|
Por David Cufré El gobierno brasileño resolvió ayer eliminar el tratamiento preferencial para las exportaciones argentinas de 400 productos, una virtual declaración de guerra comercial que pone al Mercosur al borde del abismo. La comunicación oficial del país vecino puntualiza que la medida es en carácter de reciprocidad por actitudes proteccionistas de la Argentina, y menciona expresamente que Uruguay y Paraguay quedan al margen de su alcance. Hasta ahora, los socios más poderosos del bloque regional aplicaron trabas puntuales al comercio en aquellos rubros en conflicto. La nueva actitud brasileña, inédita en el Mercosur, es lisa y llanamente una acción de represalia generalizada, que pone en jaque la misma continuidad del proceso integrador. El secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería argentina, Jorge Campbell, se manifestó ante Página/12 sorprendido por la medida brasileña.El fracaso en las negociaciones de los últimos dos días entre argentinos y brasileños, centradas en las disputas de los sectores lácteo y del calzado, agrava el efecto de la resolución brasileña. Venimos en son de paz, había dicho anteayer el director de Asuntos Económicos de ese país, José Alfredo Graça Lima, al informar las razones que motivaron su visita de urgencia a la Argentina. Cuando apenas habían finalizado sin éxito las negociaciones en Buenos Aires, desde Brasilia se informó que a partir de pasado mañana se elimina el otorgamiento de licencias automáticas, que permiten el ingreso de los productos en 24 horas. El director de Comercio Exterior de Itamaraty, Iva Ramalho, precisó que la lista de mercaderías afectadas incluye textiles, calzados, químicos, alimentos y vehículos, entre los principales de los 400 productos involucrados. Son bienes sujetos a controles de precios y plazos de pagos. Ese control no era aplicado cuando las importaciones provenían de Argentina. Ahora sí, remarcó el funcionario. Y agregó que el nuevo plazo para autorizar la importación de esas mercaderías dependerá de cada rubro. Es decir, el mismo tratamiento que se les da a las compras de países ajenos al Mercosur.Las medidas tienen carácter de reciprocidad, subrayó la secretaria de Comercio Exterior, Litha Spindola, quien afirmó que estamos procurando preservar el Mercosur, por lo que hemos hecho todo lo posible para resolver los problemas en forma negociada. Queda claro que ante el fracaso del diálogo, el gobierno brasileño tensó al máximo la relación con la Argentina. Pero si la administración local no cede, la crisis puede devenir en terminal. De todos modos, juega a favor del Mercosur el hecho de que la Argentina tendrá un nuevo gobierno en menos de tres meses, lo que puede reencauzar la discusión.No conozco la medida. La voy a analizar y recién ahí daré una opinión. Insisto en que en esta época de caída del comercio y mal humor general, las declaraciones de los funcionarios deben ser cautas para no echar más leña al fuego. Sin embargo, no me resulta un buen síntoma que Brasil hable de represalia frente a la Argentina. Va en dirección contraria a este pedido de razonabilidad sobre el que hago hincapié. Me sorprende la actitud brasileña, porque el tono de las reuniones (de ayer y anteayer en Buenos Aires) no hacía prever nada así, se explayó Campbell en diálogo con Página/12.En cuanto al resultado de las negociaciones por calzados y lácteos, el funcionario sostuvo que es alentador que ambas partes impulsemos un acuerdo entre privados. Sin embargo, el titular de la Cámara de la Industria del Calzado de Argentina, Carlos Bueno, comentó que el diálogo entablado con sus pares del país vecino hasta ahora ha resultado infructuoso.
|