La comida era excelente, el ambiente amigable y distendido. El ex funcionario menemista y el actual funcionario menemista que siempre fueron aliados disfrutaban la noche en el restaurante María Félix, de Acassuso, un lugar de moda pero alejado de miradas molestas. De pronto, un resplandor los cegó. Un paparazzo había dado con ellos. El ex funcionario se encogió de hombros pero el funcionario en funciones puso su peor cara de hiel. Pero el mal rato fue sólo eso. En pocos minutos retornó la buena onda: José Luis Manzano y Miguel Angel Toma continuaron su cena hablando de los tiempos pasados y del año 2000 que, seguramente, los encontrará unidos.
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