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AISLAN Y BOMBARDEAN CHECHENIA POR LOS ATENTADOS
Un cordón muy poco sanitario

En psicosis de guerra generalizada, Rusia justificó el cerco militar sobre Checheniapara “cerrarle la puerta al terrorismo”.

Los bombardeos rusos destruyeron cientos de viviendas civiles.
“Los ataques son sólo contra bases islamistas”, desmintió Moscú.

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t.gif (862 bytes)  Jaqueado por la sangrienta ola de atentados terroristas, las denuncias de corrupción que pesan sobre el clan Yeltsin y los rumores sobre las oscuras maniobras del presidente para mantenerse en el poder, el gobierno ruso decidió recuperar algo de apoyo reflotando un enemigo común. Chechenia volvió a colocarse en la mira militar de Moscú como la puerta de entrada del terrorismo islámico, que en las últimas dos semanas causó 300 muertos. Aprovechando la psicosis de guerra desatada por los atentados, el primer ministro ruso Vladimir Putin anunció un cordón sanitario de Chechenia y reconoció la brutal ofensiva que, según las autoridades de la capital chechena, en menos de 10 días causó 200 muertos, en su mayoría civiles. En su discurso ante las dos Cámaras del Congreso ruso, Putin denunció el viernes que la “agresión caucásica contra Rusia” exige revisar los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra con Chechenia en 1996 después de causar 100.000 muertos. Pero la primera medida en represalia por el “origen checheno” de los últimos atentados en Moscú fue confirmar “la imposición de un duro control a lo largo de la frontera chechena”. El jefe del gobierno ruso aceptó que los bombardeos sobre Grozny, la capital de Chechenia, continuarán para evitar que los rebeldes lancen un nuevo asalto militar en la también independentista república de Daguestán. El ejército ruso trasladó además cientos de efectivos a esa conflictiva región del Cáucaso para evitar la entrada de más rebeldes musulmanes desde la vecina Chechenia.Los senadores rusos dieron luz verde al proyecto de Putin de sellar militarmente las fronteras con la república rebelde, desde donde Moscú supone que podrían organizarse nuevos golpes terroristas. Según el diario ruso Izvestia, Osama Bin Laden, considerado por Estados Unidos como el terrorista islámico número uno, estaría alistando refuerzos en Afganistán para ayudar a los rebeldes islamistas replegados en Chechenia. El gesto de Bin Laden sería una respuesta al pedido del comandante jordano Khattab, que dirigió los últimos combates contra las fuerzas rusas en Daguestán. Esos datos alcanzaron para que Rusia se decidiera a cerrarle la puerta al terrorismo bombardeando Chechenia. El gobierno de Grozny denunció que Moscú atacó en las últimas horas refugios civiles. Pero Putin lo negó. “Las fuerzas armadas rusas no tienen nada que ver con los bombardeos contra objetivos civiles en Chechenia. Los ataques son sólo contra concentraciones de tropas y bases de combatientes islamistas”, retrucó.Putin descartó que el gobierno ruso vaya a imponer la ley marcial o el estado de excepción en el país –algo que la oposición teme como una maniobra del Kremlin para anular las próximas elecciones y congelar a Boris Yeltsin en su cargo–. Y relativizó los rumores sobre una repetición de la guerra con Chechenia. Sin embargo, el caos que acosa a Moscú desde todos los frentes podría tener una válvula de escape en una nueva “pequeña guerra victoriosa” en el Cáucaso. Ayer, el fiscal general Vladimir Ustinov instó al ejército a “poner orden en Chechenia”, y aprovechó el mismo argumento que desencadenó los sangrientos combates en 1994. “No hay que temer adentrarse en suelo checheno pues es parte de Rusia”, desafió.

 

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