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Por Gustavo Veiga Carlos Gustavo Mascardi navega en un mar de billetes. Para no zozobrar, el poderoso caballero que le rinde culto al dinero hace piruetas que vuelven inocuos a los rígidos controles impositivos. Aunque no siempre puede contra la AFIP. En ocasiones, su nombre aparece denunciado en los medios por sospechas de evasión fiscal. El intermediario más famoso ocupa un lugar en la lista de grandes contribuyentes individuales pero, no porque lo sea según el asesor de la AFIP, Pedro Kondratiuk, sino porque le hicimos una denuncia penal y su caso requiere mayor atención. La causa 9303 está radicada en el juzgado n 8 del doctor Jorge Brugo, quien no brinda información a la prensa sobre la misma y tampoco ha convocado a la ex DGI a declarar. Sólo se conoce la ratificación inicial de la denuncia sobre lo que Kondratiuk considera una maniobra fraudulenta en los pases de Marcelo Salas y Cristian Traverso desde la Universidad de Chile al fútbol argentino en 1996. Antes y después de esas operaciones, Mascardi ha logrado traspasar los umbrales de muchos clubes River ya es todo un símbolo de su injerencia y, en diferentes países, abrió mercados en los que no encuentra dificultades para operar. Acaso porque Faustino Asprilla fue el futbolista que le reportó más dividendos, el empresario vuelve de vez en cuando a Colombia, donde está vinculado a un tal Giancarlo Uda, propietario de una cadena de pizzerías en la ciudad de Cali y que es el hombre que le sugiere jugadores para comprar.Gabriel Meluk es un periodista colombiano que trabaja en el diario El Tiempo de Bogotá y conoce algunos pormenores de la labor profesional que desarrolla el intermediario argentino en su país. Mascardi tiene un convenio con la famosa escuela de fútbol Carlos Santiago Lora, de la que salieron Calero, Mondragón y Córdoba. Pero si no posee contactos en determinado club colombiano, como ocurrió cuando quería adquirir a Juan Pablo Angel, se ocupa de llamar a quien sí los tiene. De ese modo habría conocido a Uda por intermedio de Efraín Pachón, un ex presidente del Independiente Santa Fe.Aunque en más de una oportunidad negó toda vinculación, quien le dio un salvoconducto a Mascardi para moverse a su antojo en River fue Daniel Passarella. Varios de los actuales dirigentes ex socios comerciales del técnico que en la actualidad conduce al seleccionado uruguayo hicieron lo demás. Hoy, el intermediario comparte la sociedad del bar temático World Sports Café, junto a un puñado de directivos riverplatenses. Aquel tipo de relaciones le permitieron al empresario impedir que River contratase a José Luis Chilavert porque él no participaba de la operación. En cambio, hasta ahora poco se sabía de cómo Mascardi influyó para que Ariel Chupa López no pasara también al club de Núñez. Los principales dirigentes de Lanús por entonces, el delantero jugaba en ese equipo están convencidos de que el intermediario tuvo mucho que ver en la frustrada transferencia. Acabábamos de juntarnos con los directivos de River y se había convenido todo. Mascardi estaba sentado en el mismo bar, a dos mesas de nosotros. Cuando nos íbamos sonó mi celular y era él. ¿Arreglaron?, me preguntó. Sabía lo que pasaba. Horas después se cayó la venta, contó Nicolás Russo, de Lanús. López no llegó a River por una discutible lesión que fue soslayada tanto por el Mallorca español como por San Lorenzo, dos clubes en los que continuó haciendo goles como si nada. Mascardi es un empresario que, según los agentes de bolsa que más lo conocen, tendría una fortuna estimada de 150 millones de dólares. Este personaje acuña máximas del tipo prefiero a los dirigentes corruptos y no a los tarados o gracias a estas operaciones se recaudan más impuestos. Nadie discute el poder de Mascardi, quien hasta es capaz de montar operaciones de prensa. Enrique Polola, el preparador físico que trabajó enFerro junto a Gerónimo Saccardi, recuerda que Cacho le quería pegar cuando intentó meter en el club a Neuspiller. El día que lo trajo, había varios periodistas, algo inusual en Ferro. Desde la institución de Caballito, Mascardi intervino en los pases a River de Germán Burgos y Roberto Ayala.En el club que preside David Pintado, sólo con su jugador fetiche, Sergio Berti, batió records de transferencias. Lo adquirió en Boca el 20 de marzo de 1990, luego se lo prestó a River el 1 de julio de 1990, de ahí lo llevó al Parma al año siguiente, dos temporadas más tarde se lo cedió al club de Núñez nuevamente. El 9 de agosto de 1995 volvió a colocar al volante en el Zaragoza español, que se lo devolvió a River primero por una temporada y después en forma definitiva. El final es más conocido. Hoy Berti juega en el América de México.Ante las sospechas que despierta y las críticas que recibe de sus adversarios y competidores, Mascardi alguna vez afirmó: Yo nunca estuve preso. Es verdad. La cárcel, por ahora, no es para él.
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