Apenas subió al avión que uniría Buenos Aires con San Pablo le pareció que lo conocía. Pero decidió confirmarlo. Sacó entonces su lapicera azul y garabateó un Quino dibujando arriba de un avión. La leyenda que acompañaba la imagen era sencilla: No hay dos personas así en el mundo. ¿Usted es Quino? Lo pregunta Paulo Caruso, dibujante brasileño. Pocos minutos después el famoso caricaturista recibió la respuesta: El dibujo de Mafalda, esta vez con tinta negra, con unas pocas palabras. Sí, soy yo mismo/a decía. Un abrazo, Quino. Los dos se dieron por satisfechos.
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