 Como
“terrorismo calificado”, por el destinatario, definió la cancillería argentina
la bomba colocada ayer a las dos de la mañana contra la residencia del embajador
argentino en Paraguay, José María Berro Madero. Los técnicos informaron sobre el bajo
poder explosivo del artefacto, pero los diplomáticos saben que tras el caso Oviedo hasta
un petardo puede sacudir la frágil relación entre la Argentina y Paraguay. Los
investigadores dijeron al gobierno argentino que se trató de una bomba casera, similar a
una granada. Afirmaron sospechar que quizás alguien la arrojó desde un auto en
movimiento contra la pared de la residencia, pero no pudo hacer puntería y el explosivo
chocó contra las verjas y cayó a la vereda, explotando.El encargado de negocios de
Paraguay en la Argentina, Víctor Hugo Peña Bareiro, se apresuró a aclarar que su
gobierno “repudia el atentado”. Igualmente la bomba hizo que la Cancillería
sumara un pedido de explicaciones al gobierno paraguayo. El nuevo reclamo busca esclarecer
el origen de la bomba. El anterior pedía una condena explícita, aunque hablando de
funcionarios y no de un funcionario con nombre y apellido, a la calificación de
“sinvergüenza” que hizo de Menem el ministro de Defensa paraguayo Nelson
Argaña. El ministro es hijo del asesinado vicepresidente Luis María Argaña. Las
principales sospechas sobre su muerte recaen, según la Justicia paraguaya, en el general
Lino César Oviedo. El rechazo de la Cancillería argentina a entregar a la Justicia un
pedido de extradición de Oviedo remitido por la Justicia de Paraguay fue lo que irritó a
Argaña.De todos modos Jorge Raventos, el vocero de la Cancillería, recomendó en
diálogo con Página/12 separar la bomba y las agresiones con proyectiles a la embajada
argentina de la semana pasada de la impasse diplomática. Y el propio Guido Di Tella
opinó que la bomba “no tiene mayor trascendencia”. De paso, Di Tella negó que
la explosión pueda relacionarse con la negativa a extraditar a Oviedo, porque, ironizó,
“no sería la manera de convencernos”. En cuanto a una denuncia del senador
Leopoldo Moreau (UCR-Alianza) según la cual Oviedo realiza reuniones políticas en su
quinta de Moreno, Di Tella hizo una declaración que deja varias ventanas abiertas.
Textualmente: “La Argentina está cumpliendo de manera estricta todas las leyes sobre
asilo. Las leyes rigen para el Estado asilante y para el asilado. Si el asilado no cumpla
con esas normas, el Estado asilante, en este caso la Argentina, las va a hacer cumplir a
rajatabla”.Moreau denunció que el sábado Oviedo mantuvo una reunión “con una
treintena de dirigentes políticos paraguayos”. El abogado de Oviedo, el argentino
Federico Pinto Kramer, replicó que había sido un encuentro jurídico (ver aparte su
curiosa interpretación del atentado de ayer). El cavallista Franco Caviglia pedirá hoy a
la Corte Suprema que anule el rechazo a la extradición, porque Oviedo “es un mero
delincuente común”. Caviglia acusó a Menem de haberse arrogado “funciones
judiciales”.
Para el PJ todo termina en diez días
“En una semana o diez días más vamos a estar con las
relaciones reestablecidas y con los embajadores trabajando cada uno en su lugar.” El
presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Fernando
Maurette, confía en un rápido acuerdo entre Argentina y Paraguay. Para eso –según
informó a Página/12–, cuenta con una visita o carta que legisladores paraguayos
enviarán hoy al Congreso pidiendo disculpas por las actitudes de sus colegas. El diputado
justicialista aseguró que espera que “los actores que se equivocaron pidan
perdón” y entre los que deben disculparse incluyó a la oposición. “La Alianza
actuó con un gran desconocimiento de los tratados. Las barbaridades que han dicho estos
días pueden sonar muy lindas a los oídos de la gente, pero fueron cátedras de
ignorancia”, dijo el legislador. Maurette manifestó que la ley le permite a Oviedo
reunirse “con cien personas si quiere” mientras sus actitudes no interfieran con
la democracia paraguaya. “Lo que pasó -afirmó– es que se oviedizó la campaña
electoral y De la Rúa, que hasta ahora no se había definido tajantemente por un tema, lo
hizo con este, totalmente equivocado.” |
LA ORIGINAL TEORIA DEL ABOGADO DE OVIEDO,
FEDERICO PINTO KRAMER
“Hay un contubernio de acá y de allá”
Por Victoria Ginzberg
“La Alianza de acá
está unida con la de allá en un bloque común”, afirmó Federico Pinto Kramer,
abogado de Lino César Oviedo. Y cuando quiso aclarar, agregó que la “alianza de
allá” eran los funcionarios y legisladores paraguayos que criticaron al gobierno
argentino por no extraditar a su defendido. Pinto Kramer sugirió que esas alianzas están
relacionadas con la explosión ocurrida frente a la residencia del embajador argentino en
Paraguay y confirmó que la última palabra sobre la mudanza de Oviedo es del presidente
Carlos Menem. –Hoy explotó un artefacto...–De ese tema no puedo hablar porque
no sé absolutamente nada. –¿Descarta que ese episodio tenga relación con
Oviedo?–No descarto absolutamente nada porque hay una denuncia que hizo el abogado
Carlos Galeano Perrone, que estaba con nosotros en la reunión del sábado. El dijo que
hay un contubernio entre la Alianza ésta y la de allá. –¿Y eso que tendría que
ver con la explosión? –Teóricamente esa bomba sería puesta en repudio a la
Argentina por no haberle otorgado la extradición a Oviedo. ¿Quién puede poner una bomba
de este tipo? Los que están descontentos con el asunto éste, que son los que le hacen
pata ancha a los que vienen acá: el grupo de (Luis María) Argaña, (Alfredo) Stroessner
y (Juan Carlos) Wasmosy, que manejan el gobierno de Paraguay. A mí me dijeron que la
Alianza de acá está unida con la Alianza de allá, que han hecho un bloque común.
–Usted se enteró de esa hipótesis en la reunión del sábado. Entonces reconoce que
hubo un encuentro. –A mí me parece que si es así hubo dos reuniones. Yo digo que
desde las diez de la mañana a las nueve de la noche Oviedo estuvo conmigo. Yo digo que en
ese momento éramos cuatro abogados, había chicos jugando, señoras en el parque –la
suegra, la tía– y que habrá habido quince personas. Eso es lo que vi hasta que me
fui. Más no puedo decir. Pero no tengo por qué creerle a (el senador Leopoldo) Moreau y
no a Oviedo. –Usted dijo que los custodios sabían perfectamente quiénes entraban y
salían y que si existiera alguna reunión, el Gobierno...–...lo sabría en el
momento.–Es decir que si existió un encuentro político, aunque usted lo desconozca
el Gobierno lo sabe.–Por supuesto. Cuando Oviedo tiene que salir a algún lugar debe
que llamar a la Policía Federal para que lo acompañe y tiene que comunicar antes.
Además los teléfonos están todos pinchados, así que sabe todo. –Usted dijo
también que Oviedo pensó en irse. ¿A dónde?–Oviedo reaccionó así el día que
atacaron al Presidente. Dijo que no quería ser factor de perturbación y que se volvía a
Paraguay. Costó casi dos horas y media convencerlo. Nosotros le dijimos que allá no
tenía seguridad de ningún tipo. No había seguridad jurídica y además peligra su vida.
–¿Y no manejaron la posibilidad de que se fuera a otro lugar? –No. Nunca se
habló. Nadie lo propuso. –Oviedo dice que no quiere ser un factor de perturbación
pero a Menem le trajo algunos problemas... –Pero no es culpa de él. Se dice que no
se dio traslado a la Justicia. Pero hay tres resoluciones anteriores de la Justicia
Federal que dicen no al pedido de extradición. No fue un capricho del Gobierno.
–¿No pensó en trasladarse más al sur, como se había propuesto? –¿A qué
parte del sur se va a ir si en todos los lugares está declarado persona no grata? De Río
Colorado para abajo me parece que no queda ninguna provincia donde pueda ir. –La idea
original era La Pampa. Entonces, ¿no se va a mover de la provincia de Buenos Aires?
–Hasta que el Presidente no se lo pida creo que tiene que quedarse como está. El no
ha violado el derecho de asilo. Si el Presidente habla con él, seguramente se irá.
–Desde que Oviedo está en la Argentina, ¿se ha comunicado alguna vez con Menem?
–Que yo sepa no.
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