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ENTREVISTA A PEDRO AYRES MAGALLANES, EL LIDER DEL GRUPO MADREDEUS

"Creo que hacemos poesía, aunque cantada"

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Los portugueses, que debutan hoy en Argentina, son un grupo de culto desde que Wim Wenders los invitó a musicalizar y actuar Lisbon Story.


Por Martín Pérez
t.gif (862 bytes)  Encerrado en su cuarto de hotel y pegado al teléfono. Así es como Pedro Ayres Magallanes pasa sus días durante las giras. Pero, pese a que el sentimiento que predomina en su música es la saudade, su vocación por los encierros y las comunicaciones durante los viajes no significa que el guitarrista extrañe su patria. Nada de eso. De hecho, viajar --confiesa-- es el mejor aliciente para su trabajo. Si Magallanes se encierra y se pone al teléfono en los momentos libres que le deja su música, es porque --como líder del mágico grupo portugués Madredeus-- se dedica a hablar de ella con todo el mundo. Fundado casi de casualidad hace unos doce años, y devenido en grupo de culto en todo el mundo luego de que Wim Wenders los invitó a musicalizar y protagonizar su film Lisbon Story, el grupo encabezado por la guitarra de Pedro Ayres Magallanes y la excelsa voz Teresa Salgueiro es invitado permanente en los teatros más importantes de toda Europa y pasión de multitudes en Brasil, México o Japón.

"Argentina es un país que nunca pasó desapercibido durante nuestros viajes a Brasil y México, y siempre confiamos en que alguna vez tocaríamos acá", explica Magallanes a Página/12 en una de las pausas que le deja su cargada agenda de entrevistas y ensayos. "Ya llevamos realizados unos sesenta conciertos en lo que va del año", cuenta. "Antes de venir a la Argentina tocamos en Italia, Bélgica, España, México y Brasil. Y después de este show volvemos a Brasil para continuar nuestra gira" enumera Magallanes, tratando de justificar su ajustada agenda. Y dando, al mismo tiempo, una apropiada medida del lugar que ocupa la música de Madredeus en el mundo de la música popular contemporánea.

--¿Cómo clasificaría la música de Madredeus?

--Yo definiría a Madredeus como un tipo de vanguardia musical, porque lo que presentamos en nuestro show es un espectáculo de poesía, aunque cantada. En el sentido formal, de hecho, nuestro grupo se proyectó como una escuela, en que sus integrantes aprendieron a tocar y a componer. Y la evolución de esa escuela está registrada en nuestra producción discográfica. Pero en realidad, me gusta definir al grupo con una broma: como en términos musicales nosotros no hacemos estrictamente música clásica ni popular ni rock ni de baile, ninguno de los estilos dominantes de nuestro tiempo, me gusta decir que lo que hacemos es apenas una fantasía musical de raíz portuguesa.

--¿Cómo nació la idea del grupo?

--Nació de las ganas de hacer una música muy diferente a la que hacíamos entonces, como parte de grupos de la escena rockera de Lisboa. En un comienzo éramos apenas Rodrigo Leao y yo, tocando nuestras guitarras españolas en una sala de ensayo vacía. Después se sumó el resto de los músicos, y por último la voz de Teresa Salgueiro, a quien descubrimos cantando fado en un bar del Barrio Alto de Lisboa.

--Cuando se habla de Madredeus, siempre se menciona a Teresa Salgueiro como una auténtica diva de la canción portuguesa. ¿Ya era así cuando la conocieron?

--Teresa se nos reveló desde el comienzo como una joven muy dotada, con una voz que era un instrumento bellísimo. Y con una sensibilidad y una disponibilidad para la música que la hizo aceptar esta invitación para participar de la creación de un grupo de repertorio propio. Durante todos estos años hemos trabajado juntos, y ella ha perfeccionado su canto a medida que el grupo se perfeccionaba. A mí me gusta verla como una actriz de una compañía de teatro, y es desde ese centro del escenario que ella adquiere un protagonismo que encandila a todos los presentes.

--¿Qué tan importante fue para Madredeus el encuentro con Wim Wenders?

--Que un director como Wenders nos haya convocado para su trabajo fue algo muy importante en términos de prestigio para la banda. Por entonces Madredeus ya tenía algún tipo de notoriedad en Europa, pero el vínculo con Wenders terminó de elevar al grupo a otro nivel. En lo personal, considero fundamental a la relación con Wenders porque significó la creación de un objeto fílmico que me gusta mucho, que es Lisbon Story.

--Para crear Madredeus, usted dejó de lado una carrera como músico de rock... ¿Extraña algo de ese mundo?

--No mucho. Porque en realidad, bien en el fondo, Madredeus es una banda de rock acústica. Con ella llevamos la vida que siempre pensamos que se correspondía con una banda de rock: viajamos, hacemos grandes conciertos para multitudes de personas que se emocionan.. de eso se trata la tradición rockera. Y en términos de creatividad, libertad compositiva y formato de mensaje, se puede decir que nos encolumnamos también detrás de los valores creativos y juveniles del rock. Aunque me parece que no sólo hay que pensar en estilos musicales, sino también en clases de reacciones ante esos estilos. Es así como la invitación de la música rock es a la danza y la expansividad, mientras que la reacción del público ante la música de Madredeus es el silencio. Pero ésa es la misma reacción del público ante los momentos más contemplativos y experimentales de la música Pink Floyd o de Santana, por ejemplo, con quienes me gusta pensar que tenemos mucho que ver.

--Usted ha dicho recién que el grupo se ha formado como una escuela en la que sus integrantes han ido aprendiendo disco a disco. Tres años atrás Madredeus tuvo una crisis, que culminó con la salida de tres de sus miembros originales... ¿Eso significa que el aprendizaje terminó y que ahora usted y sus músicos saben perfectamente lo que están haciendo?

--No, nada de eso (se ríe). Sucede que la construcción de un grupo es un proyecto muy subjetivo. Y lo de la escuela no es algo teórico, sino que era verdad. Madredeus era en verdad una escuela en la que yo era el más viejo y por lo tanto el director del proyecto. Un director que trabajaba con músicos más jóvenes, que tal vez no habían pensado antes lo que significaba hacer una música de manera social. Con el correr del tiempo, este proyecto comenzó a interesar a otra clase de músicos, más familiarizados con el lenguaje musical, que se fueron integrando a la banda. Esto continuó hasta llegar al punto que hoy Madredeus es más un grupo de profesores del que yo soy el alumno.

 

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