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OPINION
Señor Annan, viaje a Dili
Por Antonio Tabucchi *

Señor secretario general de la ONU Kofi Annan, quisiera dirigirle un mensaje urgente. ¿Por qué no instituir un tribunal internacional para el genocidio en Timor como lo hicieron para la ex Yugoslavia y Ruanda? ¿Quizá los derechos del hombre en el Sudeste asiático son menos importantes que en otro lugar? Usted no ignora que el genocidio puesto en marcha por Suharto, el dictador indonesio con grandes cuentas en los bancos europeos, fue masivo y variado en el registro del horror: saqueos, ejecuciones en masa, bombardeos aéreos, sin olvidar los pesticidas que redujeron a los campesinos de Timor a la hambruna. ¿Un solo genocidio no le fue suficiente? ¿Para entender, la ONU necesita un bis? Usted tiene un deber único y ineludible si quiere que su organización sea creíble a los ojos de los ciudadanos del mundo. Como sus cascos azules no podrán estar en el sitio antes de uno o dos meses (en tanto que Estados Unidos, China y el Fondo Monetario Internacional lo permitan...), antes que intervenga el honorable tribunal de La Haya, subvencionado por la ONU para continuar con el castigo una vez cometida la masacre, usted solo tiene una solución para mantener la confianza de todos. Tome hoy mismo un avión de las Naciones Unidas y vaya a Timor. Después de haber aterrizado en Dili, vaya al sitio de Unamet rodeado por los asesinos, siéntese buenamente sobre una silla y hágase filmar para el mundo entero, por un cameraman que trabaje, si es posible, para una de esa cadenas formidables que nos hacen vivir la Guerra del Golfo en directo. La única manera de convencernos a todos de que la democracia y el voto democrático no son una farsa, es que usted permanezca así, sentado sobre una silla, en silencio (el Papa recientemente fue a Indonesia, país del que le preocupa el islamismo, pero no dijo ni una palabra de Timor). Lleve algunas provisiones, porque, de acuerdo con las últimas noticias, los pocos periodistas y observadores retenidos por los asesinos no tienen para comer ni beber; eso hará que su misión sea más espectacular. En este momento, señor Annan, su responsabilidad va más allá de la responsabilidad moral de la masacre de un pueblo. Si usted no va a Timor, usted está diciendo de alguna manera a los jóvenes del próximo milenio que la ONU era una mascarada, la democracia una pavada, el voto democrático una farsa. Si usted se mantiene pasivo, en su escritorio, será como decir: “Señores, compren las armas y hagan justicia ustedes mismos. Se lo aconseja la ONU de este fin de milenio”. * Escritor italiano y portugués, autor de Sostiene Pereira. Opinión publicada en Libération.

 

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