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Por Cristian Alarcón y Adriana Meyer La desgrabación de la caja negra sobre lo ocurrido en la cabina del Boeing 737 determinó que el piloto y el copiloto de la nave no realizaron un chequeo de sistemas imprescindibles para despegar. Y luego, al sonar la alarma de configuración indicando un error gravísimo, continuaron con la maniobra de despegue, como si ese beep beep ronco y grave no significase un peligro real. La única frase de alerta, anticipada ya por Página/12, es la del comandante que primero dice "no, no, no" --como si el "no" fuese un "epa, epa, epa"-- y luego se pregunta "¿qué mierda pasa?", pero en un tono calmo, lejos de la desesperación. Tan así que la alarma --que indicaba que los flaps o alerones de despegue no estaban activados-- sonó durante 35 segundos. En ese cortísimo tiempo el copiloto chequeó sólo uno de los motivos por los cuales se podía haber accionado el alerta. Y se escucha al comandante decir: "no sé xxxx viejos, xxx está todo bien". Las cruces indican que en la grabación difundida ayer por el juez no se entiende lo que dice. Pero para los investigadores esa frase transmite el descrédito de la tripulación hacia la famosa alarma. Ahora, en principio demostrado un error humano, la Justicia se propone determinar por qué motivo "interno" la tripulación de LAPA omitió los procedimientos y desconfió de la alarma. El análisis de la grabación de los ruidos de cabina del Boeing de LAPA "permite comprobar que los procedimientos y controles, realizados por la tripulación de vuelo para configurar la aeronave antes del despegue, adolecen de errores y omisiones". Así comienza el informe escrito que ayer la Junta Investigadora de Accidentes Aéreos le entregó al juez Gustavo Literas sobre el resultado de la lectura de la caja negra de voces de cabina o "data recorder" realizada por expertos de la NTSB, National Trasportation Safety Board, en los Estados Unidos. Además de una desgrabación completa de las cintas que dura 30.54 minutos y que comienza con una "conversación personal" cuando el avión está estacionado. A lo largo de ese tiempo es posible verificar cuáles fueron los procedimientos que realizó la tripulación, qué olvidaron, dónde comenzó la tragedia. En la larga transcripción el primer punto negro marcado por los investigadores está en el minuto 29 de la grabación. Desde la torre ya se le dio el ok a la nave. A los 29.48 Weigel dice "vamos, vamos". La torre contesta: "vamos 3142". A los 29.54 se registra el sonido de liberación de los frenos --o parking brake-- y la aceleración de motor. A los 29.59 Weigel repite "vamos...". Esos puntos suspensivos, según los pilotos consultados por Página/12, deberían incluir la posición en que en ese momento se colocan los flaps. Pero nada de eso aparece en la desgrabación. A los 30.05 el copiloto inicia el control final antes del despegue o "before take off". Es en ese momento cuando él va nombrando cada ítem, el piloto controla y responde. Así es que se lee en el informe "start switches" a lo que Weigel responde "low ignition". El último de esos testeos es el de las azafatas en sus puestos para despegar. "¿Las sentaste ya?", es la particular forma en que Etcheverría pregunta a Weigel por el asunto. Para ese entonces se habían salteado cinco controles obligatorios en el manual de vuelo: entre ellos un sistema integral de alarmas, los estabilizadores de la carrera de despegue, las puertas de la cabina, el control de vuelo y los famosos flaps. Los investigadores ya habían confirmado al analizar los restos de las alas que los flaps, los "alerones" ubicados en la parte trasera de las alas no estaban "configurados", o sea que no habían sido ubicados en la posición correcta para levantar vuelo y que el instrumento que delata en el panel de control si fueron accionados o no indica que nunca se activaron. Esos alerones, antes del despegue, deben ser puestos a 45 grados del ala antes de dar velocidad a los motores. Al carretear son los flaps los que permiten correr el eje de sustentación del avión de las ruedas a las alas. Si los flaps no se accionan, cuando el avión supera la "velocidad de decisión" o V1, el desastre es inevitable. "Tripulación de cabina ocupar sus puestos", dice el copiloto a los 30.17. Enseguida le habla a un tercero, aparentemente el copiloto del avión que recién había despegado: "correte Adrián, que te piso". Aparece entonces "otra voz" que solo dice "bueno". Comienza el ruido de aceleración de motores. A los 30.00 suena la alarma: un sonido intermitente, ronco, grave y tan potente que a partir de ese momento resulta difícil reconocer las voces. Los próximos 36 segundos son el tiempo que tuvo el comandante para abortar el despegue. Es ahí, tal como lo adelantó este diario, que Weigel niega tres veces. Y luego se pregunta "qué mierda pasa", mientras el copiloto busca el motivo de la alarma. Dialogan sobre la estabilización del avión. El informe de la Junta agrega: "no hay referencia alguna a la posición de los flaps o a los frenos aerodinámicos (spoilers), los cuales ante una errónea configuración para el despegue también activan la alarma". Si bien la desgrabación de las cajas negras reveló un evidente error humano, la investigación no abandonará las demás hipótesis. Un funcionario clave de la pesquisa le dijo a este diario que "el error no es totalmente humano". La fuente se refirió concretamente a las sospechas que tienen "sobre la política de mantenimiento de los aviones" de LAPA y sobre "las situaciones flexibles y de indisciplina" que surgieron de los testimonios de personal de la empresa y la documentación secuestrada. Es decir que para los investigadores "la calma" con que Weigel y Etcheverría siguieron actuando los segundos posteriores a la activación de la alarma no indica que son simples suicidas. "Vamos a analizar en detalle el entrenamiento que reciben los pilotos en LAPA, cómo se los capacita y cómo se los controla", le dijo a Página/12 el juez Gustavo Literas. Aún no pudo establecerse cómo funcionaba el Boeing 737-200 y sobre todo si la alarma se activaba sin motivo, como indicaba una de las hipótesis. Esto surgirá de las declaraciones de los pilotos y copilotos que volaron esa nave antes que Weigel y Etcheverría, y quienes todavía no declararon.
LOS EXPERTOS ANALIZAN LA ACTUACION DE LOS
PILOTOS Más allá de lo que determine finalmente la investigación por el accidente del 737 de LAPA, dos situaciones fueron consideradas como absolutamente anormales por parte de todos los pilotos consultados por Página/12: por un lado, que tanto el piloto Gustavo Weigel como el copiloto Luis Etcheverría no chequearan la ubicación de los flaps durante las verificaciones que se realizan en el proceso de despegue ni en ningún momento de la última media hora anterior a la tragedia. La otra, que ninguno de los dos haya respondido a la señal de alarma que indicaba problemas con los flaps.Previo al despegue de un avión, piloto y copiloto se dedican a repetir una lista de verificaciones del instrumental. Dentro de la lista debe aparecer el seteo (configuración) de los flaps, el del compensador de cola que balancea la nave y se conoce como trimer, y si los frenos (speed break) que visualmente aparecen como grandes chapones que se extienden desde el ala están correctamente ubicados.Si uno solo está mal colocado, la alarma suena automáticamente, aseguró uno de los pilotos consultados. Los especialistas mostraron sorpresa por la ausencia del chequeo de flaps dentro de la última verificación que se realiza cuando el avión ya está tomando su posición sobre la pista antes de carretear y se conoce como Before Take Off.Que suene una alarma no es una cosa de todos los días, es incomprensible que la tripulación no haya actuado en consecuencia, aseguró a este diario un reconocido piloto de la APLA. Es como si la señal de aceite de un auto estuviera en rojo. Uno puede decidir seguir andando porque ya controló el aceite, pero verificaría con el manómetro o con otro instrumento. Es antinatural andar de ese modo, graficó el experto.De acuerdo a la transcripción, suena la alarma y piloto y copiloto siguen con el despegue como si nada. Es demasiado raro, deslizó uno de los especialistas consultados. ¿Cómo se entiende? Si la alarma suena el piloto siempre responde en consecuencia, agregó. Es llamativo que suene durante 36 segundos y no respondan, señaló otro. Incluso un tercero mostró dudas respecto de la verificación del sonido. Las cajas negras no son voice recorder, son noise (ruido) recorder. Hay un montón de sonidos muy diferentes en cada avión. Habría que saber si enviaron a escuchar la grabación a algún piloto de LAPA que vuele con los mismos aviones.Los expertos consultados tampoco encontraron explicación a la falta de verificación de la ubicación de los flaps. Según la desgrabación de la cinta de la caja negra conocida como Data Voice Recorder, realizada por la Junta Investigadora de Accidentes Aéreos, en ningún momento aparece una mención al chequeo de los flaps. Del transcript surge que no lo hicieron. Es inadmisible, no se entiende, consideraron todos los consultados. Es una pregunta para hacerse. ¿Por qué no aparece en ninguna parte una mención del seteo de flaps?. El peligro de tener muchosvuelos y pocos controles
Por C.A.
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