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Un auténtico animal de radio,
unsímbolo de la Nueva York bizarra

La Cinecanal emite esta noche “Partes privadas”, la autobiografíade Howard Stern, uno de los personajes mediáticos más importantes y polémicos de Estados Unidos. El film no se estrenó en los cines.

Una escena graciosa de la película, cuando lo quisieron echar de una radio en Washington.Howard Stern tiene un programa de radio, uno de televisión y ha escrito dos libros best seller.

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Por Esteban Pintos

t.gif (862 bytes) Un conductor radial malhablado, ferozmente irónico, soberbio y ególatra. También el único capaz de provocar, y transmitir en vivo, un orgasmo femenino. Famoso por el maltrato verbal que dispensa a sus oyentes, ya sea un obrero de la construcción que está trabajando en la construcción de un edificio de la Quinta Avenida en Mannhatan o Tom Cruise, tirado al sol en la pileta de un hotel cinco estrellas de Maui. Acusado de “pornográfico”, “ofensivo para la moral del pueblo de los Estados Unidos de América”, xenófobo, homofóbico y otras tantas desgracias por el estilo. Escuchado por unos 18 millones de personas, cada mañana, desde su programa emitido en cadena nacional desde una FM de Nueva York (K-Rock, el equivalente primer mundo de la Rock and Pop argentina). Desde allí ha proclamado la resurrección de Elvis Presley, con la palabra del mismísimo Elvis, live desde su mansión de Memphis. Howard Stern es también visto por millones de televidentes, en un show diario de trasnoche que emite la versión norteamericana de la señal televisiva E! Entertainment. Autor de dos libros que, muy a pesar de los editores y críticos del medio, picó alto en el ranking de ventas del suplemento literario del diario New York Times. Uno, titulado Miss América, con un catálogo de sus odios y preferencias, comentarios sobre las diversas formas de concretar el sexo –aun en la vía pública–, consejos para una masturbación mejor y un catálogo de enfermedades mentales urbanas. El otro, autobiográfico, se llamó Private parts, data de 1993 y motivó la filmación de una película que recrea algunos de los momentos más importantes relatados de la vida del sujeto en cuestión. Stern, autotitulado “El rey de todos los medios”, bien puede ser considerado como un icono cultural del modo de vida americano –en versión hardcore– de los últimos quince años.Todo lo descripto anteriormente queda explicitado (no debe haber palabra que mejor lo defina: explícito) en la película que esta noche exhibe en el horario central, a las 22, Cinecanal. El detalle es importante: salvo en video y en el canal premiun Movie City, es la primera oportunidad de acercarse a un fenómeno mediático como hay pocos en Estados Unidos. La película no pasó por los cines argentinos. Private parts (Partes Privadas) cuenta la historia del ascenso, con todas las caídas posibles en el medio, de un tímido chico judío, habitante de una pequeña ciudad del este norteamericano, que llegó casi por casualidad a integrarse al plantel de musicalizadores de una estación de radio local. Después, y muy de a poco, descubrió que lo suyo, además de elegir la música, era comentar, antes, durante y después, cualquier cosa que se le viniera a la cabeza. Esa “audacia” pronto le significó un lugar entre los locutores de la emisora y de ahí, un sostenido ascenso a las ligas mayores de la radiofonía. Un buen día le llegó la oportunidad de emigrar hacia Washington y allí es donde se convirtió en una protocelebridad nacional, desatando los primeros escándalos. Un par de años le bastaron para llegar a la cumbre: Nueva York, en donde es un emblema de la ciudad tanto como la Estatua de la Libertad, los pretzels, los taxis amarillos y el Central Park. Claro que detrás de todo gran hombre hay... Otro grupo de personas: sparrings ocurrentes y talentosos para sus rounds verbales. Ellos son tres. Robin Quivers, una locutora negra inicialmente ubicada junto a él para leer las noticias cada hora, que terminó siendo (es) su coequiper de aventuras, a la vez que una minicelebridad también. Fred Norris, una especie de garganta todo terreno para los “efectos especiales” de cada dramatización radial. Y Jackie Martling, principal autor de todos los libretos del programa. Los cuatro hacen de sí mismos en la película dirigida por Betty Thomas. Sobre la realizadora, también hay una historia para contar: primero actriz (interpretaba a la sargento Lucy Bates en la notable serie de los setenta “Hill Street Blues”) y luego directora, tuvo a su cargo dos largometrajes relacionados con la televisión, The Brady Bunch Movie –la película sobre la famosa saga familiar– y The late shift, especie de docudrama sobre la compleja sucesión de Johnny Carson, una vez que el rey del Late night decidió retirarse y Jay Leno y David Letterman compitieron por el trono vacante. Stern es un provocador nato, pero también un inteligentísimo promotor de sí mismo, un verdadero animal de radio, la mezcla perfecta entre –para establecer un paralelo al medio local– Lalo Mir y Mario Pergolini. Como personaje central de su propia historia, este flaco de voz grave y pelo muy largo se permite, incluso, un momento tierno. Que tiene que ver con la inalterable relación de pareja que lo une con su novia de toda la vida. Un dato por demás curioso, si se tiene en cuenta la fama que él mismo ayudó a crear de sí mismo, la de un verdadero sexópata. Se recomienda llegar al final de la película para entender perfectamente de qué y de quién se trata.

 

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