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Por Adriana Meyer Los investigadores de la tragedia de Aeroparque recibirán dentro de una semana la vital información que contienen las cajas negras del Boeing de LAPA que protagonizó el accidente que provocó la muerte de unas setenta personas. Las dos serán embarcadas hoy a las 21 rumbo a Washington, donde serán abiertas por los expertos de la National Transportation Safety Board (NTSB). Los restos de la aeronave fueron trasladados ayer a un hangar ubicado en el Jorge Newbery. En el operativo aparecieron más restos humanos. Por otra parte, una de las azafatas que sobrevivió dio su testimonio ante la Justicia.El martes a la noche, Cristina Iglesias se ubicó en la parte trasera del avión. Todo parecía normal en el carreteo previo al despegue hasta que sintió una caída. Era la punta del Boeing que rebotó sobre la pista en lugar de seguir rumbo al cielo. Luego fue un impacto, no demasiado fuerte, y una luz naranja. Ella fue quien abrió la puerta trasera, desplegó el tobogán e intentó ayudar a los pasajeros para que bajaran en calma. Pero la desesperación pudo más y terminaron pasándole por encima. Hasta que el médico José Amayo la tomó casi de los cabellos y la sacó gritándole: ¡El avión está por estallar!. Esta azafata no percibió que el piloto estuviera atravesando ninguna dificultad en sus maniobras, como tampoco pudo referir nada respecto de algún desperfecto en la aeronave. Su compañera, René Antolín, también sobrevivió y declararía en breve. Uno de los integrantes de la Junta de Investigaciones de Accidente de Aviación viajará hoy a los Estados Unidos para entregar las dos cajas negras a la NTSB. Tanto la data-recorder, que contiene las voces de los pilotos, como la flight-recorder, que registra los parámetros técnicos del avión, están dañadas por abolladuras y por la acción del fuego. Un funcionario clave de la pesquisa se preocupó por aclarar a Página/12 que no será la empresa Boeing la que las examine. El lunes o martes próximo llegará desde Washington la transcripción del contenido de estos elementos esenciales para establecer cuáles fueron las causas de la tragedia.El operativo de traslado de las evidencias comenzó ayer a las ocho y terminó a las 22. Durante la jornada, el juez que encabeza la investigación, Gustavo Literas, necesitó más gente y una carpa de campaña para resguardar los contenedores y el ala del avión. Tras la pulseada que mantuvo el viernes con dos jefes de la Fuerza Aérea, prefirió pedírselo directamente al ministro de Defensa, Jorge Domínguez, quien cumplió con lo solicitado. Participaron unos noventa efectivos de la Prefectura y de la Policía Federal, quienes utilizaron dos grúas, tres contenedores y varios camiones. Los perros adiestrados encontraron restos humanos: masa encefálica, tres pies y cinco manos, además de una pistola con los papeles en regla para su portación.Literas sobrevoló el lugar a bordo de un helicóptero y realizó el recorrido que hizo el Boeing la noche del martes antes de fracasar en su despegue y estallar contra el terraplén del campo de golf de la Costanera. En su vuelo bajo pudo apreciar desde otra perspectiva las huellas intermitentes de la frenada que produjo el piloto Gustavo Weigel. Y detectó que las antenas ILS estaban todavía caídas. Ordenó recogerlas y guardarlas como evidencia. Sus colaboradores destacaron que todo esto no hubiera sido posible si los vuelos de Aeroparque no estuviesen suspendidos. Debajo del paredón del malecón aparecieron más fragmentos de cuerpos. También fue levantada la loza de la casilla de gas que explotó tras ser embestida por el avión y actuó como un soplete sobre las llamas, según especulan los expertos.Los peritos de la Junta trabajarán en un hangar que anoche quedó precintado, ubicado en la zona militar del Jorge Newbery, donde fueron depositadas las turbinas y la cabina de vuelo, los elementos en los que concentrarán su estudio. Serán custodiados por la Policía Aeronáutica. En un terreno cercano fue armada la tienda de campaña con el resto delmaterial. El lugar fue liberado por orden del juzgado, pero la Prefectura colocó una empalizada.Uno de los investigadores con acceso a la Junta aseguró a Página/12 que los flaps (alerones que regulan el ascenso y el descenso del avión) del Boeing de LAPA no estaban configurados para despegar ni para frenar, sino en posición de vuelo. Es decir que no estaban en la posición correcta para la maniobra que encaraba el piloto, tal como muestran las alas que tienen como elemento de pericia. Pero aún no pueden determinar si Weigel no los activó o se trabaron, y cómo es posible que alcanzara la velocidad de 250 kilómetros por hora sin configurar los flaps. A partir de mañana, serán citados a declarar en la causa los mecánicos de LAPA y los sobrevivientes que estén en condiciones de hacerlo. A su vez, la Prefectura le envió al juez los testimonios de todas aquellas personas que declararon ante esa fuerza de seguridad apenas ocurrida la tragedia. Son los primeros testigos que serán convocados nuevamente por Literas. Las versiones sobre el incendio y el estallido del Boeing son divergentes. El juez recibió ayer muestras de agradecimiento por parte de los familiares de una niña que está internada en el Hospital Garrahan porque fue sometida a un transplante de hígado. El órgano llegó en una avioneta desde Mendoza, que fue autorizada por el juzgado a aterrizar en el Aeroparque.
EL AEROPARQUE JORGE NEWBERY PODRIA ABRIR HOY El cielo no puede esperar El Aeroparque Metropolitano podría reanudar sus operaciones entre las 12 y las 15 de hoy, adelantó a Página/12 Fernando Dozo, presidente de la Junta de Representantes de Compañías de Aviación (Jurca), pero aclaró que todo depende del juez federal Gustavo Literas. El magistrado anticipó a este diario que la reapertura se produciría una vez que termine el traslado de la evidencia del accidente del martes, tarea que concluyó anoche con la firma de un acta, entregada al juez, dejando constancia sobre los elementos hallados que pertenecen al Boeing 737 de LAPA. Literas redactará hoy un oficio donde dejará constancia de que con la evidencia a resguardo, la autoridad aeronáutica puede decidir la reanudación de las operaciones bajo su exclusiva responsabilidad luego de hacer su propia evaluación para determinar si están dadas las condiciones óptimas. Dozo explicó que, una vez que el juez autorice la reapertura, tendrían que ajustarse algunos detalles, entre ellos el traslado de aviones que permanecían en Ezeiza. Si todo anda bien, entre las 12 y las 15 podrían salir los primeros vuelos, siempre y cuando el juez levante la medida dispuesta a primera hora de la mañana. De lo contrario el Aeroparque reabrirá a las 18, a las 20 o cuando el magistrado lo disponga. Literas quiere ser muy preciso en su oficio. Allí expresará que resuelve hacer cesar la medida que dispuso el cierre y que de allí en más es la Fuerza Aérea la que tiene toda la responsabilidad respecto de la operatividad de la estación aérea, que no podrá contar con el ILS (radar de aproximación). Según la autoridad aeronáutica, estarían dadas todas las condiciones para que el Aeroparque retome su actividad normal, a pesar de la salida de servicio del ILS. Para reforzar esa idea, el titular de Jurca dijo a este diario que la medida dispuesta por Literas es totalmente inusual. En ese sentido recordó el accidente ocurrido en la década del setenta, en el aeropuerto español de Tenerife, cuando dos jumbos chocaron en medio de la pista. El desastre ocurrió en el mismo aeropuerto, mientras que acá fue afuera, y en aquella ocasión las operaciones se reanudaron en apenas 24 horas, mientras que nosotros llevamos cuatro días sin actividad.
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