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Por Rodrigo Fresán Desde Barcelona En 1966, nada les interesaba menos a los Beatles que protagonizar un largometraje de dibujos animados. Es más: los Beatles odiaban los dibujos animados desde aquella exitosa serie de cortos hecha en el huracán de la beatlemanía para el mercado inglés. Y también estaban cansados de las películas. La diversión minimal de A Hard Days Night había mutado al caótico exceso de Help!, pero había un contrato filmado con United Artists y el contrato decía que la banda debía una película. Dibujos animados, entonces. Que otros se encarguen del asunto y que los beatles pongan el nombre y las caras y las canciones. Después de varias idas y vueltas, Brian Epstein dio el OK y un tal Al Brodax se puso en campaña para crear la película de dibujos animados que revolucionara el género y que haría que el recién fallecido Walt Disney se diera vuelta en su tumba.Treinta y un años más tarde, con el reestreno del film Yellow Submarine acompañado por el relanzamiento en CD de lo que constituye la primera remezcla de música beatle sigue siendo una rara obra de arte, el punto más alto de la psicodelia inglesa y una película de dibujos animados que a los Beatles sigue sin gustarles.Inmersión. No fue fácil, claro. Yellow Submarine tuvo infinidad de guionistas. Todos menos Shakespeare. Todos los escritores ingleses del momento, incluso Joe Orton, trabajaron en Yellow Submarine por lo menos durante un día, comentó Erich Segal quien más tarde escribiría el mega best seller Love Story y quien acabó siendo considerado para muchos injustamente como responsable de la versión definitiva del asunto. A John Lennon no le gustaba nada de lo que se le mostraba. Parece esos malditos Picapiedras decía, y se iba dando un portazo, recuerda Segal. McCartney como de costumbre era el más entusiasta. Paul fue quien sugirió que el punto de partida fuera la canción infantil Yellow Submarine y postuló la existencia de una tierra poblada por submarinos de diferentes colores. Una especie de comuna hippie comandada por un anciano. Yo quería algo que fuera muy Disney, recuerda nostálgico y conservador. Por supuesto que el costado contracultural no quedaba de lado: sumbarino amarillo era el apodo de unas populares pastillas de anfetaminas de entonces y submarino había sido una especie de azúcar impalpable lisérgica que el cuarteto había consumido en unas vacaciones en Grecia. Ringo Starr comenzó a llamar por teléfono a Segal a altas horas de la madrugada con ideas para el argumento y George Harrison no quería saber nada con el asunto. A principios de 1967, Al Brodax almirante del proyecto contrató al dibujante de animación canadiense George Dunning y fueron una mañana a los estudios de Abbey Road donde George Martin les hizo escuchar en primicia exclusiva, y mientras los Beatles no le llevaban el más mínimo apunte, un disco que todavía no había salido a la venta llamado Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band. Fue cuando comprendimos que estábamos metidos en algo realmente importante.La tripulación. El siguiente personaje en subir a bordo fue el genial artista gráfico checo Heinz Edelman, responsable de la imaginería pop y los malvados Blue Meanies quienes, en principio, iban a ser rojos y de las magistrales caricaturas de los Beatles. Detrás de él se lanzó al abordaje una tripulación de cuarenta animadores y ciento cuarenta artistas técnicos quienes se comprometieron a botar al submarino para su viaje inaugural en once meses. Se vaciaron las escuelas de artes e ilustración, recuerda una de las involucradas. Varias de las secuencias más celebradas fueron virtuales videoclips encarados como trabajo solista de los mejores artistas del momento. La historia narrada era, es y seguirá siendo un perfecto relato de aventuras con Pepperland invadida por los Blue Meanis y el Viejo Freed partiendo en un submarino amarillo rumbo a Liverpool para reclutar a los Beatles y liberar a todo y a todos con la ayuda de canciones y la palabra love. Nothing is real era el subtítulo de la película. Eso.En altamar. Siempre por separado y siempre sin anunciarse, los Beatles se daban una que otra vuelta por los estudios para ver cómo iba la cosa. Una de las ilustradoras todavía recuerda el susto que le dio oír la imprevista voz de McCartney por encima de su hombro comentando: Ese no se parece para nada a mí. Y estaba el asunto de las voces. Los Beatles de carne y hueso odiaron las voces de los beatles dibujados. Al final, John, Paul, George y Ringo se mostraron lo suficientemente entusiasmados o estaban obligados contractualmente como para filmar una coda presentando la canción All Together Now. Ahí se los ve graciosos (siempre lo eran), pero con ganas de estar en cualquier otra parte.Tierra a la vista. Yellow Submarine se estrenó el 17 de julio de 1968 en Londres y los cuatro beatles acudieron a la première. El acontecimiento fue una de las primeras apariciones en público del binomio John & Yoko. Las críticas fueron variadas y la película no gozó de buena distribución. En Nueva York le fue mucho mejor en una sala del Greenwich Village donde se la proyectaba ininterrumpidamente las veinticuatro horas al día ante un público de pupilas dilatadas y ganó el importante New York Critics Award.Yo quería que se pareciera más a las de Disney, se quejó McCartney. Yellow Submarine se convirtió en cosa rara la película favorita de la reina de Inglaterra y hoy es un clásico indiscutido del cine de animación. Una película que nunca está de más recordarlo termina con el líder de los Blue Meanies desesperado en la derrota preguntando ¿Y a dónde iremos ahora? para recibir la siguiente respuesta de su lugarteniente: ¿A Argentina?.Final feliz.
EL NUEVO SOUNDTRACK, REMEZCLADO
DIGITALMENTE De acuerdo, el reestreno de la película el pasado 3 de septiembre con el agregado de secuencias descartadas en su momento, en especial la de Hey Bulldog es todo un acontecimiento. Pero lo verdaderamente importante tendrá lugar pasado mañana día en que también la película se pondrá a la venta en formato video y DVD con el lanzamiento de una nueva versión del soundratck con la música incidental (un tanto agobiante) de George Martin reemplazada por más canciones quince que ya habían aparecido en discos anteriores de los Beatles y que se veían en la película. El nuevo Yellow Submarine no es un disco nuevo de los Beatles, pero es como si lo fuera ya que se trata de la primera vez que se remasterizan y se remezclan digitalmente con cuidada supervisión de los beatles sobrevivientes aquellas melodías sagradas. El resultado según los que han tenido acceso al material es asombroso: las voces aparecen más definidas y aparecen instrumentos que nunca se habían oído con una claridad impresionante. Los temas especialmente compuestos para el film (eufemismo para no nos gustaban tanto como para ponerlas en Sgt. Peppers) siguen siendo cosa seria y demuestran, como ocurrió con su consideración del film Yellow Submarine, que a veces los Beatles no eran los mejores jueces de su propia obra. La mccartneyesca y juguetona All Together Now, la visceral y lennoniana Hey Bulldog y los experimentos sónicos harrisonianos Its All Too Much y Only a Northern Song se cuentan entre los muchos, demasiados, es cierto puntos altos del catálogo beatle y, ahora, se las podrá oír mejor que nunca y el hasta ahora impensable sacrilegio y/o postergada bendición de aggiornar su sonido abre la puerta, dicen, a una total puesta a nuevo de las obras completas de los Fab Four.Mientras tanto y hasta entonces una réplica del submarino amarillo promociona el evento navegando por los mares del mundo. Ni Paul ni George ni Ringo acudieron al reestreno de la película que no les gusta. Un tren Eurostar pintado de amarillo beatle tuvo su viaje inaugural por el túnel que cruza el Canal de la Mancha el pasado 8 de septiembre. McCartney anuncia para octubre la salida de Run Devil Run compact de versiones de clásicos primitivos del rock con una canción nueva, Try Not to Cry, que ha sido comparada con lo mejor de Keith Richards, mientras abundan rumores del lanzamiento de un nuevo single-fantasma y reunión sorpresa de los Beatles para el 31 de diciembre de 1999.
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