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Por Gabriela Carchak River ganó sin brillar, sin tener la pelota y gracias a que sus figuras pueden hacer la diferencia. El ahora puntero no tuvo juego, pero pudo concretar sus situaciones de gol, y supo aguantar el partido con un hombre menos casi todo el segundo tiempo. Lanús, que sí dispuso de juego colectivo, adoleció de poder ofensivo desequilibrante.Hasta los 20 minutos, Lanús mantuvo la pelota, con Clotet manejándose libre por la izquierda. Los volantes granates entendieron el juego, porque son solidarios, y porque Klimowicz se retrasó para colaborar y ser lanzador. La consigna, como pide Zanabria en la semana, era mantener la pelota lejos de Burela: Angel tocó su primer balón a los 10 minutos.River apostaba a las proyecciones sorpresivas de Sorín, pero como se transformaron en el único recurso, en realidad dejaron de ser sorpresa, fueron demasiado anunciadas. Aimar estuvo muy solo ante la marca de Fernández Di Alessio. Los volantes de River estaban desconcertados: no están acostumbrados a marcar, sino a que los marquen. Pero a los 20 minutos Caniza le cometió una falta a Cardetti cerca del área. Sorín fue con decisión a patear; el tiro pegó en la cabeza de Cravero y descolocó a Burela. El 1-0 era inmerecido.Con la ventaja, River avanzó por la izquierda con pelotazos cruzados, porque Aimar se transformó en lo mejor y lo más claro del equipo, que dependía de él para pensar, para subir, para crear peligro. Lanús perdió la brújula y la profundidad, y empezó a foulear. Llegó el segundo gol, tras una jugada fenomenal de Angel por la izquierda. El colombiano escapó, llegó a la raya de fondo y tiró un centro rasante. Burela dio rebote y Aimar le ganó de mano antes de que el arquero pudiera recuperarse, punteándola junto a un palo.Lanús salió en la segunda parte con la predisposición de los primeros minutos, empujado por Soto. River se quedó atrás, regalando el dominio absoluto del terreno y de la pelota. Pero como entre Yepes y Ramos tomaban muy bien a Klimowicz, éste se retrasó y bajó para juntarse con los volantes, pero quedó muy lejos del arco rival.Con Placente en la cancha, colaborando por la izquierda con Aimar (el único generador de lo poco que avanzaba River), y Gancedo sumado al circuito, River controlaba el partido. Coyette le cambió la cara al ataque de Lanús, y generó dos mano a mano con Bonano, pero al visitante le seguía faltando profundidad.Una jugada mayúscula de Angel, entrando por derecha, haciendo pasar de largo a Caniza y cambiándola de pie ante Burela, fue la llave del tercero. El colombiano dio el pase corto en el área chica y su compatriota Yepes la clavó arriba. El partido terminaba cuando Giménez cobró un tiro libre indirecto dentro del área de River. González tocó corto hacia Klimowicz, que desde el punto del penal señaló el descuento, en tiempo de descuento.
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