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OPINION

Evangélicos y populares

Por Washington Uranga

Nuestro compromiso con la Palabra de Dios se traduce en la responsabilidad social en el tiempo que nos toca vivir”, afirma un documento firmado por la llamada “Mesa coordinadora interdenominacional de la provincia de Buenos Aires”, un espacio que reúne a pastores de diferentes corrientes evangélicas cuyo denominador común es el trabajo junto a los sectores populares. El documento, titulado “Orientaciones al pueblo de Dios”, critica la corrupción en el ejercicio de la política, y llama al compromiso social y político de los cristianos evangélicos. Está siendo promovido por los pastores Carlos Glauche y Manuel Acuña, como una forma de expresar el sentir de estos sectores y concitar nuevas adhesiones a este movimiento que se define como ecuménico.Según el texto, que combina reflexiones y citas bíblicas con análisis y sentencias sobre la realidad social y política, “la Iglesia Evangélica crece y se encuentra en franca expansión en toda América latina, encontrando su expresión mayoritaria entre los hermanos pentecostales”. Se afirma también que en la Argentina los evangélicos ya suman “seis millones de hermanos, ciudadanos y habitantes que han aceptado a Cristo en su corazón”. En ese marco el documento sostiene que entre los evangélicos y en la sociedad en general “hacen falta líderes que además sean profetas cristianos que, sumados a los hombres de buena voluntad, ocupen en la sociedad lugares en la política, la economía, los negocios, la educación, etc.”Este pronunciamiento se une a otras manifestaciones de los evangélicos y confirma el crecimiento de estas expresiones religiosas en el escenario argentino. Desde esa presencia se construye también un análisis de la realidad para afirmar, por ejemplo, que “con la rápida disminución de la clase media y las crecientes necesidades de niños y adultos que vienen a aumentar el número de marginados, crece también la violencia familiar y el abandono”. Agregan que esa violencia familiar, “que muchas veces va acompañada de la desesperanza, que lleva el alcohol y el abandono, conduce a la droga y la delincuencia”. En este marco, dicen los pastores, la Iglesia he tenido que crear comedores, bolsas de trabajo y otras formas de ayuda solidaria. “Lejos del asistencialismo –señalan–, somos conscientes de que salimos a resolver los problemas causados por un modelo político enfrentado con el evangelio: el neoliberalismo”.El documento no esquiva la conyuntura actual: coincide con la actitud de parte de los obispos católicos en que “la Iglesia debe dar a conocer su opinión y no callarse más frente a las injusticias generadas por la corrupción y que son un insulto a Dios”.

 

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