Carlos Menem
continúa insistiendo en que el Estado paraguayo le debe explicaciones luego de las
agresiones y los insultos que sufrió al rechazar la extradición de Lino Oviedo.
Como era de esperar, el Presidente no recibió respuesta alguna, entonces recurrió a una
de sus estrategias preferidas, la carta abierta. En ella defendió su determinación al
sostener que la medida se tomó para evitar el derramamiento de sangre en el
Paraguay. Pero además deslizó críticas, sin nombrarlo, al candidato presidencial
de la Alianza, Fernando de la Rúa, por apoyar actitudes de personas que intentan
desacreditar el cargo del presidente de la Nación lo que, añadió, es una
demostración de poco respeto del cargo que pretende ejercer. La carta, que lleva
como título El sagrado derecho al asilo político, tiene algo más de dos
carillas y en ellas desgrana los argumentos que utilizó para defender a Oviedo, uno de
sus más reconocidos amigos. El texto advierte que el jefe de Estado consultó su
decisión a Estados Unidos, Brasil y Alemania y jura que éstos apoyan la posición
argentina. Menem señaló que la solución de la controversia con Paraguay sólo
sucederá si son satisfechos algunos requisitos básicos: el respeto a la soberanía de
nuestro régimen democrático, en el acatamiento del derecho sagrado del asilo político y
a la Argentina como nación en la figura de su Presidente.Poco más adelante, Menem
apunta sus cañones en contra de De la Rúa, quien criticó la decisión del Gobierno de
denegar la extradición. El Presidente consideró la actitud del candidato presidencial de
vergonzosa: Nos avergüenza, principalmente, que un candidato a presidente utilice
afirmaciones livianas para obtener dividendos electorales, arrojando basura a la
tradición argentina de total respeto al derecho de asilo, a las leyes internacionales del
asilo político y a la autodeterminación de nuestro país. Nos avergüenza que un
candidato a presidente apoye actitudes de personas que intentan desacreditar el cargo de
Presidente de la Nación. Es una demostración de poco respeto al cargo que pretende
ejercer.El Presidente se aventuró en la comparación histórica y parangonó la
decisión de asilar al general paraguayo con la historia del líder del Partido
Justicialista, el general Juan Domingo Perón. Cabe recordar de qué manera el asilo
político fue decisivo para la preservación de la integridad física de grandes líderes
políticos en el mundo, incluso en la Argentina, como fue el caso de nuestro querido y
siempre recordado Juan Domingo Perón. Por más que intenten ocultar muchos hechos de
nuestro pasado reciente, no podemos olvidarnos, por ejemplo, cómo el asilo político fue
importante para resguardar la integridad de figuras fundamentales en el combate a la
dictadura a la Argentina.El Presidente apeló también a declaraciones de su
predecesor para justificar el asilo. No por casualidad el ex presidente Raúl
Alfonsín avaló, por entonces, nuestra determinación. Fue por lo tanto, para defender la
paz y la democracia en el Paraguay y la tranquilidad en el Mercosur que
concedimos asilo al general Oviedo. Estas y otras razones subsisten aún hoy dando
fundamento para que el asilo sea mantenido.Un argumento que no utilizó Menem, y que
recordó ante una consulta de Página/12 cuando el jueves visitó la localidad misionera
de Oberá, es que en 1995 o 1996 el Parlamento sancionó la ley 24.767, un proyecto
presentado por José María Hernández, quien fuera candidato a vicepresidente, donde
sostiene que el pedido de extradición por cuestiones políticas deber ser rechazados in
limine. ¿Está claro?
Lino se puso furioso
Los dos niegan ser amigos, pero ambos parecen estar pendientes el uno del
otro. Tanto es así que aseguran que Lino César Oviedo no soportó los
insultos que desde Paraguay formularon contra Carlos Menem y estuvo a punto de
volver a ese país para evitarle más disgustos. Cuando Oviedo escuchó la
conferencia de prensa de Menem en aeroparque, se puso furioso y quiso volver a su país.
Incluso me pidió sus documentos para regresar a Asunción, porque lo que le causó mucho
mal fue el tema de los insultos, aseguró el abogado de ex general golpista,
Federico Pinto Kramer. Sin duda, ésa era la oportunidad ideal para poner fin al conflicto
con Paraguay, que podría profundizarse porque el ministro del Interior paraguayo, Walter
Bower, sostuvo ayer que Argentina también agravió a ese país y reclamó las disculpas
del caso. Pero Pinto Kramer se encargó de que no lo fuera: Después de dos horas y
media lo convencimos y entendió que en su país no existe ni seguridad jurídica ni
política para su retorno, explicó el mismo abogado. |
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