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Un desfile de capa caída en Chile

Por primera vez en 26 años, los militares conmemoraron ayer el Día de las Glorias del Ejército sin la presencia de Pinochet.

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Los pinochetistas protestaron, siempre con el retrato de su "Tata".


t.gif (862 bytes)  El lema del Ejército chileno es "siempre vencedor, jamás vencido". La frase solía tronar todos los 19 de septiembre, Día de las Glorias del Ejército, durante el desfile tradicional en el Parque Bernardo O'Higgins. Pero ayer, más allá del despliegue de 10.000 efectivos de las tres Fuerzas Armadas más los Carabineros en "la parada", los militares conocieron algo de esa sensación de "ser vencido". Por primera vez en veintiséis años, el desfile no fue presidido por Augusto Pinochet. Ahora, el desfile que muchos militares entrevén es por los tribunales: la semana pasada fueron detenidos dos ex jefes de la CNI (Central Nacional de Inteligencia, policía secreta de la dictadura) y veinte uniformados podrían correr la misma suerte por diversos procesos judiciales. Los pinochetistas protestaron durante la fecha simbólica: silbaron al presidente Eduardo Frei, hicieron llamados golpistas y quemaron un muñeco del juez español Baltasar Garzón, responsable de las desgracias de su "Tata".

El canciller chileno Juan Gabriel Valdés llegará hoy a Nueva York para participar en la Asamblea Anual de las Naciones Unidas. Fuentes de la Cancillería informaron que Valdés "posiblemente" se reúna con su colega británico, Robin Cook, para discutir la "salida humanitaria" para Pinochet, próximo a cumplir un año detenido en Londres. Valdés también tendrá oportunidad de ver a su par español Abel Matutes, luego de que la semana pasada el gobierno chileno decidiera el llamado a consultas de su embajador en Madrid. El gobierno español había rechazado el arbitraje internacional propuesto por Chile.

"Las relaciones con España son malas, pero si Matutes tiene algo que decirme, naturalmente estaré encantado de escucharlo", declaró ayer Valdés con tono de despecho. El canciller reafirmó la decisión de su gobierno de presentar el caso Pinochet al Tribunal Internacional de La Haya aunque admitió que se podía perder. Su colega, el jefe de la diplomacia española, fue más diplomático: señaló que el recurso chileno es "la única solución" a un conflicto internacional como éste y que, además, su resultado sentará doctrina sobre las restantes demandas de extradición presentadas contra Pinochet por otros países, como Francia y Suiza.

 

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