Por Diego Schurman Por primera vez desde que
sufrió el accidente automovilístico, Raúl Alfonsín figuró en el discurso de Eduardo
Duhalde. Y no de la mejor manera. Fue cuando el candidato justicialista agitó el fantasma
del caos socio-económico si la Alianza no aprueba en el corto plazo su propuesta de
concertación social. Si seguimos esperando, va a pasar lo mismo que le pasó al
doctor Raúl Alfonsín; le estalló la crisis en las manos y después ya no la pudo
resolver. La mención del ex presidente radical, quien en los próximos días se
involucrará en la campaña de la Alianza, no fue casual. Duhalde cumple al pie de la
letra las recomendaciones de su equipo de marketing político, liderado por el brasileño
Eduardo Duda Mendonça. Y la sugerencia fue, en este caso, la estrategia del
miedo.Alfonsín logró un ostensible crecimiento en la curva de imagen luego del accidente
sufrido hace tres meses en Río Negro. Con argumentos que oscilaron entre el respeto y la
estrategia, el justicialismo había dejado de evocar al ex mandatario.La decisión de
volver a poner a Alfonsín en el centro de escena no significa un cambio en la
orientación de la campaña. Más bien termina por acomodar el nuevo sentido de la pelea
con la que Duhalde apunta a revertir la tendencia de los sondeos nacionales. De hecho, el
puntapié inicial lo dio hace días al rememorar los pasos de José Luis Machinea por el
Banco Central (ver nota aparte). Duhalde no deja de responsabilizar al candidato a
ministro de Economía de la Alianza por la hiperinflación registrada durante el gobierno
alfonsinista, en una cruda manera de exponerlo ante la gente como un funcionario incapaz
de conducir la crisis.El mensaje quedó plasmado en un aviso televisivo, que nació como
respuesta a otro de la Alianza en el que se le negaba a Duhalde la capacidad de producir
cambios, justamente por haber sido partícipe del actual gobierno menemista.De la
Rúa se viene haciendo la víctima, pero fue él quien comenzó con una campaña agresiva
metiéndose con nosotros, pero sin dar ninguna propuesta. Entonces ahora nosotros nos
metemos con él y con lo que los radicales hicieron cuando fueron gobierno, señaló
a Página/12 uno de los integrantes del equipo de campaña del gobernador bonaerense. La
intención de Duhalde es la de generar un debate, de la manera que fuere. Pero siempre
imponiendo la agenda. Lo hizo con la concertación y ayer lo volvió a realizar con el
aborto, un tema sumamente conflictivo para la dirigencia de la Alianza. Con la jugada, el
candidato del PJ intenta marcar las contradicciones que persisten en el seno de la
coalición opositora. Es pública la posición del socialista Alfredo Bravo a favor del
aborto. Pero un grupo de diputados justicialistas, impulsados por la mujer de Duhalde,
Hilda Chiche González, se preocuparon en difundir ayer un proyecto firmado en
1994 por Graciela Fernández Meijide en el que consigna que toda mujer tiene derecho
a decidir sobre la interrupción del embarazo durante las primeras doce semanas de
gravidez. En los últimos días la candidata de la Alianza le ha sido esquivo al
tema y el PJ la acusó de hipócrita, al asegurar que antes apoyaba
fervientemente el aborto y que ahora intenta mostrarse en contra.El que evitó cualquier
tipo de diplomacia para referirse al tema fue el ministro de Gobierno bonaerense, José
María Díaz Bancalari, quien prácticamente la trató de asesina. Meijide tiene una
manera muy particular para combatir la pobreza: matarlos antes de que nazcan por el solo
hecho de ser pobres, aseveró respecto del aborto. Lo grave abundó- no es
sólo que piense como piensa sino que niegue y oculte su pensamiento. Duhalde se
imagina victorioso en un debate televisivo con De la Rúa, a quien busca enrostrarle no
sólo esas contradicciones sino también su negativa a aprobar la prohibición de los
despidos o la reducción del IVA, propuestas que integran el paquete de la concertación
social. No es casual que el radical escuchando atento recomendaciones como las de su
vice, Carlos Chacho Alvarez se muestre reacio al debate, sobre todo
cuando las encuestas siguen mostrando a la Alianza mejor posicionada que el PJ.De la
Rúa está en un estado de gracia con los medios de comunicación. A Duhalde le recuerdan
el pasado, pero nadie dice que el expediente por los ñoquis del Concejo Deliberante está
caratulado Fernando de la Rúa y otros. Por eso queremos salir a debatir, dijeron en
el bunker duhaldista.La embestida contra el candidato de la Alianza volverá a tomar
fuerzas este sábado, durante el acto que Duhalde realizará en la cancha de Boca sin la
presencia de Menem ni la de los gobernadores del PJ ya que, aclaró, será
exlusivamente para los trabajadores.
ESCALADA EN LA GUERRA DE SPOTS TELEVISIVOS
Para el otro que lo mira por TV
La
Alianza tira una piedra. El PJ responde sin anestesia. Esa es la lógica que caracteriza a
la campaña publicitaria televisiva que enfrenta con furia a los candidatos a la
presidencia Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde. En la seguidilla de avisos en los que
personajes con aspecto de gente común se quejan por las gestiones pasadas (o por
terminar) de sus contrincantes, ahora se agregan spots en los que Carlos
Chacho Alvarez apela a uno de sus discursos predilectos: la crítica a la
corrupción. Un tal Pablo parado de espaldas explica que prefiere no mirar a la cámara
porque debe tener cara de estúpido. Se refiere dice a todo lo que
no le dio una década de gobierno de Carlos Menem. Después Pablo presenta a su mujer,
otra estúpida y a su hija. Juntos se pronuncian en defensa de la Alianza con
la esperanza de romper con ese pasado.A este aviso el justicialismo respondió casi
instantáneamente. Puso en pantalla al padre de Pablo esforzándose por traer a la memoria
de su hijo la época de la hiperinflación, en que el radical José Luis Machinea
era presidente del Banco Central, dice textualmente. Y luego añade que Machinea
será el próximo ministro de Economía si ganan los radicales, aplicando un
recurso que también utiliza Duhalde que es no mencionar jamás a la Alianza. Es la
primera vez que el duhaldismo emite una referencia directa al gobierno de Raúl Alfonsín,
aunque sin mencionar su nombre. Es que el publicista brasileño Eduardo Duda
Mendonça teme que sería contraproducente atacar al ex presidente cuya imagen pegó un
respingo hacia arriba tras su accidente automovilístico. En el justicialismo están
conformes con su estrategia de respuesta inmediata, elogiada por el propio Menem, y optan
por no anunciar lo que vendrá. En la Alianza cuyo diseño de campaña está a cargo
de Antonio de la Rúa, Darío Lopérfido, David Ratto, Ramiro Agulla aseguran que ya
tenían planificada la campaña con mucha anticipación y que la siguen respetando. Eso no
excluye las críticas agudas hacia el PJ, pero no prevé spots de respuesta directa a
otros spots. En un spot que la coalición estrenó el lunes a la noche mostró a Chacho
Alvarez, que hasta ahora no aparecía en las publicidades porque estaban procurando
instalar la imagen de De la Rúa. El candidato a la vicepresidencia aparece contando que
allá por 1990 cuando vislumbró cómo iba a ser el modelo menemista decidió irse del PJ,
a diferencia de Duhalde, que se quedó. Y le cuestiona que ahora él quiera diferenciarse.
A Menem y a Duhalde, sugiere, no les gusta alejarse del poder. La Argentina no
necesita un Duhalde, necesita un presidente, dice. En otro aviso que se verá en los
próximos días, Chacho afirma que en Argentina la política se asocia con la corrupción.
Nosotros vamos a romper con este pacto con el diablo, asegura. El mensaje se
centra en que no se puede estabilizar un país y ser corrupto a la vez, pero sí hacer
crecer al país y ser honesto.
|