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Un duro entre los duros. Inflexible como pocos. Así volvió a mostrarse Luis Abelardo Patti ayer, un día después de que Carlos Menem lo llevara a Anillaco con un único y conocido fin: convencerlo de que desista de su candidatura a gobernador bonaerense para favorecer así las chances del postulante del PJ, Carlos Ruckauf. Yo no me bajo. Le he planteado al Presidente el porqué de mi postura. Si la propuesta hubiese sido antes de la cancha de Platense (acto de lanzamiento de su campaña) lo hubiese meditado; pero luego de Platense no es lógico que si yo le dije algo a la gente, luego la defraude. En el duhaldismo desconfían de la gestión presidencial y aseguran que el encuentro blanquea quién es el padrino de la postulación del intendente de Escobar. Patti viajó el sábado a Anillaco y mantuvo un encuentro con Menem; el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan; y el ministro del Interior, Carlos Corach. Ayer, el propio Menem dijo que existen pocas posibilidades de que se llegue a un final favorable al PJ, e inclusive el propio intendente de Escobar ratificó su candidatura y aseguró que no llevará boleta presidencial. Menem confirmó que junto a Kohan y Corach estuvieron en el refugio que posee en las sierras que rodean a Anillaco, su pueblo natal, con el candidato a gobernador del partido Unidad Bonaerense. Hablamos de política, de cómo marchan las elecciones y de cómo está posicionado él; no vamos a tapar el cielo con un arnero. Hablamos de política, y le sugerí, honestamente lo digo, que acompañe al justicialismo, y, después de una serie de razonamientos, me dijo que era difícil, pero que lo iba a seguir pensando, explicó el jefe de Estado. En anteriores oportunidades y, luego de contactarse con operadores del duhaldismo y del gobierno, Patti dijo que no iba a dejar su candidatura, ni aunque me lo pida Menem. Con esta frase, Patti dejó en claro que, ante el crecimiento que registra en las encuestas, está dispuesto a llegar hasta el 24 de octubre enfrentando a Ruckauf y a la aliancista Graciela Fernández Meijide. Pero, de paso, al viajar a Anillaco puso en evidencia el padrinazgo de la Casa Rosada a su postulación, situación que saca de quicio a Duhalde y a Ruckauf. Cada vez que desde La Plata u Olivos le pidieron que abandonara su candidatura, Patti disfrutó el rol de figurita difícil, y se dio el gusto de desafiar al propio Duhalde cuando éste amenazó con comisionar al congreso del PJ bonaerense para que expulse a los dirigentes que vayan en listas de otro partido. A eso se le sumó su crecimiento en las encuestas, que le permitió en algunas oportunidades descalificar al vicepresidente como postulante peronista para suceder a Eduardo Duhalde. Y ayer repitió esa chicana: En la provincia de Buenos Aires nosotros representamos al peronismo y Ruckauf, al justicialismo. Los últimos intentos para que Patti deje su candidatura estuvieron a cargo de Menem y de miembros del gabinete luego de que el propio Duhalde le pidiera al jefe de Estado que tomara cartas en el asunto. El problema de Patti lo tiene que resolver su padrino político, repiten en el duhaldismo. Patti también parece haber sepultado la última posibilidad del PJ de sumar el porcentaje que el ex subcomisario alcance en las elecciones del 24 de octubre al que logre Eduardo Duhalde. En pocas palabras, Patti ratificó que no llevará ninguna boleta presidencial. No llevamos candidato a presidente, los dejamos liberados (a sus votantes) para que decidan a quién van a votar, afirmó el postulante de Unidad Bonaerense.
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