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PREPARAN UNA INTERVENCION INTERNACIONAL
Indonesia kosovizada

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Australia formaría el grueso de una fuerza de intervención para frenar la política de tierra arrasada de Indonesia en Timor Oriental, que esta semana votó abrumadoramente por su independencia.


The Guardian
de Gran Bretaña

Por Ian Black
Desde Londres

t.gif (862 bytes)  Indonesia puede enfrentarse a sanciones financieras y de las otras si no acepta las demandas internacionales de permitir que una fuerza de pacificación entre en Timor Oriental, dijeron ayer Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países occidentales mientras los paramilitares y el ejército indonesio seguían su política de tierra arrasada en el enclave. Con cinco importantes embajadores que deben visitar el bloqueado recinto de la Naciones Unidas en Dili hoy, Jakarta se halla bajo fuerte presión para detener la violencia, pero la esperanza de que el presidente indonesio B. J. Habibie quiera o pueda restringir a su propio ejército se estaba desvaneciendo. Bill Clinton, el presidente de Estados Unidos, emitió una velada advertencia sobre las consecuencias si no lo hacía. “Las acciones del ejército de Indonesia en Timor Oriental se contrastan fuertemente con las promesas que habían hecho a la comunidad internacional”, dijo. Clinton ya había amenazado con suspender la asistencia económica si Indonesia continuaba resistiéndose al “claro e inequívoco deseo de independencia” de los timorenses, y Kofi Annan, secretario general de la ONU, pidió una fuerza de intervención. En Londres, Tony Blair, que habló con Habibie el jueves, dijo que él también estaba consternado por el crecimiento de la violencia. El primer ministro advirtió que Indonesia sufriría un daño a largo plazo en su reputación y en su poder de atraer y retener inversiones y ayuda extranjera. Los diplomáticos predicen que los hechos en las próximas 48 horas serán cruciales. Todos los ojos están puestos en el Consejo de Seguridad de la ONU cuando se reúna hoy. En América latina, el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso habló con Clinton para manifestar su voluntad de intervenir. “La situación es terrible”, dijo un alto funcionario anoche. En público, los potenciales participantes en la fuerza de pacificación, incluyendo a Gran Bretaña, se manejan con precaución, esperando todavía la cooperación de Indonesia. Estados Unidos, que no participará, anunció que suspendía todas sus relaciones militares con Jakarta y estaba reexaminando la venta de armas al régimen. “No vamos a amenazar a los indonesios en este momento –dijo un funcionario británico–. No queremos dispararnos en el pie.” Australia, que probablemente conforme el grueso de la fuerza de 6000 a 7000 soldados, también advirtió contra una ruptura inmediata de los lazos militares con Indonesia, afirmando que la misión de la ONU dependía de los lazos aéreos establecidos por la fuerza aérea de Australia. “La ONU depende totalmente del puente aéreo provisto por Australia entre Darwin y Dili, y hay que pensar en ese tipo de situación”, dijo el canciller Alexander Downer, que participa de la cumbre de la Asociación de Cooperación Económica hacia el Pacífico (APEC) en Nueva Zelandia. Francia también dijo que reuniría una fuerza, pero no dio cifras. Aun sin una clara idea de qué hacer, la actitud de la comunidad internacional se está endureciendo. Alemania dijo ayer que apoyaría las sanciones, pero advirtió que esa medida necesitaría un amplio apoyo. El tema va a estar con seguridad en la agenda cuando los ministros de exterior de la Unión Europea se reúnan en Bruselas el lunes. Bélgica dijo que sugeriría que la Unión Europea reconozca a Timor Oriental como un estado independiente.La presión también llegó del Banco Mundial, cuyo presidente, James Wolfenson, instó a una rápida vuelta al orden. Wolfenson dijo a Habibie: “Para que la comunidad financiera internacional financiera pueda seguir apoyándolo plenamente, es crucial que usted actúe rápidamente para restaurar el orden y que su gobierno lleve a cabo su compromiso para honrar el resultado del referéndum.” Los diplomáticos dijeron que otras posibles medidas punitivas podrían incluir la retención de los préstamosdel FMI, un embargo de armas, una prohibición para viajar a los militares, la suspensión de la cooperación económica y otros programas de asistencia. Y Safeworld, un “think-tank” de Relaciones Exteriores, exigió un amplio embargo de armas por parte de la Unión Europea.Robin Cook, el secretario de Exterior británico, fue criticado por los conservadores por comprometer a las tropas británicas en operaciones de la fuerza de pacificación en Timor Oriental, después de haberlas vetado por los recursos militares ya comprometidos en los Balcanes. Gran Bretaña está ofreciendo ayuda técnica y especializada con comunicaciones, el desplazamiento del HMS Glasgow y una compañía reforzada de infantería de entre 150 y 200 tropas. El vocero de Defensa en la sombra, el conservador Ian Duncan-Smith, atacó al Ministerio de Defensa. “Se está estableciendo el modelo de un ministerio en el limbo, silencioso y aparentemente sin líder, dirigido más y más por los caprichos de un secretario de Exterior, que no hace más que improvisar sobre la marcha”, dijo. Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

Claves de una desintegración
ron2.gif (93 bytes) Timor Oriental fue colonia portuguesa hasta 1975, en que el flamante dictador indonesio Suharto aprovechó la abrupta descolonización precipitada por la “Revolución de los Claveles” en Lisboa para anexar su territorio y convertirla en la provincia número 27 de su paísarchipiélago, que es el cuarto más poblado del mundo. Se calcula que en los años que siguieron 200.000 timorenses orientales murieron a causa de masacres, hambrunas o participación en la resistencia armada.
ron2.gif (93 bytes) En mayo de 1998, en medio de la crisis que arrasó con las economías de la región y de un profundo descontento popular con la corrupción de su gobierno, Suharto fue forzado a dimitir. Asumió el poder B. J. Habibie, un hombre de paja de Suharto con vínculos tensos con las poderosas Fuerzas Armadas indonesias, encabezadas por el general Wiranto pero con una importante fracción que responde al ex dictador. Indonesia en esos días estaba en llamas, y para descomprimir la situación se convocó a elecciones y se programó un referéndum en que los 800.000 timorenses orientales fueron llamados a elegir entre una amplia autonomía o su independencia.
ron2.gif (93 bytes) El lunes pasado, y pese a las intimidaciones armadas de los paramilitares proindonesios ligados a los hombres de Suharto, un 80 por ciento de los timorenses orientales votaron por la independencia. La respuesta de los paramilitares fue inmediata: arrasaron Dili, la capital, y empezaron a forzar el éxodo de la mayoría católica del lugar rumbo a Timor Occidental –de mayoría musulmana– y Australia.
ron2.gif (93 bytes) Timor Oriental no es importante por su economía ni por sus recursos –ambos paupérrimos– sino por las fuerzas centrífugas que puede precipitar en regiones más importantes del archipiélago, como Aceh en Sumatra del Norte e Irian Jaya en la parte indonesia de Nueva Guinea.
ron2.gif (93 bytes) Los acontecimientos han precipitado la posibilidad de una fuerza internacional de pacificación. Los países más interesados son la vecina Australia y Portugal, que son los destinatarios más probables del éxodo forzado por la “limpieza religiosa” en marcha.

 

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