Por Ariel Greco
San Lorenzo
jugó el peor partido del campeonato, porque no creó ninguna situación de gol. La
palabra de Oscar Ruggeri al término del encuentro sintetizó a la perfección la
producción de su equipo, que le significó igualar 0-0 con el último Ferro y perder la
soledad en la punta. Pero lo más preocupante para el entrenador y sus jugadores es que
San Lorenzo volvió a desaprovechar una oportunidad inmejorable ante un equipo accesible.
Como en el torneo pasado en la semana previa a enfrentar a Boca, el conjunto de Ruggeri
volvió a dejar escapar puntos que va a lamentar. Aquella vez fue Gimnasia de Jujuy en el
Nuevo Gasómetro, esta vez Ferro en Caballito, pero el desenlace fue similar. Tal
vez digo que no nos va a pasar, pero después no jugamos bien, advirtió Ruggeri en
la semana cuando se le preguntó si el equipo había aprendido la lección del Clausura.
También dijo: Tenemos noventa minutos para ganarlo, no nos tenemos que
desesperar. Lo cierto es que las dos sentencias de Ruggeri influyeron en sus
jugadores y se vieron reflejadas en la cancha. De entrada, San Lorenzo salió con la
tranquilidad (y la seguridad) de que no necesitaba forzar el desarrollo para conseguir un
gol. El mensaje-orden de Ruggeri de no desesperarse se cumplió a rajatabla, pero en
exceso. Así la tranquilidad se transformó en apatía y ninguno de los que debía
(Romagnoli, Saric, López) se comprometió con el juego.Ausentes los creativos y
entregados a la marca los atacantes, la posta la tomó Michelini, pero en otro aspecto, el
de la lucha. El problema para los de Boedo es que con esa variante se cumplió una regla
de tres simple: el protagonismo en el juego del ex volante de Racing es inversamente
proporcional al fútbol que pueda generar el equipo. Por más que cumplió casi sin
problemas en su función específica de recuperación, el aporte en la circulación fue
nulo. Para colmo, por los costados Martens y Grana les ganaban el duelo a Saric y Adrián
González, por lo que los delanteros quedaron aislados.Con todos los caminos cerrados por
la falta de ideas de San Lorenzo, Ferro se encontró con un trámite mucho más sencillo
de lo que había imaginado. Nunca se vio desbordado, no necesitó refugiarse cerca de
Rocha y no lo ganó por la inoperancia del ecuatoriano Asencio y de Alfaro Moreno. Pero en
ningún momento dejó que se sintiera en el juego la diferencia de puntos que hay en la
tabla.Los hinchas de San Lorenzo percibieron rápido que ésa no iba a ser la tarde
esperada. El vamos/vamos los pibes ilusionado del comienzo derivó en un
murmullo nervioso a medida que transcurrían los minutos hasta un imperativo esta
tarde/cueste lo que cueste... cerca del final. En la platea volvió a surgir el
síndrome Jujuy. Siempre nos pasa lo mismo. Dejamos puntos en los partidos más
fáciles se quejaba un canoso. Lo único que falta es que perdamos. Y
estuvo cerca de cumplirse la pesadilla, pero el derechazo colocado de Asencio rebotó en
el palo izquierdo de Campagnuolo. Ya resignado a no ganar, el equipo de Ruggeri se
conformó con no perder. Hubiese sido un golpe demasiado duro para ir a la Boca, ya que
reaparecieron viejos fantasmas. Si bien muchos de los futbolistas que cayeron ante los
jujeños ya no están, a San Lorenzo le volvió a ocurrir una situación que el plantel y
los hinchas pensaban superada. No creo que a los jugadores les haya pesado la
presión por la victoria de River el viernes, aseguró Ruggeri. Lo cierto es que la
historia se repitió a medias. Esta vez no se nombró en la semana a ningún presidente
honorario al que echarle la culpa por las desgracias deportivas. Habrá que ver si en esta
semana hay algún presidente que salga a decir que algunos jugadores arrugan.
Ruggeri contra el pito
Ni bien terminó el partido, Oscar Ruggeri ingresó en la cancha para pedirle
explicaciones al árbitro Héctor Baldassi por las expulsiones de Claudio Morel Rodríguez
y Ariel López. El técnico y sus colaboradores rodearon a Baldassi y lo increparon hasta
que un grupo de jugadores logró calmarlos. Sin embargo, en los vestuarios Ruggeri
prefirió bajarle el tono a la discusión. Nunca hablo de los árbitros y esta vez,
tampoco. Fui al centro de la cancha para saludarlo, respondió el entrenador cuando
se lo consultó por el incidente. En cambio, el que se mostró muy molesto con el juez fue
el vicepresidente del club, Alberto Carrasco. Es sospechoso que nos expulsen dos
jugadores antes del partido con Boca, señaló el dirigente. Para el capitán
Horacio Ameli, las expulsiones no fueron correctas, pero descartó que tuvieran relación
con el próximo partido en la Bombonera. Estamos molestos porque en el partido hubo
muchas faltas como las de las expulsiones. Me sorprendieron por eso, no porque después
venga Boca, dijo Ameli. Baldassi recién logró retirarse del estadio más de una
hora después de terminado el partido. |
San Lorenzo estrenó pilcha pero no está
conforme
Por A. G.
San Lorenzo estrenó ayer una nueva camiseta de su propia marca, luego de que los
dirigentes decidieran terminar la vinculación con la empresa Luanvi. Aunque todavía no
está confirmada la nueva firma proveedora, casi todas las miradas apuntan a la empresa
Signia. Faltan algunos detalles, le aseguró a Líbero el vicepresidente de
San Lorenzo, Alberto Carrasco. Los detalles que faltan surgieron porque todavía no se
acordaron los términos de la rescisión del contrato con Luanvi. El enojo de los
dirigentes de San Lorenzo para terminar su vinculación con la empresa española comenzó
a partir de la entrega de cheques que luego se comprobó que no tenían fondos. Además,
el abastecimiento de indumentaria tampoco se cumplía de acuerdo a lo pactado. |
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