Página/12 en Brasil
Por Darío PignottiDesde San Pablo El abrazo amazónico que
trabaron ayer Fernando Henrique Cardoso y Hugo Chávez rubricó la cuarta reunión de
ambos mandatarios en 9 meses. Fueron unas intensas cuatro horas y media, apenas
protocolares, gesto expresivo de la densidad estratégica que ha ganado la relación
bilateral brasileñovenezonala. Ha sido un encuentro político subrayó el
vocero de Itamaraty (Cancillería brasileña). La de ayer fue una operación de diplomacia
contra reloj concebida por el eje Caracas-Brasilia pensando en Colombia y en contra de
cualquier intervención, según se ocupó de decir el venezolano al salir de la reunión.
Para Venezuela es fundamental construir un polo de entendimiento sudamericano para
que podamos evitar la kosovarización de Colombia, dijo el embajador venezolano en
Brasil Milos Alcalay cuando Página/12 lo consultó sobre las razones que trajeron a
Chávez hasta Manaus.¿Evitar la kosovarización es enfrentar a EE.UU.?No
estamos contra nadie, estamos contra el desembarque de cualquier nación en Colombia, sea
Rusia, Japón o EE.UU.Es más probable un desembarco norteamericano que
ruso...No estamos contra nadie, sólo buscamos una solución para este problema que
tanto nos afecta y para ello debemos contar con un país fundamental para la región como
es Brasil.Los 3700 kilómetros de frontera con Colombia que suman Venezuela y Brasil hace
de ambos actores determinantes en la resolución del conflicto. La tercera frontera en
cuestión es la peruano-colombiana, de 1600 kilómetros, pero Alberto Fujimori, se sabe,
es más afecto a las artes marciales que a la diplomacia. Frente a Colombia, Chávez y
Fujimori están en las antípodas. El venezolano desplegó una estrategia múltiple: negó
espacio aéreo a las naves norteamericanas, aceptó negociar con las FARC colombianas y se
imaginó liderando una salida diplomática regional. El encuentro de ayer fue otra
iniciativa chavista.Cardoso atenuó al ex coronel, dijo sí a la cumbre a
condición de evitar pronunciamientos estruendosos. En Brasilia prefieren la cautela:
Somos demasiado grandes para dar pasos errados, dijo el canciller Luiz Felipe
Lampreia quien declaró haber rechazado un pedido de audiencia de los rebeldes
colombianos.Sin embargo lo valiente no quita lo cortés. Oficiosamente el gobierno Cardoso
preservaría niveles de contacto con la guerrilla: el año pasado, quien era secretario
general del partido gobernante, Artur Virgilio (Partido de la Socialdemocracia Brasileña,
PSDB), recibió a las FARC. Poco después el diputado Virgilio admitía el encuentro y lo
fundamentaba en la importancia diplomática de Brasil en América latina, nosotros
podemos ayudar a que Colombia ponga fin a su conflicto.Por cierto, la actitud del
cardosista Virgilio nada tiene en común con las expresiones del menemista Carlos Corach
(guerrilla asesina financiada por el narcotráfico). La foto mostrando a los
presidentes en el Hotel Tropical de Manaus ilustra la preocupación estratégica de
Cardoso y Chávez sobre la Amazonia (ver recuadro). El general Luiz Gonzaga Schroeder
resumió la tesis brasileña: Debilitado al estado-nación, la globalización
impulsará intervenciones extranjeras aduciendo proteger el medio ambiente.Si se
consolidara, la entente Chávez-Cardoso puede tensar el equilibrio de fuerzas regional:
mientras ellos rechazan la instalación de unidades militares norteamericanas, Menem y
Fujimori se muestran permeables a la idea. Más: el sueno argentino de ser OTAN reavivó
el recelo militar y el desconcierto diplomático en Brasilia. Así, mientras Brasil se
acerca a Venezuela, se aleja, en términos estratégicos, de Argentina. Aunque ninguno de
estos movimientos es definitivo, pues un deterioro institucional venezolano complicaría
las cosas, advierten en Brasilia.El tablero sigue abierto, pero la movida de ayer
condiciona las jugadas venideras, especialmente el inminente desembarque estadounidense de
Charles Wilhelm, general del Comando Sur. La guerra colombiana ya es un proceso que
arrastró a las cancillerías de la región; en Brasil, con todo, siguen cada paso
argentino. El lunes, en un hotel de la calle Campinas, San Pablo, un alto funcionario de
Itamaraty le preguntaba a este cronista: ¿Usted sabe qué quiere Menem? A veces no
conseguimos entender qué pretende.
La clave del Amazonas Simón Bolívar en la Amazonia. El único protocolo previsto fue una ofrenda
de Chávez al monumento del prócer en el kilómetro 0 de la carretera BR 174, un tajo
selvático de 1800 kilómetros, que unirá Manaus y el Caribe. Por allí transitan cientos
de camiones con exportaciones hacia Venezuela y Miami. En poco tiempo los venezolanos
proveerán de energía eléctrica al norte brasileño, gracias a una conexión que ya
está lista. Ambos emprendimientos se explican en el peso estratégico de la Amazonia:
cinco millones de kilómetros cuadrados (75 por ciento de los cuales pertenecen a Brasil)
y una población irrisoria de 17 millones de habitantes. En los 70 la fórmula concebida
por la dictadura brasileña frente al gigante fue desarrollo y seguridad. Con
algunas variaciones, esa doctrina fue la adoptada por el Estado democrático. Cardoso y
Chávez rechazan la soberanía relativa postulada por EE.UU. para la mayor
reserva planetaria de oxígeno y biodiversidad. El ex profesor y el ex coronel saben que
ninguno podrá disuadir a EE.UU. por separado. |
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