Por Santiago Rodríguez
Miguel
Abdón Saguier fue canciller de Paraguay hasta la semana pasada. Su cabeza fue la primera
que rodó en Asunción después de que la Argentina rechazara el pedido de extradición de
Lino Oviedo: la familia del asesinado vicepresidente Luis María Argaña encabezada
por su hijo Nelson lo acusó de blando y exigió su remoción. Nelson es
el ministro de Defensa paraguayo y fue quien calificó a Carlos Menem como un
sinvergüenza por no entregar el ex general golpista. Con sus
declaraciones le permitió a Menem posicionarse como víctima y desplazar del escenario el
tema Oviedo, lo criticó ayer Saguier, aunque aclaró que también Argentina
nos agravia en el momento en que no remitió el pedido de extradición al ámbito
judicial. En diálogo con Página/12 reprochó además al sector que le disputa la
hegemonía del Partido Liberal Radical Auténtico haber aprovechado su desplazamiento para
ocupar un lugar en el gobierno de coalición de Paraguay. ¿Qué evaluación hace
del conflicto planteado entre Argentina y Paraguay?Que es negativo para dos países
que tienen intereses en común que deben ser armonizados. Atendiendo al propósito tanto
político como de desarrollo económico y social al que ambos pueblos aspiramos,
deberíamos resolver esta cuestión.¿Por qué se llegó a esta crisis?Por la
forma en que se desarrolló el asilo de Oviedo. Sin poner en duda la buena intención
expresada por el gobierno de Menem, al conceder el asilo, discrepamos en términos
diplomáticos. Pedimos vigilancia e internación e hicieron caso omiso a todas nuestras
solicitudes. Con respecto a la extradición entendíamos que debía ser dilucidada en el
ámbito judicial en el que se manejan criterios de legalidad y reciprocidad, pero
lamentablemente el gobierno argentino confundió el refugio con el asilo y aplicó las
normas correspondientes al refugiado. ¿Qué opina de las declaraciones de
funcionarios y legisladores paraguayos contra Menem?Es una torpeza calumniar e
injuriar y no contribuye al propósito de ambos gobiernos. Pero anteayer sugirió
también que tendrían la intencionalidad de impedir el regreso de Oviedo a
Asunción...No dije eso. Me referí concretamente a miembros del gobierno y no del
Congreso y dije que Menem utiliza el agravio que en este caso se le hizo para posicionarse
como víctima frente a una ciudadanía argentina que es francamente crítica al asilo que
le concedió a Oviedo. ¿O sea que sus reproches no valen para el senador Luis
Mauro, quien declaró que Oviedo planea dar un golpe en Paraguay y que Menem lo
sabe?Mauro no integra el gobierno, sino que es un parlamentario. Lo que diga es su
responsabilidad. ¿Usted se refería concretamente a Nelson
Argaña?Efectivamente, porque con sus declaraciones le permitió a Menem
posicionarse como víctima y desplazar del escenario el tema Oviedo.¿Quiere decir
que el hijo del asesinado vicepresidente Luis María Argaña no desea que Oviedo regrese a
Asunción?Ha de querer, pero así no lo va a lograr. El posicionamiento del gobierno
argentino era bastante frágil frente a una opinión generalizada en contra del asilo de
Oviedo. ¿Entonces Argaña se equivocó en la forma de encarar el tema?Creo
que es una torpeza agraviar o insultar, sobre todo cuando el hecho en sí mismo es
bastante contundente. ¿Cuál es el poder real de la familia Argaña dentro del
gobierno paraguayo?Muy importante, sobre todo al interior del Partido Colorado.
¿Ellos forzaron su salida de la Cancillería? Eso es lo que me dijo el
Presidente de la República, Luis González Macchi: que fueron la viuda de Argaña y su
hijo Nelson los que habían presionado para que fuera apartado. ¿Por qué
razón?Supongo que consideraban que mi postura era blanda frente al rechazo de
Argentina a la extradición de Oviedo. ¿Y usted qué argumenta en su
defensa?Que nosotros siempre fuimos firmes en el plano argumental y de la razón.
Jamás puede haber firmeza en el plano del agravio o del insulto. ¿Cómo se
entiende que a usted se lo calificara de blando y en su reemplazo se designara
a José Félix Fernández Estigarribia, un dirigente de su mismo partido pero alineado con
Domingo Laíno en el sector que fue proclive a acordar con Oviedo?Hay un poco de
incongruencia. Fíjese que Laíno, en los días en que se resolvió promover el juicio
político de (Raúl) Cubas Grau, se entrevistó con él y lo proclamó como un gran
demócrata, tras lo cual fue a Montevideo a hacer lobby a favor de Oviedo ante el
presidente de Uruguay, José María Sanguinetti. Así es que el día del asesinato de
Argaña, Laíno fue al hospital donde estaban sus restos y los seguidores de Argaña le
impidieron llegar. ¿Coincide con los funcionarios paraguayos que sostienen que
Menem apuesta a la ruptura de la coalición gobernante en ese país?No. Si acá hay
una ruptura es por el incumplimiento de los compromisos asumidos por el Partido Colorado
con el Partido Liberal. Menem tiene sus propios problemas en la Argentina, está próximo
a las elecciones... ¿Cómo se sale de esta crisis entre Argentina y
Paraguay?Hay que operar primero a nivel de embajadores y cancilleres para acercar
posiciones y después intentar un diálogo al más alto nivel. Por eso fue una cosa
precipitada promover una entrevista entre presidentes sin antes cumplir esos pasos.
¿Y a qué atribuye el apresuramiento?No sabría decirle.La salida al
conflicto no parece sencilla porque el ministro del Interior paraguayo, Walter Bower,
sostuvo ayer que también hubo agravios de Argentina hacia Paraguay...Bueno...,
Argentina nos agravia en el momento en que no remitió el pedido de extradición al
ámbito judicial. ¿Paraguay quiere a Oviedo de vuelta en Asunción?Es
importante esclarecer los hechos y establecer las responsabilidades; de otra manera
estaríamos contribuyendo a la impunidad y la impunidad no le hace bien a ninguna
democracia. |