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Por Eduardo Videla Hasta la semana pasada, el riesgo de una tragedia era una discusión teórica. Ahora, es una realidad, dice el secretario de Gobierno porteño, Enrique Mathov. Ese es el argumento central de la decisión que ya tomó la administración De la Rúa: poner fin a las actividades de las tres estaciones de servicio que funcionan en la Costanera, cerca del Aeroparque Jorge Newbery, terminar con las concesiones de Punta Carrasco, Coconor y el restaurante Clo Clo, y clausurar definitivamente Costa Salguero. Aunque el argumento gira en torno de la seguridad de la zona, la actividad de los comercios y centros cuestionados no podrá reanudarse cuando se traslade el Aeroparque: la zona está codificada como Urbanización Parque y sólo podrá estar destinada a espacio verde. El cierre de las estaciones de servicio es cuestión de días, dice Mathov, aunque prefiere no hablar de clausura sino de un cese voluntario por parte de las petroleras. El riesgo de las estaciones de servicio ubicadas sobre la Costanera Norte cobró una vigencia dramática después del despiste del avión de LAPA, que pasó descontrolado a 50 metros de la Esso de Punta Carrasco y estalló unos metros más allá. En las cercanías de Aeroparque funcionan tres abastecedoras de combustibles: de sur a norte, la EG3 situada en Salguero y Costanera; la Esso de Punta Carrasco, y otra EG3, instalada 200 metros antes de extremo norte de la pista. Las tres, administradas directamente por las empresas petroleras, constituyen virtuales bombas de tiempo ante posibles accidentes aéreos, según quedó demostrado hace una semana.Llevamos 72 horas de conversación con las petroleras y hemos tenido una buena recepción. Pero la decisión definitiva aún no está tomada, dijo Mathov a Página/12, tras una reunión que mantuvo con directivos de Esso y EG3. La decisión de liberar la zona se extiende a los complejos deportivos ubicados sobre el río, aunque en este caso no habrá diálogo:u Punta Carrasco tiene sus días contados. La Dirección General de Concesiones, a cargo de Virgilio Loiacono, tiene muy avanzado un expediente por incumplimiento de la concesión, otorgada en 1987 por 20 años. El cese del contrato es inminente.u Coconor está virtualmente desactivado, después de la clausura dispuesta el año pasado por incumplimiento de contrato. Sólo falta efectivizar el desalojo, suspendido por una medida de no innovar de la Justicia. Allí sólo funciona una de las EG3 y un restaurante.u Costa Salguero es el caso más complicado. Se trata de una concesión otorgada por la Administración General de Puertos, por lo que el gobierno porteño no la puede anular. Pero según Mathov, hay dos fallos judiciales que le otorgan a la Ciudad de Buenos Aires jurisdicción sobre esos terrenos, por lo que las autoridades locales están en condiciones de disponer la clausura. Sin embargo, aún está pendiente un tercer recurso de amparo. La cancelación de las dos concesiones no traerían aparejadas demandas por indemnización, ya que están amparadas en incumplimientos de contrato. Tampoco la eventual clausura de Costa Salguero, que para el gobierno porteño es ilegal. Las estaciones de servicio alquilan los espacios que ocupan a las concesionarias mencionadas. El gobierno porteño tiene atribuciones para clausurarlas, por considerarlas de alto riesgo. Sin embargo aclaró Mathov preferimos un acuerdo. El único objetivo es evitar riesgos para las personas.
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