En la
Argentina hay antisemitas, pero no hay antisemitismo. Con esta frase, el titular del
Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Víctor Ramos,
respondió a un informe sobre libertad de culto en el mundo elaborado por el Departamento
de Estado de Estados Unidos. Allí, Argentina figura como uno de los países en los que
existe antisemitismo. La difusión de este documento produjo un debate dentro
y fuera de la comunidad judía. Que se dedique a investigar a las fuerzas de
seguridad. Allí va a encontrar bolsones de antisemitismo importantes, le replicó a
Ramos el rabino Daniel Goldman. La profanación de veinte tumbas en el cementerio judío
de Ciudadela en enero de 1998; el caso de Claudio Salgueiro, a quien tres skinheads
atacaron en la calle por considerarlo judío; la anulación de la sentencia condenatoria
de esos tres agresores por la Cámara de Casación y la falta de respuesta a los atentados
contra la Embajada de Israel y la AMIA son algunos de los hechos considerados por el
Departamento de Estado en el documento. Este es el primer informe anual sobre libertad de
culto que realiza el gobierno norteamericano. Para su preparación se tomaron en cuenta
hechos de los últimos 18 meses. Existe antisemitismo y combatirlo es una prioridad
del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) un
instituto del Ministerio del Interior, consigna el informe. Ramos, realizó ayer una
conferencia de prensa para bajar el tono de las repercusiones del documento. En la
Argentina no hay antisemitismo, hay antisemitas. No hay políticas culturales desde el
Estado ni desde partidos políticos o instituciones en ese sentido. El informe no es
serio, pero Estados Unidos cree que tiene el medidor, aseguró Ramos a Página/12.
Ramos manifestó que el organismo que preside fue creado porque Argentina asume que
hay racismo, discriminación y xenofobia, pero agregó que los hechos
puntuales no son suficientes para involucrar a un país. Goldman, en cambio,
coincidió con las conclusiones del gobierno norteamericano. La prueba de que existe
antisemitismo está en que ha habido dos atentados y no se han esclarecido y la impunidad
tiene que ver con cualquier situación xenófoba que se pueda desarrollar, afirmó
el rabino de la comunidad Bet-El. El informe se refiere a las profanaciones de tumbas en
el cementerio de Ciudadela en enero de 1998 y menciona que en diciembre de 1997 en La
Tablada había ocurrido un hecho con las mismas características. En ese momento dos
policías de la provincia de Buenos Aires fueron señalados como los principales
sospechosos, pero no se detuvo a nadie. Desde la vigencia de la democracia se
advierte un claro avance hacia el pluralismo, pero me preocupa la proliferación de grupos
violentos, como los skinheads, aseguró Rogelio Cichowolsky, titular de la
Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). Para Cichowolsky no se puede
hablar de una policía antisemita aunque sí hay elementos antisemitas en las
fuerzas de seguridad. Más enfático, Horacio Lutzky, director de la revista Nueva
Sión, aseguró que el antisemitismo enquistado en sectores del Estado nunca fue
combatido seriamente. Las propias fuerzas de seguridad, que deben investigar los
atentados, se han nutrido de antisemitismo y fueron apañadas desde el poder.
Es evidente que existe una cuota de antisemitismo en Argentina y que los hechos que
consigna el informe son correctos, aseguró Ignacio Klich, coordinador académico de
la comisión para el esclarecimiento de actividades nazis en Argentina. Klich manifestó
que, desde el retorno de la democracia, el cuadro es medianamente alentador.
Por su parte Simón Lázara, vicepresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos
Humanos y miembro del Inadi, afirmó que no nos podemos identificar con la Alemania
nazi, pero tampoco hacernos los tontos y decir que el problema no existe. |