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El presidente egipcio Hosni Mubarak, uno de los artífices del acuerdo de paz entre israelíes y palestinos firmado el sábado, sobrevivió ayer a un atentado contra su vida. El agresor, muerto por los guardaespaldas presidenciales, no habría sido miembro de un grupo fundamentalista. En otro frente, fuentes palestinas afirmaron que el doble atentado terrorista del domingo en Israel fue obra de miembros de la comunidad árabe-israelí. La policía israelí no hizo comentarios, pero tiene a cinco sospechosos en custodia. Desde ayer, está prohibido en Israel cualquier recurso a la tortura para extraer información de prisioneros implicados con el terrorismo (ver nota aparte). A pesar de las señales de una ofensiva terrorista, el acuerdo de paz sigue en marcha. El gabinete palestino lo aprobó ayer por amplia mayoría. El gobierno israelí lo había hecho el domingo, y mañana el Parlamento (Knesset) decidirá su aprobación final. El atentado contra el presidente Mubarak hizo resonar inmediatamente el eco de la suerte de su predecesor, Anwar El-Sadat, asesinado después de firmar un acuerdo de paz con los israelíes. Durante un desfile en Port Said, un hombre intentó apuñalar a Mubarak mientras saludaba a la multitud reunida. El presidente logró desviar el cuchillo, sufriendo una leve herida en su mano, y sus guardaespaldas acribillaron al atacante. La información suministrada ayer por las autoridades egipcias sobre el asesino proveía un perfil curioso. El-Sayed Hussein Soliman, de 40 años de edad, era un comerciante de frutas conocido por la policía a causa de sus actividades delictivas, en especial robo. Además, no estaba relacionado con organizaciones fundamentalistas islámicas, recalcó el Ministerio del Interior en El Cairo.En Israel, la investigación sobre la autoría del doble atentado con coches-bomba del domingo podría tener importantes repercusiones en el proceso de paz. Si se revela que los terroristas operaron desde territorios bajo control palestino en Gaza y Cisjordania, sería un golpe para el líder palestino Yasser Arafat, quien está comprometido por los acuerdos de paz a efectivizar las medidas de su gobierno contra el terrorismo. Pero si, como aseveraron ayer fuentes de seguridad palestinas, los responsables fueron miembros de la comunidad árabe-israelí, sería una señal alarmante de que se está abriendo un frente terrorista interno para el gobierno israelí. El viceministro de Defensa israelí, Ephraim Sneh, consideró ayer factible que las organizaciones terroristas islámicas hayan reclutado a algunos ciudadanos árabes-israelíes. Estas organizaciones, agregó en apoyo a Arafat, podrían haber comenzado a hacerlo dada la dificultad que encuentran en operar en Cisjordania y Gaza. Residentes de una aldea cercana a una de las ciudades donde se registró el doble atentado identificaron a dos de los responsables, que habrían muerto en la explosión, como Amir Masalcha y Jad Azaiza, ambos miembros de un grupo religioso que opera en Israel llamado Movimiento Islámico. Arafat calificó públicamente ayer los atentados como actos de destrucción que debemos combatir, e informó que llamó a Barak para expresarle su condena absoluta a ellos.
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