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EN BRASIL LA IGLESIA PROTESTA MAS QUE LOS PARTIDOS
Poner el grito en el cielo

La Iglesia Católica convocó ayer el quintoGrito de los Excluidos en todo el Brasil. Calculaba reunir un millón de personas.

Una imagen del “Grito de los Excluidos” en Brasilia.
Los actos se extendieron por 1200 ciudades de todo el Brasil.

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Página/12 en Brasil
Por Darío PignottiDesde San Pablo

t.gif (862 bytes) “O el gobierno cambia de política económica o nosotros cambiamos el gobierno”, declaró el vocero de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), padre Luiz Bassegio. Lo hizo en abierta confrontación con el presidente Fernando Henrique Cardoso, a quien le exige “Cambios Ya” mientras anuncia que el año entrante lanzará una consulta nacional sobre la (in)conveniencia de pagar la deuda externa. Desde 1995, año en que asumió Cardoso, la CNBB convoca cada 7 de setiembre a la movilización de “El grito de los Excluidos”, coincidiendo con las celebraciones de la independencia nacional (1822). Si bien no se habría alcanzado el millón de personas previsto por los organizadores, las misas de protesta reunieron 10 veces más personas que la marcha opositora realizada 13 días atrás, con 70.000 manifestantes. Los actos se realizaron en “1000 ciudades de cada rincón del Brasil que está lleno de tristeza y preocupación”, según propalaba por la tarde de ayer la Radio Católica 9 de Julio. En Belem, 15 personas –entre ellas, cuatro niños– resultaron heridos en enfrentamientos con la Policía Militar. La mayor concentración reunió 80.000 personas, según estimó la Policía Militar (no muy católica para contar manifestantes) y tuvo lugar en la Basílica de Nuestra Señora de Aparecida del Norte, situada en el valle de Paraíba, 170 km al norte de San Pablo. Fieles y activistas comenzaron a llegar de madrugada. Muchos se asociaron a la broma del día: ostentaban un carnet de trabajador verde-amarillo, una ironía sobre el desempleo en alza (dos millones de desocupados sólo en el Gran San Pablo). Sobre el mediodía se refrendó la tradición bíblica con el reparto de 4000 panes.Nuestra Señora de Aparecida es algo así como la Virgen de Luján en Argentina. Claro que mientras en el santuario argentino todavía despacha el carapintada Emilio Ogñenovich, en la jerarquía católica brasileña es gravitante la corriente progresista, tanto que hoy ese sector controla la conferencia episcopal más numerosa del mundo. Helder Cámara, tipificado como el obispo rojo por la dictadura local, fundó la CNBB en los años 50.Con religiosa puntualidad, a las 10 de la mañana, el cardenal Aloísio Lorscheider inició el oficio en el altar principal de la “Nueva Basílica”, denominación que identifica al monumental edificio con ladrillos a la vista erigido hace unos 50 años sobre el ingreso a la ciudad. “La Basílica Vieja sigue funcionando pero era pequeña para nuestras peregrinaciones. La “Nueva” debe tener tres o cuatro veces más capacidad que la otra y además un gran patio”, describió en diálogo con Página/12 Don Flavio, desde el Convento de Aparecida. El santuario paulista guarda proporción con las multitudes que sigue convocando el catolicismo brasileño, un dato que merece traducción política: la asistencia de ayer en todo Brasil multiplica varias veces a los 70.000 manifestantes convocados por la oposición política en Brasilia 13 días atrás.“¿Por qué esa diferencia tan ostensible?”, le preguntó Página/12 al concejal Orlando Fantazini, un militante del Partido de los Trabajadores que está vinculado con las pastorales de base católicas. “Porque no hay ninguna institución política, social o cultural que tenga el desarrollo territorial y la penetración histórica que ha desarrollado la Iglesia Católica brasileña”, respondió. “¿Con esta marcha la Iglesia midió fuerzas frente a otras organizaciones partidarias y sociales?”, repreguntó este diario. “No sé si la Iglesia necesita demostrar su fuerza a otras organizaciones, pero sí queda demostrada su capacidad de movilización y su peso moral en Brasil”, analizó Fantazini, quien se sumó a la “Romeria Operaria”, un contingente de trabajadores con y sin empleo que caminó durante siete días hasta llegar a la Basílica. Las peregrinaciones están en la memoria cultural del Brasil profundo, en el calvario de su miseria. Son un acto de fe que la Iglesia y los Sin Tierra han recreado como práctica política de una sociedad con un 63 por ciento de excluidos (según la Folha de Sao Paulo), una categoría sociométrica que contempla otras tres: “pobres”, “desposeídos” y “miserables”. Para que se entienda mejor: hay 25 millones de brasileños mayores de 16 años en condición de miserables. Esto implica que ganan 50 dólares al mes, tienen escolaridad hasta primer grado y una perspectiva de “ascender” a desposeído casi igual a cero.Mientras tanto, el presidente Cardoso no encuentra sosiego. En sólo 15 días soportó dos movilizaciones opositoras, mediciones de opinión pública con 59 por ciento de rechazo y 16 por ciento de aprobación y una rebelión en la propia tropa que terminó con su amigo, el ministro desarrollista Clovis Carvalho, a quien pidió la renuncia para calmar a la facción monetarista del gabinete (el ministro de Economía Pedro Malan). Y mientras los Sin Tierra ya están marchando hacia Brasilia, donde arribarán en octubre para realizar su propia concentración opositora (seguramente la más radical de todas), las intrigas por la sucesión presidencial se cocinan en las narices de Cardoso, alentadas por la seria erosión que ha socavado el poder del Palacio de Planalto.

 


 

MAS CAUSAS CONTRA EL EX DICTADOR
Gral. Pinochet, repórtese

t.gif (862 bytes) Mientras la mesa de diálogo entre militares y abogados de derechos humanos se reunía ayer por tercera vez, el juez chileno Juan Guzmán Tapia recibió dos nuevas querellas criminales –que se agregan a las 30 ya existentes– contra el ex dictador Augusto Pinochet. Hoy saldrá en Santiago el libro Chile desclasificado, un resumen de los 5800 documentos vinculados con la dictadura chilena que el gobierno norteamericano desclasificó hace dos meses. El canciller chileno en funciones, Mariano Fernández, calificó de “sarcasmo” el plazo de 20 días que el juez español Baltasar Garzón le dio a Pinochet para presentarse ante la Audiencia Nacional en Madrid.Un día después del Día de la Unidad Nacional, que pasó sin pena ni gloria, el Ejército recordó ayer el atentado que Pinochet sufrió en 1986 por parte de un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Los guerrilleros emboscaron la caravana de automóviles que acompañaban a Pinochet a 50 kilómetros de Santiago, pero el entonces dictador salió ileso. En otro orden de cosas, el canciller español Abel Matutes anunció que acudirá el próximo día 14 al Congreso para explicar la posición de su gobierno ante la posibilidad de que España y Chile acudan a un arbitraje internacional en relación con Pinochet, detenido en Londres y a la espera de un juicio de extradición a Madrid.

 

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