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SAN LORENZO NECESITABA GANAR Y TUVO QUE CONFORMARSE CON NO PERDER
No arruga, pero se encoge un poco

Profecía autocumplida: todo Boedo temía que se repitieselo del Clausura ante los jujeños; cuando perdieron, se alejaronde la punta y Miele abrió la boca. Ahora, el verdugo fue Ferro.

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Por Ariel Greco
t.gif (862 bytes)  San Lorenzo jugó el peor partido del campeonato, porque no creó ninguna situación de gol.” La palabra de Oscar Ruggeri al término del encuentro sintetizó a la perfección la producción de su equipo, que le significó igualar 0-0 con el último Ferro y perder la soledad en la punta. Pero lo más preocupante para el entrenador y sus jugadores es que San Lorenzo volvió a desaprovechar una oportunidad inmejorable ante un equipo accesible. Como en el torneo pasado en la semana previa a enfrentar a Boca, el conjunto de Ruggeri volvió a dejar escapar puntos que va a lamentar. Aquella vez fue Gimnasia de Jujuy en el Nuevo Gasómetro, esta vez Ferro en Caballito, pero el desenlace fue similar. “Tal vez digo que no nos va a pasar, pero después no jugamos bien”, advirtió Ruggeri en la semana cuando se le preguntó si el equipo había aprendido la lección del Clausura. También dijo: “Tenemos noventa minutos para ganarlo, no nos tenemos que desesperar”. Lo cierto es que las dos sentencias de Ruggeri influyeron en sus jugadores y se vieron reflejadas en la cancha. De entrada, San Lorenzo salió con la tranquilidad (y la seguridad) de que no necesitaba forzar el desarrollo para conseguir un gol. El mensaje-orden de Ruggeri de no desesperarse se cumplió a rajatabla, pero en exceso. Así la tranquilidad se transformó en apatía y ninguno de los que debía (Romagnoli, Saric, López) se comprometió con el bu08fo02.jpg (14794 bytes)juego.Ausentes los creativos y entregados a la marca los atacantes, la posta la tomó Michelini, pero en otro aspecto, el de la lucha. El problema para los de Boedo es que con esa variante se cumplió una regla de tres simple: el protagonismo en el juego del ex volante de Racing es inversamente proporcional al fútbol que pueda generar el equipo. Por más que cumplió casi sin problemas en su función específica de recuperación, el aporte en la circulación fue nulo. Para colmo, por los costados Martens y Grana les ganaban el duelo a Saric y Adrián González, por lo que los delanteros quedaron aislados.Con todos los caminos cerrados por la falta de ideas de San Lorenzo, Ferro se encontró con un trámite mucho más sencillo de lo que había imaginado. Nunca se vio desbordado, no necesitó refugiarse cerca de Rocha y no lo ganó por la inoperancia del ecuatoriano Asencio y de Alfaro Moreno. Pero en ningún momento dejó que se sintiera en el juego la diferencia de puntos que hay en la tabla.Los hinchas de San Lorenzo percibieron rápido que ésa no iba a ser la tarde esperada. El “vamos/vamos los pibes” ilusionado del comienzo derivó en un murmullo nervioso a medida que transcurrían los minutos hasta un imperativo “esta tarde/cueste lo que cueste...” cerca del final. En la platea volvió a surgir el síndrome Jujuy. “Siempre nos pasa lo mismo. Dejamos puntos en los partidos más fáciles –se quejaba un canoso–. Lo único que falta es que perdamos.” Y estuvo cerca de cumplirse la pesadilla, pero el derechazo colocado de Asencio rebotó en el palo izquierdo de Campagnuolo. Ya resignado a no ganar, el equipo de Ruggeri se conformó con no perder. Hubiese sido un golpe demasiado duro para ir a la Boca, ya que reaparecieron viejos fantasmas. Si bien muchos de los futbolistas que cayeron ante los jujeños ya no están, a San Lorenzo le volvió a ocurrir una situación que el plantel y los hinchas pensaban superada. “No creo que a los jugadores les haya pesado la presión por la victoria de River el viernes”, aseguró Ruggeri. Lo cierto es que la historia se repitió a medias. Esta vez no se nombró en la semana a ningún presidente honorario al que echarle la culpa por las desgracias deportivas. Habrá que ver si en esta semana hay algún presidente que salga a decir que algunos jugadores arrugan.

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Ruggeri contra el pito
Ni bien terminó el partido, Oscar Ruggeri ingresó en la cancha para pedirle explicaciones al árbitro Héctor Baldassi por las expulsiones de Claudio Morel Rodríguez y Ariel López. El técnico y sus colaboradores rodearon a Baldassi y lo increparon hasta que un grupo de jugadores logró calmarlos. Sin embargo, en los vestuarios Ruggeri prefirió bajarle el tono a la discusión. “Nunca hablo de los árbitros y esta vez, tampoco. Fui al centro de la cancha para saludarlo”, respondió el entrenador cuando se lo consultó por el incidente. En cambio, el que se mostró muy molesto con el juez fue el vicepresidente del club, Alberto Carrasco. “Es sospechoso que nos expulsen dos jugadores antes del partido con Boca”, señaló el dirigente. Para el capitán Horacio Ameli, las expulsiones no fueron correctas, pero descartó que tuvieran relación con el próximo partido en la Bombonera. “Estamos molestos porque en el partido hubo muchas faltas como las de las expulsiones. Me sorprendieron por eso, no porque después venga Boca”, dijo Ameli. Baldassi recién logró retirarse del estadio más de una hora después de terminado el partido.

 

San Lorenzo estrenó pilcha pero no está conforme
Por A. G.
San Lorenzo estrenó ayer una nueva camiseta de su propia marca, luego de que los dirigentes decidieran terminar la vinculación con la empresa Luanvi. Aunque todavía no está confirmada la nueva firma proveedora, casi todas las miradas apuntan a la empresa Signia. “Faltan algunos detalles”, le aseguró a Líbero el vicepresidente de San Lorenzo, Alberto Carrasco. Los detalles que faltan surgieron porque todavía no se acordaron los términos de la rescisión del contrato con Luanvi. El enojo de los dirigentes de San Lorenzo para terminar su vinculación con la empresa española comenzó a partir de la entrega de cheques que luego se comprobó que no tenían fondos. Además, el abastecimiento de indumentaria tampoco se cumplía de acuerdo a lo pactado.

 

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