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RECIBIRA UN CREDITO PERO DEBE AJUSTAR
La retirada de Bussi

 


Por F. A.
t.gif (862 bytes)  Después de dos días de duros enfrentamientos entre empleados públicos y policías en el casco céntrico de la capital tucumana, el gobernador de la provincia, Antonio Domingo Bussi, llegó ayer a la Casa Rosada para entrevistarse con el ministro del Interior, Carlos Corach. Sin embargo, el ex dictador fue recibido por el segundo de la cartera, Jorge Matzkin, con quien Bussi repasó los últimos detalles del préstamo por 60 millones de dólares que ya estaría aprobado por el Banco de la Nación Argentina y las medidas de ajuste que su gobierno deberá implementar en lo inmediato para poder recibir nuevos créditos en el futuro. El dinero será destinado a saldar los tres meses de sueldo que se le adeudan a los empleados municipales y estatales de la provincia. 250 gendarmes fueron despachados a Tucumán para custodiar la Legislatura provincial, donde se tratará un paquete de medidas de ajuste que es resistido por los gremios estatales “y ponerse a las órdenes de las autoridades tucumanas”, según afirmaron en la fuerza de seguridad. Después de su entrevista con Bussi, el viceministro del Interior sostuvo que el problema en Tucumán debe ser analizado “desde la óptica de un millón trescientos mil tucumanos que están cansados de pagar las cuentas o las fiestas de un gobierno que no ha logrado equilibrar sus cuentas”. Matzkin también descartó la posibilidad de que el gobernador electo, el justicialista Julio Miranda, se haga cargo de la provincia antes de la fecha del traspaso del poder prevista para el 29 de octubre. Y aseguró que “tampoco ha pasado por la mente de ningún funcionario nacional la posibilidad de una intervención federal”, a raíz de los últimos enfrentamientos entre manifestantes y policías. Según Matzkin: “Hay una base de legitimidad en el reclamo de la gente”. Se refiere a los empleados municipales que desde hace tres meses no cobran sus sueldos y periódicamente son reprimidos por la policía. Bussi regresó a Tucumán con dos deberes para los legisladores provinciales: la aprobación del endeudamiento por 60 millones a través de un crédito que ya estaría acordado con el Banco de la Nación, y la sanción de un paquete de medidas de ajuste, sin el cual la provincia no podrá recibir nuevos préstamos. “Que Bussi se haga cargo del costo político del ajuste”, señalaron ayer en el entorno de Miranda.A tono con sus colaboradores, el gobernador electo desmintió ayer los rumores que inquietaron a los estatales tucumanos. Estos rumores daban cuenta de un plan de reducción de gastos que Miranda pondría en marcha apenas asuma sus funciones, el que comenzaría con miles de despidos en la planta de personal de la provincia. “No tenemos previstos despidos en la administración pública”, aseguró el justicialista. Sin embargo, la economía tucumana no podrá resistir si no achica sus gastos, lo que implica reducir considerablemente los 32 millones de pesos mensuales que consume sólo en sueldos la planta de personal estatal.Ayer una nueva marcha de empleados municipales atravesó las calles céntricas de la capital tucumana, esta vez sin incidentes. Los trabajadores, que en esta oportunidad fueron acompañados por una nutrida columna de estudiantes universitarios y dirigentes de la Alianza, llegaron hasta las puertas de la Casa de Gobierno en cuyas paredes pintaron leyendas en contra del gobierno de Bussi, y también algunas en las que se condenaba a su sucesor Miranda, que ya suma rechazos antes de asumir.

 

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