Por Felipe Yapur Desde Oberá, Misiones Como en los viejos tiempos,
como antiguos amigos, como en el 89, Carlos Menem y Eduardo Duhalde trajinaron otra
vez una campaña electoral. Hicieron todo juntos. Llegaron hasta la ciudad de Oberá en el
helicóptero presidencial e inmediatamente se treparon a una camioneta para recorrer todo
el pueblo. Menem, una vez más, se robó los aplausos, los saludos y los besos de la
afición. Duhalde, en tanto, ocupó un discreto segundo plano. El Presidente acaparó toda
la atención y las declaraciones al responder a la denuncia de Fernando de la Rúa sobre
un posible fraude electoral en las elecciones del próximo domingo. La Alianza tiene
un espíritu golpista y una mentalidad que no se condice con la democracia y rememora los
tiempos en que la UCR estuvo involucrada en la proscripción del justicialismo, dijo
Menem al tiempo que un silencioso Duhalde asentía y mantenía su mirada clavada en el
suelo.
Las acusaciones del candidato aliancista sobre un posible fraude en las elecciones
misioneras de pasado mañana produjeron una extensa sonrisa en Menem que recordó que la
UCR ya había realizado este tipo de declaraciones en las elecciones anteriores,
pero después llegaron a la conclusión de que nunca hubo (fraude). Duhalde,
en tanto, sólo atinó a mirar y escuchar y recién cambió su expresión adusta cuando
Menem reiteró su apoyo a la candidatura del bonaerense porque él puede evitar que
el país caiga en una situación como la que ya vivimos los argentinos en 1989. La Alianza
no tiene propuestas, sólo calumnias e injurias, indicó.
¡Viva Menem y Puerta!, gritó una anciana que esperó con mucha paciencia,
sentada en una pequeña reposera en la puerta del estadio de fútbol del pueblo, la
llegada del Presidente. La mujer soportó con firmeza la polvareda que levantó el
helicóptero y se levantó de su silla para ver pasar a sus dirigentes y allí descubrió
al candidato presidencial del PJ: Mirá vos, está Duhalde también acá, dijo
con aire de sorprendida. Una muestra del escaso protagonismo del bonaerense en su gira
misionera.
Todo el aparato del PJ misionero se expresó en una extensa caravana que acompañó,
además de a Duhalde y Menem, al actual gobernador de Misiones, Ramón Puerta y al
candidato que aspira a sucederlo, Carlos Rovira. Durante el trayecto, Puerta de
reconocida adhesión menemista hizo las veces de operador de prensa: se pasó casi
todo el tiempo que duró la travesía recibiendo llamadas en su celular de diferentes
radios locales y nacionales y pasando el aparato a Duhalde y Menem.
La travesía tuvo mucho cotillón local y una característica: ningún cartel que
convocara a votar por la dupla que integran Duhalde y Ramón Ortega. Hubo una
explicación: los dirigentes locales se apuraron a justificar la ausencia de pasacalles
sobre la base de una resolución de la intendencia de Oberá, en manos del radicalismo
desde 1983, que prohibió su instalación para evitar que se opaque la Fiesta Nacional del
Inmigrante. De todas formas, las huestes del candidato a intendente justicialista, Luis
Fabio, dedicaron un par de cuadras para, como ellos dijeron, un homenaje a nuestro
candidato presidencial. Fue así que la caravana se desvió por unas calles
laterales del pueblo y allí casi un centenar de personas hicieron flamear las banderitas
de Duhalde Presidente. Ese fue el único instante en que el gobernador bonaerense pareció
sentirse protagonista del paseo.
La actitud del candidato será reprendida por su publicista, Eduardo Duda Mendonça. Uno
de sus equipos filmó lo que sucedió durante la caravana y, sobre todo, el rostro adusto
que mantuvo Duhalde. Es que con el Turco no se puede competir, se lamentó un
colaborador del bonaerense.
Homenajearon a Balbín El candidato presidencial por la Alianza, Fernando de la Rúa, encabezó ayer
el acto en homenaje al líder radical Ricardo Balbín, al conmemorarse 18 años de su
muerte. De la Rúa aseguró que Balbín fue un hombre que luchó en defensa de la
Constitución y por la unidad de su pueblo. Antes de descubrir un monumento a la
memoria de Balbín en la Plaza del Congreso, el jefe de gobierno porteño consideró que
el líder radical no vio culminada su obra. Cuando vemos las aspiraciones de
perpetuarse en el poder, hay que volver la mirada hacia él. Hay que cambiar, pero lo
primero que hay que cambiar es este gobierno que ha dado la espalda al pueblo y a la
gente, concluyó De la Rúa. |
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