes en que la nueva formación será la
base de una fuerza de defensa de Kosovo. Llámenla como quieran, pero una guardia es
una guardia si tenemos un uniforme y un arma, resumió Idriz Shabani, mejor conocido
como Comandante Luta, a cargo de una brigada de 151 en el norte de Kosovo.
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