Por Sergio Moreno Julio Mera Figueroa habla a
borbotones. Sólo se detiene cuando le toman fotos. No me gusta, dice,
no puedo gesticular con libertad, aclara como si hiciese falta la aclaración
ante su inmovilidad frente a la cámara. Julio Mera, como se nombra, dispara. Dice que en
este gobierno hubo mucha corrupción, dice que a él lo quisieron coimear y dice que
volverá a la política para ser un ejemplo a seguir por los jóvenes. Mera se agita, tuvo
un enfisema pulmonar y eso hace que cuando hable se agite, que su voz enronquezca como la
de un asmático. Menem fue un gran presidente, dice instantes después de
quejarse por la inmensa exclusión social que deja de herencia su ciclo. A pesar de eso, a
pesar de todo, hubiese querido otra reelección. Y hubiese vuelto a reformar la
Constitución para lograrlo. Es un formalismo, dice, y se agita, y mueve los
brazos, y habla a borbotones.¿Cuándo había decidido dejar de hacer
política?Hace un año y medio, cuando se frustró el proyecto Ortega Presidente. Yo
había apostado mucho afectivamente, me había jugado íntimamente. Pensé que Palito era
la figura más interesante que tenía el peronismo.¿Por qué?Porque creo que
la Argentina de hoy requiere nuevamente la fijación de puntos políticos de partida. El
menemismo ha hecho que se modifiquen una serie de presupuestos con los que trabajaban
desde el año 90. Y el argentino tiene que redefinirse: esta Argentina como está
ahora, no tiene una perspectiva de futuro.Fue Menem quien llevó al país a esta
instancia. Recorrimos mucho hasta llegar a Menem. A partir de allí, el peronismo
fue esa doctrina que todos manteníamos, pero que sintetizaba Menem. De golpe, viene todo
este proceso de la re-re. Y a Menem se lo proscribe. Menem no puede ir a la
re-reelección, porque no ha podido ir a la interna y porque la Constitución se lo
prohibía. Entonces, surge un candidato, supuestamente natural, que no es tal: Duhalde, un
producto del peso de la provincia de Buenos Aires. Y de golpe descubre que debe
enfrentarse con Menem, porque Menem es muy mal visto por la corrupción. Nadie va a dudar
de que ha habido una corrupción enorme en todo este período, nadie lo puede desconocer.
Entonces Duhalde dice: Yo no estoy con Menem, yo lo enfrento. Yo quiero otro
peronismo. ¿Y quién votó a ese peronismo de Duhalde? De acá es que el año
pasado queríamos hacer una interna por la conducción partidaria: Menem y Ortega contra
Duhalde-Ruckauf.¿Por qué cree que Palito se alió a Duhalde?Por falta de
madurez. Esperó otra cosa de Menem, creyó que lo iba a apoyar económicamente, esperó a
que lo nombre su delfín. Cuando Menem no lo hizo, se sintió usado,
abandonado.Menem que dilató la realización de la interna con su decisión de
forzar una nueva reelección.Creo que fue un gran error de Menem, no haber formado
la interna y ser él reelecto por el voto de la gente. Porque en este momento, el
peronismo tendría conducción y estaría en la calle.Pero fue el propio Menem quien
impulsó todo eso.Fue un error grave de Menem. Ahora, ¿qué autoridad tiene Duhalde
para manejar el peronismo formoseño, o jujeño o salteño? El peronismo está
desmovilizado, sin conducción.Eso fue producto de la lucha por el poder.
Obvio, realmente fue así. En la troupe de ejército de Menem, la mitad de sus
oficiales apoyaron que Duhalde sea presidente. La civilidad, abandonar la barbarie exigía
que Menem debía irse y volver en el 2003. La propia gente del Presidente. Eso lo
impone la Constitución nacional.Bueno, pero eso es una formalidad... ¿La
Constitución es una formalidad? En el sentido de que eso, por otra formalidad, se
puede modificar. Si hubiésemos tenido voto en la Legislatura la Constitución se
modifica.¿Le parece bueno modificar la Constitución cada dos o tres años para que
Menem sea re-reelecto?Para mí sí. Porque íbamos a evitar esta hipocresía. Lo que
va a suceder es que, gane Duhalde o gane De la Rúa, ninguno de los dos va a tener poder.
Ninguno va a poder manejar el hecho social. El poder en la Argentina es una resultante de
factores de poder. En este momento, ningún candidato que gane va a manejar los factores
de poder hacia el objetivo, entonces va a ser necesario un acuerdo entre las fuerzas
políticas.Según las encuestas, está ganando De la Rúa.Va a ganar De la
Rúa. Y el peronismo va a tener que apoyar necesariamente, no podemos llegar a destruir el
país.Si el peronismo pierde se producirá un terremoto interno.Un coletazo
enorme, por supuesto. Porque hay responsables. El peronismo está atomizado ya, el
justicialismo no. ¿Y quién es responsable del justicialismo? ¡El Gobierno! Hay que
redefinir al peronismo. En este momento, el enemigo nuestro no es lo que Perón llamaba
la oligarquía. Hoy en día no es el asalariado la víctima del sistema.
Víctima del sistema es la enorme cantidad de la sociedad que no accede al sistema, que ha
quedado afuera del sistema. Pero eso se profundizó durante las dos gestiones de
Menem.De acuerdo, por supuesto.¿Qué piensa de Menem?Que ha sido un
gran presidente.¿Y cómo se concilia eso con haber sido el responsable de
profundizar la expulsión del sistema de mucha gente?Porque no se podía hacer todo
junto. Hubo un momento en que no quedaba ninguna alternativa, salvo ir a métodos muy
cruentos, muy conflictivos. Cuando nos subimos a este barco no tenía rumbo, no funcionaba
y estaba a la deriva. Nosotros arreglamos todo, el barco empieza a marchar hacia un lado.
Pero en este momento, a pesar de que el barco no se va a hundir, la gente está con el
agua al cuello, sigue igual que antes. O peor.¿Usted presenció o estuvo o sabe de
algún caso concreto de corrupción?Y a mí me han querido coimear. Con Sánchez
Toranzo nos ofrecieron dos millones cuatrocientos mil dólares para que compremos ciertos
armamentos. Está filmado, está grabado. Yo denuncié la corrupción y después me la
tiraron a mí encima. La primera denuncia pública de corrupción la hice yo con motivo de
la Aduana. El único que me apoyó en todo el Gobierno fue Raúl Cuello, quien estaba en
la DGI en ese momento, pero el resto no.¿Qué le queda del episodio del que lo
acusaron de hacer una contratación directa con Francia para hacer unos DNI que iban a
costar cuatro pesos y ahora van a costar treinta y cinco?Pero nunca hubo una
denuncia de corrupción. Denunciaron violaciones formales, que no se llamaba a
licitación. Nadie dijo jamás hay un mango de corrupción ¡Si a mí me
quisieron corromper también ahí, a mí me fueron a ver de las empresas multinacionales!
A mí me fueron a ver de IBM. No me coimearon los de IBM, pero me fueron a ofrecer
sustituir el sistema. Y el embajador de Estados Unidos me habló...En ese momento
era Terence Todman.Claro. Porque el problema era muy grave para ellos, que se les
meta tecnología francesa en la Argentina. ¿Cuál es su explicación de que Menem
haya permitido tantos episodios de corrupción?El es así, en el sentido de que deja
que las cosas sigan, él ni ampara ni empuja. ¿Por qué no miramos los patrimonios de la
gente? Mi padre sabía decir una cosa: ¿Lo ha visto a Fulano, que tiene ropa nueva
y auto nuevo? Sí, papá. ¿Ha heredado? ¿Se ha sacado la
lotería?. No, papá. Entonces ha robado, me decía.
Bueno, la mayoría de los funcionarios de este gobierno han cambiado ropa, casa y
auto...Ahhh, no solamente de este gobierno, sino otros gobiernos anteriores, éste
es un problema que hace al sistema, al déficit ético de la República. Pero hay que
tener autoridad moral para eso. Y yo la tengo, y voy a volver a la política. ¿Sabe por
qué? Para ser un ejemplo para los jóvenes.¿Y con quién va a volver la política?
¿Con Menem? Vamos a ver. Es el que más fuerza va a tener para volver, no le quepa
la menor duda, pero volver ¿para qué?¿Y cómo va a convencer a la gente?Hay
un Menem distinto... Lo que pasa es que hay que estar en el lugar en el que ha estado él.
Hay dos clases de personas: las de reacción y las de decisión. El tipo que hace no puede
mostrar flancos. Entonces, es preferible que se equivoque y siga firme, firme, firme. Lo
bueno aquí ha sido evitar que se caiga el país. Y lo malo ha sido el sacrificio social
innecesario al que se lo ha sometido.
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