Por Carlos Rodríguez
El
vuelo 3305 de LAPA, procedente de San Carlos de Bariloche, acaba de aterrizar en el
Aeropuerto de Ezeiza. El mensaje de rutina fue saludado con aplausos y vivas por
unas cincuenta personas reunidas ante los mostradores de LAPA en el aeropuerto Jorge
Newbery. Todos eran padres, tíos o hermanos de jóvenes de tres colegios secundarios y
previamente habían asediado a preguntas a los coordinadores de LAPA Estudiantil. La
demora en la llegada del vuelo, derivado a Ezeiza porque la niebla obligó ayer a
suspender los arribos en Aeroparque, había puesto a los familiares en un escalón previo
al brote de pánico. El temor se evidenció también, tal como pudo establecer Página/12
(ver aparte), en la devolución de pasajes de LAPA o en el cambio por ubicaciones en
aviones de otras compañías. En Aeroparque las operaciones seguirán hoy siendo limitadas
por las malas condiciones climáticas. En la entrada al hall de LAPA, el hombre de guardia
de la Policía Aeronáutica trató de minimizar la sensación de inseguridad que
deambulaba como fantasma por el recinto: La gente no tiene miedo de volar porque
muchos lo hacen habitualmente y porque son argentinos, están acostumbrados a vivir sobre
la cuerda floja. Al mediodía, el que había salido a brindar seguridades, a pesar
de la salida de servicio del sistema de radar ILS, fue el propio jefe de la estación
aérea, comodoro Alberto Beltrame. Si yo estoy acá, es porque el Aeroparque es
seguro, fue el certificado de garantía, escrito en primera persona, que extendió
Beltrame. El sistema ILS, que permite operar aún con mala situación meteorológica,
está fuera de servicio porque una de las antenas fue destruida durante el accidente del
avión de LAPA. Beltrame informó que el repuesto que se necesita ya fue adquirido en los
Estados Unidos, a la empresa Air-Sys-Atm, y que llegará al país en unos quince
días, aunque eludió en dar una fecha exacta sobre cuándo será rehabilitado el
sistema. Ayer, la cantidad de vuelos de todas las compañías estuvo limitada por el mal
tiempo y por la falta de ILS. Gustavo Vendi, jefe de Tráfico Aéreo de LAPA, aseguró que
cumplieron un 70 por ciento de la programación habitual, aunque en realidad
apenas llegaron al 50 por ciento porque varios vuelos fueron cancelados a último momento.
Durante algunas horas de la mañana y por la tarde-noche, a partir de las 16.45, el
Aeroparque funcionó dentro de lo que se denomina bajo mínima, en razón de
que la niebla (que afectó a toda la ciudad) obligó a suspender los aterrizajes.Durante
la jornada, el único tema de conversación giró en torno del accidente.
¡Llegaron, llegaron!. María del Carmen Núñez, maestra primaria de Lomas de
Zamora, festejó la llegada de un avión de LAPA, procedente de Córdoba, como si se
tratara de un aumento salarial. En la mesa de la confitería contigua a los mostradores de
LAPA, otros docentes respiraron aliviados al saber que unos colegas cordobeses, a los que
esperaban, ya había tocado tierra sanos y salvos. Martín, coordinador de LAPA
Estudiantil, el plan de pago en cuotas para estudiantes en viaje de egresados, tuvo ayer
un día devastador. El, y otros tres compañeros de tareas, tuvieron que soportar la
presión constante de unos cincuenta familiares que esperaban el vuelo 3305 procedente de
Bariloche. Cerca de las 17, con cuatro horas de demora y en la pista de Ezeiza, a 40
kilómetros del Aeroparque, el avión se apoyó en la pista y los parientes volvieron a
respirar. Por lo menos ya están en tierra firme, suspiró Rosalía, cuyo hijo
Diego había quedado a una hora y media de viaje de su casa en Caballito. Antes se habían
escuchado comentarios de todo tipo. Una mujer, para darse ánimo, aseguró ante todos que
una alta fuente de la Fuerza Aérea le había confiado que LAPA puso en cada
avión a sus mejores pilotos. Eso, dijo, la dejaba mucho más
tranquila. Otra madre, dando por cierto sus dichos, reflexionó: Claro, tiene
que pasar algo muy grave para que finalmente tomen las medidas necesarias. Un hombre
muy gordo, padre de otro alumno, ensayó un chiste sobre las medidas tomadas en Ezeiza
para que los aviones no siguieran de largo por la pista hasta cruzar la Avenida Ricchieri.
Nadie sonrió. No fue linchado porque la intención había sido distender los nervios.
Pasadas las 20.30 el Aeroparque quedó casi desierto y los fantasmas siguieron recorriendo
la pista, al amparo de la niebla. nota a
Un susto en Mendoza
Un avión de LAPA, a punto de despegar desde el aeropuerto de
El Plumerillo, en Mendoza, tuvo que ser abandonado por los pasajeros a último momento, al
comprobarse que funcionaba mal uno de los radares y que no estaba en condiciones óptimas
para el vuelo. La novedad, revelaron voceros del aeropuerto, fue comunicada a los
pasajeros por el propio comandante de la nave, quien les aclaró que podían partir en
esas condiciones o bien esperar la llegada de otro avión. Como la gente está muy
sensible por el accidente del martes pasado, no bien el comandante hizo el anuncio, todos
comenzaron a bajar de la máquina de LAPA, algunos en silencio y otros visiblemente
molestos por la situación planteada. El vuelo 3192, que debía partir a las 8.30 de ayer,
quedó demorado hasta las 11.30. Finalmente, para cumplir el servicio, LAPA tuvo que
contratar una máquina de Aerolíneas Argentinas. Las autoridades de LAPA no brindaron
ninguna información sobre el inconveniente. |
CANCELACIONES Y CAMBIOS DE LINEA SEGUN LAS AGENCIAS DE VIAJE
Algunos prefieren viajar en micro
La respuesta fue
nefasta. Todo el mundo cancela o pide cambiar su pasaje por el de otra aerolínea.
La respuesta de Alejandro Aldeco, de Sunquets Travel, coincidió con la de otras agencias
de viajes consultadas por Página/12. La tensión de los usuarios luego del accidente
aéreo ocurrido en el Aeroparque Jorge Newbery se hizo sentir. Algunos clientes
decidieron viajar en ómnibus o por otras compañías aéreas, a pesar de la diferencia de
precio, aseguró Sergio Niño, de Morel Viajes. La venta de pasajes aéreos y el
mercado turístico no son los mismos luego del accidente del avión de LAPA. A la
reducción de la demanda producto de la recesión económica se sumó el efecto
psicológico y la desconfianza que deja en los pasajeros una tragedia. Ofrecer
LAPA los primeros días era como decir una mala palabra ante el cliente que nos
consultaba, cuenta Anahí, empleada de una agencia del barrio de Belgrano, quien
pidió no ser identificada. Pero no todos los pasajeros, del otro lado del teléfono,
reaccionaban igual. Según los operadores de turismo hubo clientes que tomaron el
accidente como una tragedia de carácter excepcional y nada más.Al menos así lo está
viviendo Daniel Noya, de la agencia Dónde. Nosotros hacemos la zona del Caribe con
LAPA, entre otras compañías, y prácticamente no hemos tenido alteraciones. La gente
pregunta, como es lógico después de un episodio como el del martes último, pero no
sufrimos cambios significativos. También para María Rosa Carreri de Clara Minte
Turismo la caída de la demanda no fue tan brutal como temía. Pensábamos que iba a
ser peor la respuesta de la gente. Tuvimos algunas solicitudes de cambio de compañía
aérea e incluso clientes que prefirieron viajar en micro hasta destino, pero por suerte,
en general, se han mantenido las reservas. Pero viajar o no viajar por LAPA se
convirtió para muchos pasajeros en la pregunta del millón. Según una fuente de Pallmer
Travel que trabaja con LAPA en vuelos de cabotaje en todas las consultas que nos
hacen por presupuestos, de inmediato, nos agregan por cualquier compañía menos por
LAPA. Raúl Pisciotto, de Cabo Verde turismo, es operador turístico de la
zona sur del Gran Buenos Aires y comentó a este diario cuál fue la reacción del turista
ocasional. Es decir, aquel que prepara y espera su viaje con mucho tiempo de antelación.
Los que piden tarifas para un destino específico, del país, te aclaran por
LAPA no. No nos sorprendió la respuesta. Es similar a la que se vivió cuando se
cayó el avión de Austral, en Fray Bentos. Todos se sensibilizan temporalmente. Después,
por desgracia, todos se olvidan. En otras agencias prenden velas para que así sea.
La demanda de pasajes para vuelos de cabotaje se nos cayó desde la noche del
martes. La gente está insegura, tiene miedo y pregunta. En relación a lo que ya
teníamos vendido la gente está optando por cambiar de compañía u otro tipo de
transporte. Algo similar nos ocurrió cuando se vino abajo el avión de Austral. Esperemos
que dure sólo tres meses, como aquella vez, porque sino no sé quién nos salva,
cuenta preocupada Silvina, empleada de una de las principales agencias de la zona norte de
Buenos Aires, que solicitó reservar su identidad. Hay, sin embargo, pasajeros que
reaccionan de manera diferente. Con una respuesta peculiar se encontró Sergio Niño, de
Morel Viajes, quien comentó que después del accidente tuvimos algunas solicitudes
de cambio pero también muchos pidieron LAPA porque piensan que ahora se van a cuidar y se
va a viajar mejor.
Las empresas no pagan la tasa paraseguridad,
pero nadie las sanciona
La semana pasada la Fuerza Aérea
puso un ultimátum a las empresas: si no pagaban los 16 millones debidos por tasas de
protección de vuelo no operarían. Ayer se cumplió el plazo y no pagaron. Dicen que son
muy altas, pero en cambio pagan las de Aeropuertos 2000. |
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Por Eduardo Videla
Como siempre, el hilo se
corta por lo más delgado. Las empresas de aeronavegación se pusieron firmes y no pagaron
la deuda de 16 millones de dólares que les reclama Fuerza Aérea por las tasas de
protección de vuelo. La Aeronáutica, por su parte, no cumplió con su amenaza de
suspender a partir de ayer todos los vuelos de cabotaje si no cobraba ese dinero. La tasa
en cuestión está destinada al mantenimiento de los equipos de seguridad de los vuelos y
el control del tránsito aéreo. El conflicto se generó a partir de la resolución del
Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), que aumenta la tasa de
protección de vuelo en un 97 por ciento. Ese incremento representa para las empresas una
erogación de 11 millones de dólares más por año que lo que se pagaba hasta 1997,
dijo a Página/12 el titular de la Junta de Representantes de Compañías Aéreas (JURCA),
Fernando Dozo. Las empresas se opusieron desde el comienzo a ese incremento y ninguna lo
pagó, salvo la Southern Winds. Presentaron recursos administrativos ante el ORSNA y sólo
una de ellas recurrió ante la Justicia: la empresa LAPA. Si no han mejorado el
servicio de seguridad en los aeropuertos, no hay razón para que aumenten las tasas,
es el argumento en que se escudan las compañías para rechazar el pago. Las empresas
rebeldes son Aerolíneas Argentinas, Austral, LAPA, Dinar, Laer y Keiken.El aumento de la
tasa de protección de vuelo no es el único que origina las protestas empresarias: las
compañías rechazan además el Fondo de Incentivo Docente, que representaría una
erogación de 15,4 millones de dólares, y que hasta ahora no hemos pagado,
asegura Dozo. También se quejan por el aumento en los permisos de uso de aeropuerto, que
les cobra la concesionaria Aeropuertos 2000 (40 pesos el metro cuadrado) y los derechos de
parking de los aviones, que subió el 35 por ciento.Si están en contra de los
aumentos, ¿por qué le pagan a Aeropuertos 2000 y no a la Fuerza Aérea? preguntó
Página/12.Estamos pagando bajo protesta contestó el empresario.Las empresas
consideran razonable el reclamo de la Fuerza Aérea, pero no están de acuerdo
con ser ellas las que hacen el aporte. Las tasas van a parar al Tesoro, que nunca
gira la totalidad de los fondos al Comando de Regiones Aéreas. Desde hace diez años que
el Estado se viene quedando con fondos destinados a infraestructura, se quejó Dozo.
Según la Fuerza Aérea, en los últimos siete años se recortaron 125,7 millones
destinados a la seguridad en aeropuertos. La disposición 53 del ORSNA, que dispone el
aumento, comenzó a aplicarse en agosto de 1998. Según la cámara empresaria, en
noviembre se acordó con la Fuerza Aérea que las empresas continuaban pagando la
tasa anterior, mientras se resolvía el diferendo, para que la fuerza pueda contar con
ingresos para solventar las tareas de mantenimiento, explicó Dozo. El dirigente
empresario admitió que durante este año algunas empresas se atrasaron en los pagos. En
junio, la Fuerza Aérea resolvió desconocer el acuerdo y comenzó a reclamar el pago de
la totalidad de la tasa. La semana pasada, después del accidente del avión de LAPA, los
brigadieres salieron con los tapones de punta: les dieron a las empresas un ultimátum
hasta las 0 del lunes 6 (ayer) para ponerse al día con la deuda. En caso contrario, no se
autorizarían los vuelos de las compañías deudoras, lo que producirá la
suspensión de los vuelos de cabotaje de las empresas infractoras. La advertencia
llevaba la firma del brigadier Enrique Ermelindo Dutra, jefe del Comando de Regiones
Aéreas, organismo a cargo de la seguridad de los aeropuertos.Los aeroparques funcionaron
ayer con normalidad en todo el país. Consultados por este diario, voceros de la Fuerza
Aérea aseguraron que la amenaza de suspensión no se cumplió porque las empresas
cancelaron parte de la deuda, aunque no dieron más precisiones. La cámara
empresaria se encargó de desmentir esa información. No se pagó un peso más que
lo que se venía pagando desde antes, aseguró Dozo. Las aerolíneas acordaron
esaposición el viernes, en una reunión donde doblaron la apuesta: resolvieron ellas
mismas suspender los vuelos de cabotaje hasta que la Justicia no reabriera el Aeroparque.
DECLARARON PASAJEROS: HOY LO HACEN LOS
TECNICOS
Palabra de los sobrevivientes
Por A.M.
En la investigación de
la tragedia de Aeroparque que lleva adelante la Justicia comenzó la etapa de las
declaraciones. Hoy deberán presentarse los técnicos de LAPA que podrían aportar
elementos a la hipótesis de la falla mecánica como causa del accidente, porque son los
que arreglaron el Boeing que hace una semana fracasó en su despegue y estalló en llamas
contra un terraplén de la Costanera. Ayer dieron su testimonio tres sobrevivientes. Los
fiscales solicitaron que se presenten las personas que estaban en sus automóviles
detenidas frente al semáforo cuando el avión cruzó la avenida Rafael Obligado a 250
kilómetros por hora (ver aparte). Hugo Perotti, María Inés Di Giano y María Lucrecia
Correa estaban ubicados en la parte trasera del avión, en las filas 19 y 20. Relataron
que los minutos previos al impacto no notaron nada extraño porque iban leyendo y
charlando entre sí. Como ninguno de ellos teme volar, no prestaron atención a los
detalles de lo que sucedía con la aeronave. Mañana declarará una de las dos azafatas
que sobrevivieron, María Lía Antolín. Su compañera, Cristina Iglesias, ya fue
escuchada el sábado, al igual que el ex piloto de LAPA, Enrique Piñeyro, quien ratificó
ante el juez federal Gustavo Literas las denuncias contra la empresa que había formulado
en los medios. El magistrado del caso aseguró a Página/12 que viajará a Córdoba sólo
si hay sobrevivientes que no pueden viajar a Buenos Aires. Hoy llegan tres desde la
capital mediterránea.También declararon ante los fiscales Carlos Rívolo y Claudio Navas
Rial tres testigos que vieron el accidente desde lugares diferentes, uno de ellos desde la
pista. Si bien no trascendió el nombre de los declarantes ni el contenido de sus
respuestas, este diario pudo saber que los testimonios fueron coincidentes y sus palabras
resultaron muy ilustrativas para la reconstrucción de los hechos.Por otra parte, el
abogado Ricardo Monner Sans presentó dos denuncias que recayeron en el juzgado de Adolfo
Bagnasco y en el juzgado en lo contencioso administrativo a cargo de Ernesto Marinelli. En
la primera pidió que se investigara si las empresas aéreas cometieron delito al obstruir
un servicio público. Esto se encuadraría dentro del artículo 194 del Código Penal
que reprime el impedir o el entorpecer el normal funcionamiento de los
transportes, incluido el aéreo, con castigo de hasta dos años de prisión. Y
también habría sido violada la denominada Ley de Abastecimiento. El Poder
Ejecutivo reflota leyes cuando de camioneros se trata, pero no las usa cuando el asunto
tiene que ver con la concertada actuación de poderosas empresas, se quejó el
letrado. En la segunda, promovió una acción de amparo para que disminuyan las
probabilidades de desastres aéreos. Monner Sans pidió a Marinelli que obligue a la
Fuerza Aérea a publicar mensualmente en diarios de circulación nacional y del interior
del país un informe explícito y fundado sobre la calificación mensual de las
empresas aerotransportistas en relación a la seguridad que ofrecen sus aeronaves.
La Corte Suprema de Justicia puso a disposición de Literas al cuerpo de peritos del Alto
Tribunal.
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