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LA MAGISTRATURA ACUSARA A BRUSA
El Garrote preparado

La Comisión de Acusación de la Magistratura ya tiene listoun predictamen contra el juez de Santa Fe a la que se suma el repudio de un amplio sector de sus coprovincianos.

Víctor Hermes Brusa, actual juez federal de Santa Fe.
La acusación puede desembocar en el Jurado de Enjuiciamiento.

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Por Victoria Ginzberg

t.gif (862 bytes) El juez federal Víctor Hermes Brusa será acusado la semana que viene por el Consejo de la Magistratura. Los miembros de la Comisión de Acusación aún no están de acuerdo en los fundamentos del dictamen pero existe consenso para elevar el tema al plenario del organismo, que a su vez deberá remitirlo al Jurado de Enjuiciamiento. Brusa tiene un pedido de desafuero en su contra realizado por el juez Raúl Candioti, quien sospecha que él fue la persona que atropelló con una lancha y abandonó a un nadador. Pero, además, fue denunciado por varios ex detenidos como partícipe y cómplice de las torturas sufridas en varios centros clandestinos de Santa Fe durante la última dictadura militar. El consejero Fermín Garrote presentó ayer un predictamen acusatorio en el que incluyó los tres temas relacionados con Brusa que fueron analizados por el organismo. Es decir, el accidente de la lancha, la regulación de altísimos honorarios para un abogado y su participación en la represión. El 8 de noviembre de 1997 en la laguna de Setúbal, un hombre canoso en una lancha blanca atropelló al nadador Miguel Pedernera y huyó. Varios testigos identificaron al “hombre canoso” como el juez federal de Santa Fe. Raúl Candioti, actualmente a cargo del expediente, pidió el desafuero de Brusa para indagarlo por “lesiones graves culposas”. Hasta ahora, existe unanimidad en la Comisión para incluir este hecho en la acusación. Las diferencias se plantean al momento de decidir si se tendrán en cuenta las irregularidades en la asignación de honorarios y la participación de Brusa en la represión. Algunos consejeros son reacios a agregar este último punto debido a que consideran que sería revisar una decisión del Senado, ya que los legisladores que dieron el acuerdo paranombrar a Brusa como juez en 1992 sabían que su nombre aparece en el Nunca Más. Este grupo querría que las violaciones a los derechos humanos fueran mencionadas sólo para fundamentar el desprestigio que sufre actualmente Brusa y que sería otro motivo para removerlo. Los que se inclinan por considerar directamente la complicidad de Brusa en torturas alegan que el Consejo recolectó testimonios nuevos, que no fueron tenidos en cuenta en ese momento. En la sesión de ayer, se hizo presente un grupo de maestros ayunantes que entregaron alrededor de mil firmas de ciudadanos santafesinos pidiendo la remoción del juez. En el predictamen elaborado por Garrote se menciona una causa judicial iniciada por un ex detenido de la Guardia de Infantería Reforzada (GIR) de Santa Fe. Allí Brusa reconoció haber “visitado por cuestiones judiciales o requerimientos personales” al denunciante en el lugar donde estaba secuestrado. En su descargo, el magistrado negó haber entrevistado a detenidos ilegales durante la dictadura. La semana próxima Brusa será acusado por la Comisión y el caso pasará al plenario del Consejo. Allí se necesitarán dos tercios para que el expediente vaya al Jurado de Enjuiciamiento.

 


 

EL CASO DEL MATRIMONIO PERUANO
Un refugio insuficiente

Por V.G

t.gif (862 bytes) La ciudadana peruana María del Rosario Silva Díaz no podrá ser extraditada. El juez federal Roberto Marquevich había dispuesto que ella y su esposo, Julio César Mera Collazo, quienes estaban acusados de pertenecer a Sendero Luminoso, fueran trasladados a Perú. Pero el Ministerio del Interior decidió que la mujer sea considerada como refugiada. “La situación plantea algunas dudas acerca de las garantías con que podría contar en el proceso judicial a afrontar” (en Perú) se afirma en la resolución. Aunque las garantías serían las mismas para ambos, Mera Collazo no fue beneficiado con la medida. El 14 de agosto de 1998, casi simultáneamente con una entrevista entre los presidentes Carlos Menem y Alberto Fujimori, Mera Collazo y Silva Díaz fueron detenidos en un gimnasio de Tigre. El hombre había venido a la Argentina a probar suerte en 1990. Dos años después lo hizo su mujer. Aquí tuvieron dos niños: Nahuel, de tres años y Victoria, de cinco meses. Ambos viven con su madre en la cárcel de Ezeiza. El juez federal Roberto Marquevich decidió que el matrimonio sea extraditado y esta medida le valió un pedido de juicio político. Los abogados de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, defensores de los peruanos, solicitaron que ambos fueran considerados refugiados. En Perú, Mera Collazo y Silva Díaz pasarían su primer año de detención en condiciones de aislamiento y confinamiento. El Cepare –Comité de Elegibilidad para Refugiados–, organismo dependiente del Ministerio del Interior, decidió que Silva Díaz sea considerada como refugiada. Rodolfo Yanzón, abogado del matrimonio, aseguró que no se explica porqué Mera Collazo no obtuvo el beneficio, teniendo en cuenta que está en las mismas circunstancias que su mujer y el Cepare consideró que ella no contaría con las debidas garantías si fuera juzgada en Perú. Además, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) había recomendado que Mera Collazo fuera amparado como refugiado. El Acnur tuvo en cuenta que el Comité contra la Tortura “ha recibido información sustancial respecto al uso de la tortura por agentes del Estado en relación a investigaciones sobre terrorismo o actos de traición con el propósito de obtener una confesión”. Para emitir su recomendación, que fue rechazada por el Ministerio del Interior, el Acnur también estimó que “la evidencia sobre las que se basan las imputaciones provienen de personas entre las que se encuentran los denominados `arrepentidos’ que, para beneficiarse podrían haber denunciado a los solicitantes en los hechos que se les imputan”.

 

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