Por Maximiliano Montenegro Pedro Pou lo hizo.
La impresionante limpieza del sistema financiero que promovió el titular del BCRA dio
resultado. Los bancos son el único de los grandes sectores de la economía que, pese a
que la crisis ya era ostensible, siguieron aumentando sus utilidades durante el año
pasado. Las empresas pequeñas y medianas se quejan de que no les prestan y el crédito no
acompaña el aumento de los depósitos, lo que para algunos consultores es la causa
fundamental que prolonga la recesión. Sin embargo, los principales bancos del país
presentan ganancias aun superiores a las de los servicios públicos privatizados y las
empresas petroleras, los negocios de oro en la Argentina de fin de siglo. Por el
contrario, la rentabilidad de la industria se halla planchada, muy por debajo de los
estándares internacionales. Tales conclusiones surgen de un estudio sobre las 500 mayores
empresas locales, realizado por dos economistas de la UIA. La investigación terminó de
convencer a la cúpula de la UIA de que era necesario romper lanzas con los bancos,
desactivando el tradicional Grupo de los Ocho, para conformar una asociación patronal
integrada sólo por entidades de la producción, como se anunció durante la reciente
Conferencia Industrial en Córdoba. Fue realizada por Federico Poli y Miguel Peirano,
directores del Centro de Estudios para el Desarrollo y economistas de consulta del Comité
Ejecutivo de la Unión Industrial. El informe analiza la performance de las 500 mayores
empresas de Argentina, agrupadas en cinco grandes sectores y 23 ramas de actividad, con
datos actualizados a 1998. El objetivo es analizar de qué manera impactó la
recesión que empezó a evidenciarse a mediados del año pasado sobre los diversos
sectores económicos, se explica. Los principales resultados son los siguientes: u
El único sector que muestra un incremento notable en sus ganancias, en relación con sus
ingresos corrientes, es el financiero: saltan al 13,6 por ciento el año último frente al
7,5 por ciento en el 97. u En promedio, las ganancias de las empresas de servicios
públicos privatizados varían entre el 10,6 y 11 por ciento. Con una aclaración:
mientras agua, electricidad, distribución de gas y correos redujeron sus rentabilidad el
último año en alrededor de dos puntos, las telefónicas la aumentaron en la misma
proporción.u Las empresas petroleras tienen utilidades comparables a los sectores
anteriores: 9,2 por ciento. Pero aun así muestran un ajuste, ya que un año antes sus
beneficios en términos de sus ventas eran del 13,7 por ciento. u En el comercio, las
ganancias sobre ventas son muy acotadas: apenas 1,8 por ciento frente a 2,5 por ciento en
el 97. Sin embargo, en relación con los activos del sector, la rentabilidad es
importante: casi 11 por cientu Para la industria, la utilidad sobre ventas es de sólo 2,8
por ciento, un nivel similar al de un año atrás, y poco más de la mitad de la
rentabilidad promedio de las 500 empresas analizadas.u Dentro de la industria, se
profundizaron las pérdidas en textil y calzado, llegando al 18 por ciento de la
facturación. Algo similar ocurrió con las firmas de vehículos y autopartes (con
quebrantos del 6 por ciento de la facturación). En cambio, presentan niveles de ganancia
extraordinarios para la industria las empresas siderúrgicas (14 por ciento); de
plástico, goma y caucho (8,3 por ciento); y de limpieza y cosméticos (8 por ciento). u
De la comparación internacional se desprende que las utilidades más insólitas están en
el sector de servicios públicos privatizados: en Brasil y Estados Unidos, las
rentabilidades promedio varían entre 4 y 6 por ciento, respectivamente. Es decir, entre
la mitad y un tercio de lo que declaran las empresas adjudicatarias de servicios en
Argentina. Pero también son altas las ganancias de las petroleras locales, con tasas que
duplican a las norteamericanas y brasileñas. Los bancos que operan en el país también
muestran utilidades levemente superiores. En cambio, laganancia promedio de la industria
argentina es la mitad que en los dos países mencionados.El trabajo explica tales
resultados por diversos motivos. Primero, la apertura comercial con sobrevaluación
cambiaria, que presiona a la baja de los precios de los productos industriales que
compiten con importaciones. Segundo, la débil regulación de las empresas públicas
privatizadas, que operan en mercados resguardados de la competencia externa. Tercero, la
elevada concentración en el sector petrolero. Cuarto, extranjerización mediante, el
redituable negocio de los bancos que, sentados en un colchón de liquidez, aprovechan las
urgencias del Estado nacional y provincial para prestarles a altas tasas de interés.
INQUIETANTE INFORME DE LA UNCTAD
Riesgos de otra crisis
El
Informe Sobre Comercio y Desarrollo de la UNCTAD 1999, cuyo adelanto se distribuyó ayer,
advierte que existen riesgos de una nueva crisis mundial, a pesar de la estabilidad
alcanzada por las economías asiáticas y que Brasil ha superado el descalabro de su
economía. Los técnicos de las Naciones Unidas también subrayan la responsabilidad que
los países más ricos tienen en los problemas del mundo subdesarrollado, muy dependiente
de los capitales volátiles.En ese sentido, el trabajo apunta que el proteccionismo
de los países desarrollados les ha impedido aprovechar plenamente sus ventajas
competitivas actuales o potenciales. La UNCTAD estima que tan sólo en las
industrias de baja tecnología los países en desarrollo están perdiendo unos 700 mil
millones de dólares adicionales en sus ingresos anuales de exportación, como
consecuencia de los obstáculos al comercio.El documento también recomienda a las
naciones más ricas recortar los derechos a la importación sobre productos como calzados,
artículos de cuero, textiles y vestido, juguetes y material deportivo, productos de la
madera, papel, caucho, plásticos y agropecuarios. Casualmente, muchos de los cuales
Argentina está amparando con derechos a la importación, para evitar la avalancha de esos
bienes, provenientes de competidores ricos. La UNCTAD asegura que la tendencia es a que se
incrementen los déficit comerciales, cayéndose o estancándose en crecimiento.El informe
señala además tres razones para que el déficit comercial haya aumentado más rápido
que el ingreso. Entre otras, que la liberalización del tipo big-bang ha producido una
gran expansión de las importaciones, mientras las exportaciones no lograron crecer a la
par; además, la desaceleración de las economías desarrolladas desde principios de 1970
complicó un poco más la situación.Finalmente, el trabajo destaca que gran parte del
capital que ingresa a estos países no tienen un destino productivo. Por el contrario,
suele ser absorbido por la acumulación de reservas para salvaguardarse de los
ataques especulativos.
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