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AL PAIS SOLO LLEGA UN TERCIO DE LA PLATA QUE LE PRESTA EL BANCO MUNDIAL
Nadie adeuda más y recibe menos

En éste, su año final, el gobierno de Carlos Menem logró convertir a la Argentina en el máximo deudor del Banco Mundial. Sin embargo, de los casi 6000 millones que el organismo multilateral le prestó al país en el último lustro, ingresaron efectivamente menos de 2000, y no fueron adonde debían.

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Por Maximiliano Montenegro

t.gif (862 bytes) En los últimos cinco años, de los 5965 millones de dólares que el Banco Mundial desembolsó con destino a la Argentina, sólo 1944 millones llegaron al país. Los 4 mil millones restantes se esfumaron en el pago de obligaciones anteriores, intereses, comisiones y exorbitantes punitorios por atrasos en la ejecución de los programas de crédito. Las cifras, que figuran en el balance anual del organismo, revelan también que durante el segundo mandato de Menem la Argentina se convirtió en el principal tomador de préstamos del Banco en Latinoamérica y, en el año de la despedida, en el mayor deudor del organismo a nivel mundial. La tarjeta de crédito del Banco Mundial, que disfrutó el menemismo, ya está en rojo, y parece imposible que el futuro gobierno pueda seguir utilizándola a este ritmo sin que sea cancelada. En teoría, el Banco Mundial, a diferencia del FMI, financia programas sociales y de infraestructura. Sin embargo, en el último año, el 94 por ciento de los préstamos aprobados para la Argentina están destinados a cubrir agujeros en las cuentas fiscales y a tender una red al sistema bancario. Esta desnaturalización de los préstamos del Banco, que también ocurrió en Asia, abrió una fuerte polémica en el organismo (ver aparte). Tres x unoLos números son impactantes. Desde 1994, por cada 3 dólares de crédito que el Banco Mundial otorgó al gobierno argentino, éste recibió sólo 1. A esa conclusión se llega después de analizar los datos incluidos en el reporte anual del organismo, recién publicado en Washington. Los cálculos son así: en el período, se realizaron “desembolsos brutos” por 5965 millones de dólares. Pero, en realidad, 2000 millones de esos fondos se quedaron en Washington para repagar el capital de préstamos anteriores. Y otros 2020 millones fueron retenidos en concepto de “intereses y comisiones”. De modo tal que la transferencia neta de fondos al Gobierno fue de sólo 1944 millones de dólares (ver cuadro).El informe no discrimina cuánto se paga por intereses y cuánto por “comisiones”. Pero sí advierte que la Argentina tiene disponibles 3594 millones de dólares en créditos que no utiliza. Los funcionarios de Washington dicen que las causas de la demora en la ejecución de estos fondos deben buscarse en las “desprolijidades” de las distintas áreas del gobierno argentino, nacionales y provinciales, encargadas de los programas. Otra de las causas de las demoras –explican– son los recortes presupuestarios que efectuó Roque Fernández en los últimos tres años. El gobierno argentino debe aportar fondos, como contraparte local, para poner en marcha los programas. Como Roque rebanó partidas destinadas a este fin, un número considerable de planes sociales financiados por el Banco quedaron paralizados. Ensayando una defensa, los funcionarios menemistas juran que el verdadero problema está en la burocracia de Washington. Sea como fuere, lo cierto es que, por esos fondos inmovilizados, el Estado argentino debe pagar una “comisión de compromiso”, fijada en el orden del 1,5 por ciento. Así, por año, la Argentina gasta 55 millones de dólares en punitorios por el atraso en los desembolsos. Es decir que, durante el período en cuestión, ya lleva desperdiciados más de 300 millones de dólares. Dos x unoLa lentitud con que se administran los préstamos sociales contrasta con la rapidez con que el Gobierno gestionó, desde noviembre, créditos para cubrir baches fiscales y ahuyentar el peligro de una nueva crisis en el sistema financiero. Así, con los 3226 millones de dólares solicitados alBanco, el presidente Menem batió otro record en el ocaso de su mandato. Es más del 40 por ciento del total de recursos que el organismo orientará este año a Latinoamérica y el doble de lo que pidió Brasil. Más aún, ningún otro país en el globo recibirá tanta ayuda: Indonesia consiguió 2100 millones, Corea 2000 millones y Rusia 1930 millones. De todo modos, también sobre esa factura pasará la guadaña de los descuentos por diversos ítem, semejante a los “gastos ocultos” que cobran los bancos a los clientes menos precavidos sobre la tarjeta de crédito. La única diferencia es que, en este caso, ningún funcionario puede hacerse el sorprendido. Hasta ahora, el “desembolso bruto” que autorizó el BM es de 2071 millones de dólares, a lo que hay que restarle 417 millones para cancelar capital adeudado y 461 millones por “intereses y comisiones”. En limpio, el Gobierno recibirá sólo 1193 millones de pesos. Es decir que, en esta oportunidad, por cada 2 dólares que formalmente presta el BM, 1 dólar y centavos ingresarán al país.

 

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