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Un coronel llevó los honorarios para
los abogados de las Madres

El general Balza desistió de un juicio porcalumnias iniciado a Hebe de Bonafini quienlo llamó “asesino”. Le tocó pagar las costas.

“Cosas veredes...”, parece decir Hebe de Bonafini.
La titular de la Asociación quiere enmarcar un billete.

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Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes) Un coronel del Ejército se presentó ayer en el estudio de los abogados de la Asociación Madres de Plaza de Mayo para cumplir una misión especial: entregar los nueve mil pesos en efectivo correspondientes a las costas que tuvo que pagar el general Martín Balza por desistir del juicio contra Hebe de Bonafini, quien lo había acusado de “asesino y criminal”. “Estoy súper emocionada”, confesó Bonafini a Página/12 y anunció que “vamos a enmarcar uno de los billetes de 100 pesos con la leyenda: ‘Esto es parte del dinero que pagó el jefe del Ejército por no poder demostrar que no es un asesino’”. El 22 de diciembre pasado, Balza se presentó en el Palacio de Tribunales para desistir de la querella por calumnias e injurias que le había iniciado a Bonafini en mayo de 1995. En ese momento, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo había calificado como “asesino” al militar por “encubrir” la muerte del soldado Omar Carrasco y por negar que hubiese conocido las aberraciones cometidas por las Fuerzas Armadas durante la última dictadura. A lo largo del lento proceso a cargo del juez Jorge Ballestero había fracasado una audiencia de conciliación. “Le dije de todo y él, que fue vestido de persona, no dijo ni una palabra”, comentó cáustica Bonafini. “Estamos a escasas 48 horas del mensaje de paz más importante que ha recibido el mundo, la Navidad, y he desistido de esta acción”, argumentó el general sin tener en cuenta que habían pasado tres Navidades desde el comienzo de la querella. Bonafini rechazó el planteo del jefe del Ejército y le reclamó al juez que siga adelante con el juicio para que “no sea cómplice de encubrir a quien hoy debe ser desenmascarado frente a toda la opinión pública, y continúe con el juicio que me inició”. Ballestero aceptó la interrupción de la causa pedida por Balza pero fijó un elevado pago de honorarios para los abogados de las Madres, Antonio Rojas Salinas, Héctor Noli y Eduardo Barcesat. Los letrados del uniformado apelaron la decisión del magistrado y la Cámara ratificó el monto de las costas. Ante la confirmación, el coronel Lucero fue el encargado de pagar en efectivo los nueve mil pesos. Bonafini se quejó porque en aquel momento, “los organismos de derechos humanos publicaron una solicitada reconociendo a Balza como un general democrático”. “Noli y Rojas Salinas donaron el dinero a las Madres. El viernes haremos una comida con amigos y vamos a separar esos 100 pesos para el cuadrito que colgaremos en la Casa de las Madres, donde todos podrán leer que Balza desistió de la querella porque no pudo demostrar que no es un asesino”, dijo Bonafini y remarcó que “él frenó toda la investigación del Caso Carrasco II que apunta a demostrar la cadena de encubrimiento para ocultar ese asesinato”. Las Madres enfrentan otro juicio que lleva nueve años, iniciado por el presidente Carlos Menem, a quien Bonafini calificó de “basura”. “Con este antecedente le vamos a terminar embargando hasta la pista de Anillaco”, ironiza Bonafini.

 


 

ULTIMO ACTO DEL JEFE DEL EJERCITO FRENTE A MENEM
Balza busca el delicado equilibrio

Por N.V.

t.gif (862 bytes) “Pido una vez más perdón a la sociedad por los aberrantes actos cometidos, por pocos, muy pocos, en una represión inmoral y por las equivocaciones de quienes debieron haberlos impedido o castigado”, reiteró el general Martín Balza en su último discurso público ante el presidente Carlos Menem. De esta forma, reforzó la autocrítica parcial que viene repitiendo desde el 25 de abril de 1995: condena a “las vejaciones contra la dignidad de las personas, que llevaron a cabo quienes debían garantizar los valores cristianos y el marco jurídico de la Nación”, pero no admite que esas vejaciones formaron parte del “Plan Criminal” ejecutado por la última dictadura militar tal como se comprobó en el Juicio a las Juntas de Comandantes realizado en 1985. El candidato a presidente de la Alianza, Fernando de la Rúa, también integró el grupo de invitados especiales que participó del acto por el 193 aniversario del Regimiento de Infantería de Patricios. En un meditado equilibrio, el jefe del Ejército dedicó la primera mitad de su exposición a agradecer “el aliento y la confianza” de Menem, quien le dijo “general, haga lo que tiene que hacer” y la segunda mitad a reiterar el mea culpa institucional por la represión ilegal.“Somos herederos de un Ejército con un pasado de luces y sombras, que durante décadas se desvió del respeto a las instituciones de la República, que no respetó el disenso y la voluntad soberana del pueblo y que, en algunos casos, hasta violentó la dignidad de las personas. Pero no he temido, ni tememos, reconocer los errores y desviaciones, porque creemos que sólo es posible corregirlos y evitar su repetición a partir de su reconocimiento”, enfatizó Balza ante la mirada atenta de la tropa y continuó: “Hemos aceptado las críticas, aun las más ingratas e injustas, con humildad y casi con agradecimiento, porque muchas de ellas no han sido sólo de los vandálicos terroristas, que hasta públicamente confesaron y se jactaron de sus crímenes, sino que fueron hechas por dignas institucionesy por hombres de bien, por hermanos argentinos que, aun en sus críticas, demostraron respeto y afecto por el Ejército”. Para conjurar las críticas, especialmente de los retirados, Balza asumió “como jefe del Ejército la responsabilidad que en el pasado le cupo a la fuerza, por todo lo que como institución no supo hacer por vacilación, por errada valoración de los acontecimientos o por debilidad” y remarcó que “el arrepentimiento por los errores es un acto de lealtad y valentía de la fuerza que nos ayuda a reconciliarnos entre los argentinos. No importa que algunos se rían y otros se complazcan en criticar al jefe del Estado Mayor por ‘pedir perdón a la sociedad’”. En un mensaje hacia el futuro aseguró que “ese reconocimiento fue un hecho institucional, basado en las convicciones personales de la masa de los hombres y mujeres del Ejército. Entre ellos, mi firme convicción fue sólo una más”.A Menem le agradeció que aprobara “la modernización del sistema educativo del Ejército, la instrumentación del servicio militar voluntario, la incorporación de la mujer a la fuerza, la participación masiva en importantes misiones de mantenimiento de la paz en lejanos países, las acciones para superar las secuelas de la Guerra de las Malvinas y la nueva relación con el Ejército del Reino Unido de Gran Bretaña”, entre otras cuestiones y se quejó porque “no ha faltado el rechazo, cuando no la burla, de algunos pocos, y la ‘incomprensible incomprensión e hipocresía’ de otros, que tendrían que ser los primeros en valorar los alcances del cambio”. La única crítica asomó al señalar que “todo ello lo realizó el Ejército con eficiencia y perseverancia, a pesar de los presupuestos cada vez más limitados”.

 

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