Las
interminables negociaciones entre palestinos e israelíes cerraron exitosamente su nueva
etapa. El líder palestino Yasser Arafat y el primer ministro israelí Ehud Barak firmaron
ayer en la localidad egipcia de Sharm el-Sheij un nuevo documento para hacer efectivo el
Acuerdo de Wye y terminar de consumar el prometido repliegue israelí de un 13 por ciento
de Gaza y Cisjordania. Como contraparte, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) aceptó que
Israel libere 50 presos palestinos menos de los que pretendía y, sobre todo, renunció a
proclamar unilateralmente un Estado Palestino antes de septiembre del 2000. Si ambas
partes cumplen sus promesas, los negociadores tendrán una misión aún más complicada y
sensible. En septiembre iniciarán las conversaciones para determinar el futuro estatus de
Jerusalén y las fronteras de la entidad palestina y decidir el destino de más de tres
millones de refugiados palestinos. Realizaremos todos los esfuerzos posibles para
avanzar con rapidez hacia las negociaciones de estatus definitivo, para construir nuestro
estado palestino independiente y para resolver el problema de los refugiados. La firma de
este acuerdo nos permite avanzar hacia todos los puntos pendientes, celebró ayer
Arafat. El líder palestino festejó el importante avance en el trabado proceso de paz con
la tranquilidad que le dio la presencia del presidente egipcio Hosni Mubarak y de la
secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, como garantes del documento.
Estados Unidos ya había jugado una carta de último momento el jueves, cuando el
presidente Bill Clinton llamó por teléfono a Arafat para evitar que las conversaciones
volvieran a estancarse. El jefe negociador palestino Saeb Erekat aseguró ayer que
recibió una carta de garantías en la que Clinton reitera el respaldo de su
país al pueblo palestino para decidir su futuro en su propia tierra. Y el
enviado especial de la Unión Europea (UE) a Medio Oriente, Miguel Angel Moratinos,
agregó que los países europeos también le enviaron una misiva subrayando que el acuerdo
de Wye será cumplido cualquiera sea el desarrollo de la negociación sobre el
estatuto permanente palestino.El premier israelí cumplió así con las promesas de
la campaña electoral que lo llevó al poder hace poco más de dos meses. Barak destrabó
un deteriorado proceso de paz que el gobierno derechista de su antecesor, Benjamin
Netanyahu, acentuó en diciembre del año pasado al congelar la aplicación de Wye poco
tiempo después de haberlo firmado. Arafat se resistía al inicio de estas nuevas
conversaciones a rever el tratado, pero la amenaza de Barak de ejecutarlo unilateralmente
precipitó su decisión de alcanzar un nuevo acuerdo, que incluye ahora varias
modificaciones a Wye. Ambas partes ganaron. Menos que lo que hubiesen conseguido con la
implementación de Wye el año pasado y menos aún de lo que preveían los acuerdos de
Oslo de 1993. Pero esta vez, a cambio de concesiones mutuas, lograron un avance que
podría desembocar en la declaración de un Estado Palestino con el reconocimiento de
Israel. La firma del acuerdo se hizo posible después de que la ANP aceptara que Israel
libere 350 detenidos políticos palestinos en lugar de 400. El ministro egipcio de Asuntos
Exteriores, Amro Musa, explicó que ambas partes acordaron liberar ahora a 200
presos palestinos, seguidos por otros 150 en octubre, y en diciembre será puesto en
libertad un tercer grupo. Y aunque Arafat insistió en que el objetivo final
es la creación de un Estado Palestino, cuya capital debe ser Jerusalén, el
negociador Erekat aclaró cuál fue el arreglo con Israel. No creo que podamos
declarar un estado palestino ahora, entre el período que va desde el 13 de septiembre de
1999, cuando comienzan las negociaciones de estatus final, hasta el 13 de septiembre del
2000, explicó. A cambio, Israel aceptó iniciar la construcción a partir de
octubre del puerto de Gaza y abrir el primero de los dos pasos seguros para
los palestinos entre Gaza y Cisjordania. Estamos pavimentando el camino hacia el
final del conflicto entre nosotros y los palestinos. Llegar a un acuerdo sobre el estatus
permanenteva a presentar numerosos problemas y obstáculos, pero juntos podremos lograr la
paz, finalizó optimista el primer ministro. |