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 El Fondo
Monetario Internacional dejó trascender ayer dos informaciones claves para Argentina.
Primero confirmó, como anticipó Página/12, que tiene un pronóstico de crecimiento para
el país de apenas 1,5 por ciento para el 2000, menos de la mitad de lo que figura en el
Presupuesto que elaboró Roque Fernández, y muy por debajo de Brasil. Segundo, adelantó
que serán necesarias nuevas subas de tasas de interés en Estados Unidos, lo cual
repercutiría negativamente en Argentina, al aspirar capitales de los mercados emergentes.
La tercera información con fuente FMI también podría ser trascendente, de no ser por el tono confuso con que la explicó uno de los expertos del organismo en impuestos. Según el funcionario, llamado George Kopits, quien ayer disertó en un Congreso de Tributaristas en San Martín de los Andes, “si bien la homogeneización de tasas del IVA no es necesaria (en el Mercosur), sería prudente fijar una tasa mínima, por ejemplo del 15 por ciento, antes de eliminar las fronteras fiscales”. Esta frase llevó a algunos a pensar que Kopits proponía un IVA en el Mercosur del 15 por ciento. Sin embargo, lo cierto es que hoy en día todos los técnicos del organismo piensan en que el IVA debería subir antes que bajar. La modesta tasa de crecimiento que espera el FMI para el año próximo no es un dato menor. Como menos expansión de la economía se traduce en menos recaudación tributaria, esto significa que, el día después de las elecciones, el Fondo reclamará un fuerte ajuste fiscal sobre las cuentas del Presupuesto 2000 que girará en los próximos días Roque al Congreso, y que parte de la base de que la economía crecería 3,5 por ciento. Además, los pronósticos del Fondo revelan que Argentina quedaría muy rezagada en relación a Brasil que, pese a la devaluación y a la crisis, para los técnicos del organismo crecería un 4 por ciento. Más aún, la caída de la economía brasileña sería de sólo 1 por ciento este año, contra el 3 por ciento previsto para Argentina. Para el Fondo, Estados Unidos crecería el año próximo al 2,6 por ciento, una tasa considerable pero menor al 3,7 por ciento previsto para este año. El pronóstico para la actividad económica mundial, en cambio, es de 2,8 por ciento, frente al 2,5 por ciento de este año. “Para limitar los riesgos y evitar un sobrecalentamiento, probablemente se necesitarán aumentos oportunos de tasas”, dice el FMI en el informe “Panorama Económico Mundial”, que difundirá a fin de mes en Washington. En la visión del Fondo, Estados Unidos debería mantener la rigidez de la política fiscal de años recientes. El organismo está preocupado por el “sobrecalentamiento” de la economía norteamericana, que podría hacer resurgir la inflación. Pero, por otro lado, también dice que “los desequilibrios existentes podrían provocar un duro aterrizaje de la economía del país”.
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