Por Raúl Dellatorre No quedó un ladrillo sobre
otro. A tres meses de la salida del actual gobierno, estalló el escándalo de las coimas
en los contratos de concesión de rutas por peaje firmados nueve años atrás. Guillermo
Laura, ex directivo de Sideco (grupo Macri) y de Dycasa (empresa española), acusó a la
Cámara Argentina de la Construcción de haberse manejado en base al soborno
sistemático de funcionarios y al silencio de la mafia, asegurando que desde ese
ámbito se han digitado todos los contratos. Involucró en forma directa a sus ex
empleadores y a los grupos Roggio y Techint. Le imputó al ex ministro Roberto Dromi haber
recibido 5 millones de dólares por la asignación de dichos contratos y al actual
secretario de Obras Públicas, Raúl Costamagna, haber comprometido a los concesionarios
en el pago de otros 200 millones de dólares para conseguir su renegociación que, según
el denunciante, se destinarían a financiar la campaña electoral. Dromi le replicó que
se trataba de una difamación solemne, que si fuera cierta, se estaría ante
una mafia, una asociación ilícita en delitos no excarcelables, de la cual no
salimos ninguno, ni los empresarios, ni yo ni él tampoco, por encubridor, porque lo supo
y lo calló, y además trabajó con esos corruptos. El tema no termina ahí: la
denuncia está presentada en la Justicia, y, según pudo averiguar Página/12, para la
semana próxima los denunciantes prometen llevar a los tribunales, junto a Laura, a otros
empresarios arrepentidos, supuestos testigos del pago de coimas.
Nadie tiene la vida comprada. Si a mí me pasa algo, por lo menos que quede mi
testimonio ante escribano público de cómo ha sido este proceso corrupto de las
concesiones, expresó ayer Guillermo Laura, un ex funcionario del intendente
municipal de la última dictadura Osvaldo Cacciatore. Relacionó la muerte de Alfredo
Yabrán, la fuga de Raúl Moneta, y el encarcelamiento de Juan Trilla, José Manuel Pico y
Raúl Romero Feris con el caso que denunció. Cuando se juntan, se ve que no son
hechos aislados, sino que forman parte de una corrupción que es impagable,
comentó.
Laura fue el autor del Proyecto 10, que había entusiasmado al presidente Menem con la
idea de construir 10 mil kilómetros de autopistas en todo el país, financiado con un
aumento del impuesto a los combustibles, que prometía terminar con el desempleo. La obra,
cuestionada por sus aspectos faraónicos, quedó en la nada. Pero su concreción hubiera
significado la rescisión de los contratos por peaje, lo que enfrentó a Laura con el
lobby de los dueños del peaje.
Los contratos de concesión por peaje fueron adjudicados en 1990 por el entonces ministro
Roberto Dromi, y obligaban a los adjudicatarios al mantenimiento y mejora de las rutas a
cambio de lo que recaudaran en las cabinas, que más de un análisis consideró arbitrario
y oneroso. Sin embargo, en el último año los contratistas obtuvieron el reconocimiento
de deudas por 200 millones de pesos y la extensión de los contratos, pero a cambio de
bajar las cuestionadas tarifas. Estas gestiones estuvieron a cargo del actual secretario,
Raúl Costamagna.
Tengo testigos de que hubo coimas, declaró ante Página/12 Roberto Azareto,
titular de la Asociación de Defensa de Usuarios de Servicios Públicos, que en marzo de
este año presentó la denuncia a la Justicia. Azareto aseguró que Rodolfo Perales,
presidente de la Cámara de Concesionarios Viales, fue quien abonó el soborno de cinco
millones de pesos al entonces ministro Dromi y que Eduardo Baglietto, directivo de Techint
y actual presidente de la CAC, llamaba a cada empresa para decirle cuándo tenía
que poner su parte.
En el momento de hacer la denuncia, cuestionamos los contratos, pero teníamos
algunas dudas sobre las coimas, relató Azareto, dirigente además del Partido
Demócrata porteño. Ahora tenemos nuevos testigos dispuestos a sostener lo que
saben, hay algunos arrepentidos entre los que pertenecieron a las empresas, agregó.
Y prometió denunciar otros contratos de adjudicación. Entre ellos, el de la Ruta 2,
que ya fuepagada totalmente por el gobierno bonaerense, que por recaudación de
peaje ya se pagó otra vez y durante la vigencia del contrato se va a pagar dos veces
más.
Según la descripción del trámite licitatorio en la que coincidieron Azareto y Laura,
las empresas constructoras acordaban en la CAC la distribución de los contratos, reunían
el dinero para sobornar a los funcionarios y se fijaba el sistema de puntaje para
establecer el orden de mérito de los oferentes cuando ya se habían abierto los sobres
con las cotizaciones. En palabras de Azareto, acá hay un pacto de impunidad
para proteger un nivel de corrupción que hace inviable económicamente este país; por
este camino, corremos el riesgo de convertirnos en una república bananera.
Señaló, además, que estas operaciones habían sido encubiertas por campañas de
prensa bancadas desde la Jefatura de Gabinete, la CAC y la Cámara de Concesionarios
Viales, que contrataron al consultor Marcos Victorica y Urquiza para ejercer un lobby
periodístico.
En su denuncia, Azareto señala que la licitación fue un verdadero negociado,
que las tarifas fueron notoriamente exageradas y, además, el Estado ejerció
un ineficaz control del cumplimiento de las obligaciones. Como consecuencia,
señaló a este diario, siguen produciéndose accidentes que serían evitables, con
muertes que equivalen a un accidente de LAPA cada cuatro días.
Laura también cargó contra la renegociación de contratos, que extienden su vigencia
hasta el 2003. Acá hay una promesa de pagar una coima cuando los contratos sean
ratificados por el Poder Ejecutivo, señaló. ¿De cuánto es la coima? De 200
millones. ¿Quién la percibe? Raúl Costamagna. El es quien firmó los
contratos, pero todavía no los cobró, dijo en un contrapunto con la prensa.
Es el negociado más grande del que yo tenga noticias, agregó.
Los concesionarios se defienden de las acusaciones
Se quebró un pacto de silencio
Los
empresarios acusados por Guillermo Laura de pagar siete millones de dólares en coimas al
ex ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi, para ganar concesiones viales,
le salieron al cruce. Eduardo Baglietto, el número dos del grupo Techint, aseguró que
las declaraciones de Laura son absolutamente falsas y prometió accionar
legalmente contra el empresario.
Carlos Corach dijo que el denunciante debería presentarse ante la Justicia. Y Raúl
Costamagna, secretario de Obras Públicas, prometió llevar a Laura a Tribunales. No
entiendo cuál es el objetivo de semejante agravio, se defendió.
Estas difamaciones se originan en mi lucha por impedir que un proyecto irracional,
como el Proyecto 10, pudiera concretarse, por los graves daños que le hubieran provocado
a nuestro país, añadió Baglietto al referirse al plan para construir autopistas
ideado por Laura.
La Cámara Argentina de la Construcción (CAC) calificó como afirmaciones
calumniosas los dichos del empresario. Y adjudica el ataque a la
histórica confrontación mantenida entre la CAC y Laura en relación a los planes para
construir autopistas.
Si tiene algo concreto, que se presente a la Justicia, señaló Corach.
A mí no me consta que se hayan pagado coimas, agregó huidizo.
Los concesionarios viales también salieron con los tapones de punta. Acusados de ser
el cerebro del pago de las coimas, la cámara que los agrupa apuntó que Laura
no tiene en cuenta que este proceso licitatorio, que comenzó en 1990, contó con la
precalificación inicial de 152 empresas nacionales y extranjeras, ni que para llevarlo a
cabo se recibieron 114 ofertas correspondientes a 147 empresas. En su denuncia,
Laura apuntó que Rodolfo Perales, actual titular de la cámara, era la persona
encargada de recaudar los fondos para coimear a Dromi.
El soborno de concesionarios a
los funcionarios es sistemático
El ex directivo de empresas de la
construcción denunció a sus antiguos empleadores. Marcó a la cámara del sector como
centro de las maniobras.
Guillermo Laura, ex funcionario de
Cacciatore y mentor del proyecto de construcción de autopistas.
Por si me pasa algo, dejo mi testimonio de cómo ha sido el proceso corrupto de las
concesiones viales. |
|
Por David Cufré
Guillermo Laura
trabajó a principios de los 90 para los grupos económicos más poderosos del
país. Asesoraba en el negocio de la concesión de rutas por peajes, entre otros, a los
máximos ejecutivos de Techint, Sideco (Macri), Pérez Companc y Roggio. Ahora denuncia
públicamente a sus antiguos empleadores y a funcionarios menemistas. A Página/12 le dijo
que la Cámara de la Construcción se maneja con códigos mafiosos y que no entiende por
qué Carlos Menem aceptó la renegociación de contratos demandada por las empresas
viales. También denuncia a la ortodoxa consultora FIEL de haber sido comprada por
aquellos empresarios. El cóctel de corrupción se completa, según acusa, con la
utilización de dinero de los sobornos para el financiamiento de la política.
¿Teme por su vida?
La Cámara Argentina de la Construcción se ha manejado tradicionalmente en base a
dos piedras fundamentales. La primera es el soborno sistemático de funcionarios. Y la
segunda, la omertá, que es el silencio de la mafia. Así se manejan, pero no mandan a
matar. De todos modos, nadie tiene la vida comprada. Por las dudas, si me pasa algo, dejo
mi testimonio ante escribano público de cómo ha sido el proceso corrupto de las
concesiones viales.
¿Cómo interpreta que Carlos Menem haya aceptado la renegociación de los contratos
que pedían las concesionarias?
El lobby contra el Proyecto 10 fue tan grande que finalmente debilitó la decisión
del Presidente. Esa es mi interpretación. Yo relato los hechos objetivos. El Gobierno
prometió construir 10 mil kilómetros de autopistas y eliminar los peajes. En lugar de
eso, congeló el Proyecto 10 y decidió renegociar una prórroga a los peajes. ¿Cuál es
la explicación? No lo sé.
Su denuncia es que por esa renegociación de contratos, el secretario de Obras
Públicas, Raúl Costamagna, recibirá un soborno de 200 millones de dólares. ¿Son para
él o simplemente es la cara visible?
La coima todavía no se pagó. Es un compromiso de palabra. Costamagna es el que
firma los contratos, pero el pago está sujeto a que sean ratificados por el Poder
Ejecutivo.
¿Quiénes supone que se beneficiarán con los sobornos?
Estoy convencido que todo esto lamentablemente se vincula al financiamiento de la
política. Se dice que las campañas van a costar 200 millones de dólares. ¿De dónde
sale ese dinero? Sale de la renegociación de los peajes. Hoy las carreteras soportan el
peso de los camiones y el peso del financiamiento de la política. Elisa Carrió (diputada
por la Alianza) dijo en televisión: Estoy asqueada de cómo se financia la
política en base a sobornos que se pagan con motivo de la renegociación de las
concesiones. Y agregó: Nosotros también participamos, somos parte del
sistema. Al final, dijo una frase que a mí me parece histórica: En algún
momento, los políticos nos vamos a tener que reunir para discutir si vamos a seguir
gobernando para las cuatro empresas que nos financian la política, o vamos a gobernar
para el pueblo argentino. El día que los políticos gobiernen para el pueblo, vamos
a tener autopistas libres de peaje y no caminos con retorno.
La otra parte de su denuncia, contra Roberto Dromi, es por hechos que ocurrieron en
1990. ¿Por qué eligió este momento para hacerla pública?
Es que estas denuncias se hicieron hace tiempo. El diputado Alberto Natale escribió
un libro contando todo ésto hace varios años. Nadie le llevó el apunte, porque había
una total apatía por estos temas. El propio Gianfranco Rizzo, presidente de Impregilo y
responsable de Yacyretá, ha dicho públicamente que el 90 por ciento de la obra pública
en Argentina se hace con corrupción.
¿Tiene pruebas documentadas del soborno que dice que cobró Dromi?
Lo que le voy a decir al juez es que asesoraba a las empresas de peajes. Trabajaba
para Techint, Sade (por entonces de Perez Companc),Macri y Roggio, entre otras. Tenía
conocimiento de lo que pasaba porque asesoraba al más alto nivel.
Otro costado de su denuncia es que la Cámara de la Construcción le pagó a
economistas para que opinaran en contra del Proyecto 10. ¿A quiénes?
La CAC le entregó a la agencia de prensa de Marcos Victorica y Urquiza 4,5 millones
de dólares para que comprara periodistas y consultores. Entre ellos estaban Juan Luis
Bour y Daniel Artana, economistas de FIEL. En general todo el equipo de FIEL se movilizó
en contra del Proyecto 10. Bour escribió en un matutino que era más rentable para el
país construir pirámides en Buenos Aires, que hacer autopistas absolutamente inútiles.
Eso fue en abril del 98. Seis meses después, la CAC contrató a FIEL para hacer un
estudio económico sobre las ventajas del sistema de peajes. Y ahora los contrataron de
nuevo, para la convención que se hace la semana que viene.
¿Le asigna alguna responsabilidad a Roque Fernández en la renegociación de los
contratos, teniendo en cuenta que Costamagna está bajo su mando?
Creo que como está tan abrumado con tantos problemas, a lo mejor no tuvo tiempo de
ocuparse de este tema y lo delegó en Costamagna.
NO SALIMOS NINGUNO, NI LOS EMPRESARIOS,
NI YO, Y EL TAMPOCO
A confesión de partes, relevo de pruebas
Por Cledis Candelaresi
Un
razonamiento ético: si yo he recibido 7 millones de dólares de soborno, me lo dieron los
empresarios. Entre esos empresarios están los mismos para los que él (por Laura) ha
trabajado. Si soy culpable, también lo son los empresarios y él, que ha sido empleado
hasta hace unos días de (Francisco) Macri y de Dycasa. Roberto Dromi empezó así
su catarsis. Y continuó: El hizo una difamación solemne. En el fondo es una mafia,
una asociación ilícita de delitos no excarcelables. No salimos ninguno, ni los
empresarios, ni yo, y él tampoco. A confesión de partes. Finalmente, Dromi
amenazó con querellar a Guillermo Laura y lo desafió a probar que él cobró coima. En
diálogo con Página/12 afirmó que el autor del plan para tender diez mil kilómetros de
autopistas sólo busca vengarse de las grandes constructoras que no lo acompañaron en ese
proyecto.
Esa denuncia es producto de un desquiciado. Si las cosas fueran como él las
plantea, es un encubridor, un partícipe necesario de los delitos que denuncia. ¿Por qué
lo calló durante diez años?; ¿por qué fue empleado de los corruptos que pagaron
coimas? El trabajó para Macri y durante su gestión en Autopistas del Sol la tarifa
aumentó de 1,00 a 1,30 peso. Creo que, en el fondo, busca defender su proyecto de
autopistas. En setiembre de 1997 acudió al monseñor (Antonio) Quarracino para que la
Iglesia intercediera a favor de su propuesta.
¿Y cómo terminó esa gestión?
Mal. Lo sacaron como rata por tirante. Las concesiones de rutas por peaje ya fueron
analizadas entre 1990 a 1994 por el respetable juez Martín Irurzum, quien no detectó
ninguna irregularidad.
Pero en esa causa no se lo acusaba de haber recibido coimas.
No. Pero no se encontró nada irregular en la licitación. Yo no estoy ni estuve
procesado por nada, mientras que Laura, funcionario de una dictadura que produjo 30 mil
desaparecidos, está procesado por las irregularidades en la contratación de Interama.
Busca la paja en el ojo ajeno cuando tiene la viga en el propio. Además, habla de una
mesa de la CAC. Pero nada dice de la UAC, que integraban Techint, Macri y Roggio, las
principales beneficiarias de las concesiones por peaje.
No queda claro el rédito que busca Laura con la acusación.
Me implica a mí para pegarles a otros. Tal vez a las empresas que no aceptaron su
proyecto. Quizás le hizo mal la jubilación prematura y de privilegio de 3500 pesos que
cobra desde hace algunos años.
¿Laura tiene buenos contactos en el Gobierno?
Lo que Laura quiere es voltear el peaje. ¿Pero usted cree que el Gobierno se
enfrentará con Macri, Roggio o Techint para defender el proyecto de las autopistas? Si
imagina eso le hace falta un psiquiatra y yo voy a seguir dándole sin piedad.
¿No cree que las condiciones tan ventajosas en las que usted concesionó las rutas
hacen que las acusaciones de Laura suene creíbles?
La Argentina de los 90 era otra. Había que buscar inversores.
¿Lo conoce a Rodolfo Perales?
Lo he visto una o dos veces en mi vida. Cuando era ministro de Obras Públicas
creamos una mesa de trabajo para consultas con el sector en la que él asistía.
¿Piensa hacer alguna presentación en la Justicia?
Lo voy a querellar por injurias pero también por una falta penal más grave aún,
porque él sería cómplice. Tendrá que demostrar que la plata me la dieron a mí.
Quizás su propósito sea extorsionar.
¿A quién?
Tal vez esté pasando una factura a las empresas que no lo acompañaron en el
negocio de las autopistas. Y pretende enfrentarlas con un librito. Pero para todas esas
empresas el peaje es un negocito de monedas.
|