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El juez Literas autorizó la reapertura del Aeroparque, a partir de ayer. Sin embargono podrá operar con baja visibilidad.

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t.gif (862 bytes)  Tras cuatro días de purgatorio, luego del infierno del martes a la noche, ayer se reabrió el Aeroparque Jorge Newbery, y desde hoy se anuncia “un diagrama normal de vuelos”. No obstante, sigue sin funcionar uno de los sistemas de seguridad, lo cual puede traer demoras o desvíos de aviones, si se presentan malas condiciones meteorológicas, como efectivamente ya sucedió ayer. La clausura había sido dispuesta por el juez Gustavo Literas, que investiga el accidente del avión de LAPA, y había dado lugar a un áspero conflicto entre el juzgado, las empresas de aviación –que el viernes habían decidido interrumpir los vuelos de cabotaje desde Ezeiza– y la Fuerza Aérea Argentina, que, en consonancia con las empresas, venía pidiendo la reapertura. El juez Gustavo Literas, a cargo de la investigación del accidente, autorizó la reapertura del Aeroparque Jorge Newbery a partir de las 6.30 de ayer. El magistrado venía manteniendo la clausura desde el accidente del martes a la noche. Uno de los factores que, primero, impedían la reapertura, eran los destrozos en el vallado perimetral del aeropuerto, causados por el avión en su carrera descontrolada. El vallado fue reparado el viernes por Aeropuertos 2000, la empresa concesionaria del Aeroparque, pero hasta ese día subsistía un conflicto en cuanto a la remoción de los restos de la aeronave siniestrada.La Fuerza Aérea Argentina había dispuesto que el mismo personal de la empresa LAPA se ocupara de remover esos restos, a lo cual el juez de la causa, Gustavo Literas, respondió negativamente. “Mi obligación es proteger las evidencias y exigir la colaboración necesaria”, sostuvo el viernes Literas, y afirmó que “la Fuerza Aérea no colabora con la Justicia para resguardar la evidencia y es la responsable de la demora” en la reapertura del aeropuerto porteño. Por su parte, las empresas aéreas que operan desde el Aeroparque habían anunciado el viernes la suspensión de todos los vuelos de cabotaje, aun los que habían sido trasladados a Ezeiza, en lo que se interpretó como una medida de presión para la reapertura. El sábado, finalmente, los restos del avión fueron removidos y depositados en un hangar de Aeroparque, de acuerdo con las instrucciones de Literas.Resta todavía reparar el ILS, que es uno de los tres sistemas con que cuenta el Aeroparque para orientar a las aeronaves en su descenso. El director del Jorge Newbery, comodoro Alberto Beltrame, explicó que “el ILS salió de servicio porque el avión siniestrado se llevó por delante su antena localizadora y la rompió totalmente; por ahora es imposible ponerla en servicio”.Los dos restantes sistemas de ayuda –llamados VOR y DME– permiten la operación normal, salvo bajo condiciones meteorológicas especiales. Si el ILS funcionara, los aviones podrían aterrizar aun cuando el techo de visibilidad estuviera a una altura de sólo 60 metros; sin el ILS, la altura mínima de visibilidad para el aterrizaje es de unos 180 metros. En estas condiciones, ayer la lluvia y las nubes provocaron demoras de hasta dos horas en los vuelos desde el Aeroparque –cierto es que también las hubo en Ezeiza–. El primer vuelo desde la estación aérea porteña fue el de la empresa Dinar que, casi a mediodía, partió hacia Puerto Madryn. Esa empresa tenía cuatro de los cinco aviones de su flota varados en el aeropuerto porteño. En cambio Aerolíneas Argentinas-Austral, que había podido trasladar a Ezeiza la mayor parte de su flota de cabotaje, hizo partir desde esa estación los aviones que, al regresar, ya aterrizaban en Aeroparque. En cuanto a hoy, “será un día de operaciones normales”, según un vocero de Aeropuertos Argentina 2000. Fernando Dozo, titular de la Junta de Representantes de las Compañías Aéreas (JURCA), dijo a este diario que, desde hoy, “se retoma la programación normal de los vuelos de las distintas compañías, tal como se la establece desde el principio de cada mes”.

 

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