Por Maximiliano Montenegro El Fondo Monetario
Internacional quiere enviar una señal clara a los candidatos presidenciales de que no
dará respiro al nuevo gobierno y que negociará duro un ajuste fiscal tras la elección.
El 22 de setiembre próximo difundirá, en Washington, un informe en el que desnuda, sin
medias tintas, todos los problemas de la economía argentina. Dice que todavía no
está claro si la recesión tocó fondo a mediados de año y advierte
que existe riesgo permanente para la recuperación proyectada. También habla
de la vulnerabilidad financiera como consecuencia de las preocupaciones sobre el
déficit de cuenta corriente y las relativamente altas necesidades de financiamiento del
sector público en 1999 y 2000. Advierte que un déficit (fiscal) mayor
podría hacer peligrar la confianza de los inversores en la sostenibilidad del régimen de
Convertibilidad. Y asegura que es necesario un firme manejo macroeconómico y
un claro compromiso para avanzar con las reformas estructurales. En el Ministerio de
Economía sostienen que, con este informe, el FMI se montará en los temores del mercado,
creando aún más incertidumbre. También lo leen como una forma de presionar a los
candidatos en la renegociación que se viene.
El documento en cuestión es el tradicional World Economic Outlook (Panorama Económico
Mundial), que, como es habitual, el director del Departamento de Investigaciones del Fondo
Monetario, Michael Mussa, presentará en conferencia de prensa el primer día de la
Asamblea anual del organismo, el 22 de setiembre próximo. El informe, según pudo saber
Página/12 de fuentes irrefutables en Washington, sorprende por los términos elogiosos
con que se refiere a Brasil, donde la recesión asociada con la crisis ha sido menos
severa de lo que se temía. En cambio, pone bajo la lupa a Argentina y deja entrever
que, de no prestarse atención al alto endeudamiento y al déficit fiscal y de cuenta
corriente, puede ser el centro de nuevas crisis en los mercados emergentes.
Como anticipó este diario, el Fondo pronostica para el año venidero un crecimiento de
apenas 1,5 por ciento, el más bajo, junto a Ecuador, de toda Latinoamérica. Así,
Argentina sería uno de los tres países que menos crecería en el mundo, en un año en
que se prevé una vigorosa expansión de la economía mundial (ver suplemento Cash). De
cumplirse tal pronóstico, el año de estreno de gobierno sería bastante más negro de lo
que sueñan los candidatos, porque la desocupación seguiría su curso ascendente y
aumentarían las presiones de los mercados sobre la Convertibiliad. Encima, como a menos
crecimiento menor recaudación tributaria, el FMI presionaría por un ajuste fiscal mucho
mayor al que prevén tanto los equipos técnicos de la Alianza como los del duhaldismo,
que aceptaron elaborar las cuentas fiscales del 2000, suponiendo como hace Roque
Fernández que la economía se agrandará por lo menos 3,5 por ciento.
Más allá de esta cifra, el documento que se dará a conocer, oficialmente, a un mes de
las elecciones, revela la cautela con que miran los técnicos del organismo a Argentina. Y
puede interpretarse como un mensaje, con el sello inconfundible de Washington, a los
candidatos presidenciales, al recordarles que la Convertibilidad se encuentra amenazada.
Estos son los principales puntos.
Recesión nao tem fim
Desde fines
de 1998, la actividad económica en Argentina declinó más fuertemente de lo que se
esperaba, y ahora se prevé que el PBI caerá en 1999 un 3 por ciento, con riesgo
permanente para la recuperación proyectada, afirma.
Incluso desmiente los
dichos de Roque Fernández acerca de que hacia mediados de año se habría tocado el piso
de la recesión y que, a partir de entonces, empezaría una recuperación que recién se
vería en las estadísticas después de las elecciones. En Argentina todavía no
estáclaro si el PBI tocó fondo en el segundo trimestre de 1999, y la producción
industrial en abril-mayo fue 10,5 por ciento menor a la de un año atrás, insiste
el FMI.
Luego explica:
Condiciones financieras restrictivas y el empeoramiento en los términos del
intercambio comercial (especialmente, debido a los bajos precios de los productos
agrícolas) se sumaron a la débil demanda doméstica. Esto llevó a una fuerte caída en
las importaciones, que se redujeron alrededor de un tercio en el último año. Las
exportaciones también declinaron, como consecuencia de mercados débiles y la
apreciación del tipo de cambio real, asociada con el dólar fuerte y la depreciación de
las monedas de la región.
El informe del Fondo
Monetario también destaca el contraste con el socio mayor del Mercosur: En Brasil,
el PBI real tocó fondo en el último cuatrimestre de 1998 y el producción comenzó a
recuperarse en la primera mitad de 1999 un resultado mucho mejor al esperado
después de la crisis de enero, admite. El pronóstico del FMI para Brasil es
que la economía caerá solo 1 por ciento este año y que el próximo crecerá nada menos
que 4 por ciento.
Elecciones y ajuste
Mientras que
se proyecta que la inflación se mantenga bajo control, las motivos de preocupación
fiscal se incrementaron durante la primera mitad de 1999, debido a la desaceleración de
los ingresos fiscales más allá de lo esperado y la resistencia política a los recortes
de gastos propuestos por el Gobierno, señala.
Y reclama: Dado
que la incertidumbre política continuará hasta las elecciones de octubre, es necesario
un firme manejo macroeconómico y un claro compromiso para avanzar con las reformas
estructurales.
El aumento
proyectado en el déficit del gobierno nacional a 1,8 por ciento del PBI en 1999, frente
al 1,3 por ciento en 1998, representa un pequeño relajamiento en la performance fiscal en
relación a la magnitud de la contracción de la actividad económica, explica. Pero
previene que ya no hay margen para dejar correr todavía más déficit: Dado esto,
un déficit mayor podría hacer peligrar la confianza de los inversores en la
sostenibilidad del régimen de Convertibilidad.
La cuenta es simple:
para mantener el déficit bajo el techo del 1,8 por ciento del PBI (alrededor de 5 mil
millones de pesos), el nuevo gobierno tendría que ajustar las cuentas públicas en, por
lo menos, 4 mil millones de pesos, según cálculos que realizan diversas consultoras
privadas.
En otro párrafo
insiste con que no hay posibilidad de rebajar impuestos o incrementar el gasto para ayudar
a la actividad económica a salir de la recesión. En Argentina, las preocupaciones
sobre el déficit de cuenta corriente y las relativamente altas necesidades de
financiamiento del sector público en 1999 y 2000 restringen el uso de la política fiscal
como un instrumento contracíclico, asegura.
Vulnerables
En la parte
dedicada a los mercados cambiarios, el documento contiene una frase que ya generó
tensión entre los burócratas de Washington y los funcionarios argentinos. Las
monedas latinoamericanas en general soportaron renovadas presiones de devaluación hacia
mediados de julio, en parte debido al incremento de las preocupaciones sobre
Argentina, dice el informe. ¿Se refiere a las preocupaciones sobre una posible
devaluación del peso? Aunque no lo aclara, parece sugerirlo. En Economía dicen que, con
frases como ésta, el FMI se hace eco de los rumores del mercado, magnificándolos.
Sea como fuere, lo
cierto es que en el Fondo ratifican la preocupaciones que existen sobre la sustentabilidad
del déficit de las cuentas externas.
Un déficit en cuenta corriente del sector externo superior al 4 por ciento en los
tres países (Chile, Argentina y Brasil), junto con una deuda pública externa de magnitud
en Argentina y Brasil, convierten a la región en vulnerable a las presiones
financieras, alerta.
Pero insiste en
despegar a Brasil, por estos días el niño mimado del organismo. En Brasil, la
recesión asociada con la crisis ha sido menos severa de lo que se temía, pero perdura
una considerable incertidumbre sobre el contagio a otros países de Latinoamérica,
dice, en una alusión casi obvia a Argentina. Y, en la misma línea, agrega: Algunos
países de la región continuaron mostrando gran vulnerabilidad, parcialmente reflejada en
la sustentabilidad fiscal y los desequilibrios externos que fueron exacerbados durante la
crisis.
Los colaboradores de Roque Fernández afirman que, con este informe, el Fondo anticipará,
públicamente, a los aspirantes a suceder a Carlos Menem los términos en que encarará la
renegociación del acuerdo de facilidades extendidas después de las elecciones.
Quieren mostrar que la situación es muy delicada, para que nadie piense que se
puede demorar con el ajuste, dijo una alta fuente de Economía a este diario. El
mismo funcionario reconoció que este tipo de documentos es un arma de doble filo:
Reproducen todos los temores del mercado y, con esto, no hacen más que aumentar la
incertidumbre, se quejó.
Goldman Sachs tampoco ve reactivación El banco de inversión Goldman Sachs, uno de los principales del mundo,
tampoco cree que haya señales claras de que la Argentina esté saliendo de la recesión.
Se tocó fondo, el fondo de la recesión. Pero los indicadores líderes, que
anticipan el nivel de actividad en un lapso de seis meses, no muestran señales de
recuperación, afirma un informe al que accedió Página/12.
La evidencia anecdótica provee señales mezcladas acerca del nivel de actividad.
Por eso, hemos desarrollado indicadores líderes y coincidentes para Argentina. Estos
demuestran que la recesión alcanzó un piso pero que la recuperación todavía no
empezó, explica el documento.
Luego agrega que desafortunadamente Argentina no tiene espacio para políticas
fiscales contracíclicas, como ser baja de impuestos o aumento en el gasto público
para estimular la actividad económica. Y plantea el reclamo que escucharán de los
inversores los referentes económicos de los candidatos en Washington: No hay un
bife gratis para el próximo presidente de la Argentina. La recuperación va a requerir
una sustancial caída en el riesgo país. Y esto sólo puede conseguirse mediante un
fuerte y doloroso ajuste fiscal, asegura Goldman Sachs. El Nobel Milton Friedman,
padre del monetarismo, fue quien inventó la metáfora de que no hay tal cosa como
un almuerzo gratis para explicar la idea de que en economía, tarde o temprano, todo
se paga.
De los 8 indicadores líderes que monitorea Goldman, 5 todavía son negativos: venta de
autos, despachos de cemento, ingresos fiscales, producción industrial y precios. Esto lo
lleva a insistir con que no
hay indicios para decir con seguridad que una recuperación sostenida está en
camino.
Examen en Washington
Uno de los temas que se tratarán en la Asamblea anual del
Fondo Monetario está anunciado en el informe, que hoy adelanta
Página/12. Allí los miembros del staff del Fondo plantean la siguiente pregunta que
deberán debatir los directores del organismo: ¿Cuáles son los motivos de recién
resurgimiento de presiones financieras en Argentina y cómo podrían ser manejadas por las
autoridades?. No sólo Argentina será motivo de debate en el board del FMI sino
también Brasil: ¿Cómo juzgan los directores los riesgos de retroceso en la
impresionante recuperación en la confianza de los mercados financieros desde enero, y
cuáles son los requisitos de política para contener estos riesgos?, es otro de los items
a discutir en Washington.
Los ojos del establishment financiero que asiste a estas conferencias ya no estarán
puestos sobre Roque Fernández y su equipo, como ocurrió el año pasado. Esta vez, la
atención será acaparada por los referentes económicos de la Alianza y el duhaldismo,
José Luis Machinea y Jorge Remes Lenicov. Colaboradores de Machinea dicen que el
candidato a ministro de De la Rúa habla semana por medio con Stanley Fisher, el número 2
del FMI, y que aprovechará la cumbre para cerrar un preacuerdo sobre el paquete de
financiamiento y ajuste que se anunciaría después de las elecciones. |
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