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Ayer por la mañana Eduardo Duhalde le tomó juramento a Carlos Soria, su nuevo ministro de Justicia y Seguridad. Soria es el segundo en asumir el cargo en menos de cuarenta días: reemplazará al renunciante Osvaldo Lorenzo, quien debió renunciar después de que los grupos de elite de la policía bonaerense masacraran a tiros a dos rehenes en Villa Ramallo. El flamante funcionario reconoció que su tarea no será sencilla; dijo que no hubiera actuado del mismo modo en que lo hizo su antecesor en el asalto al Banco Nación; que la maldita policía ya no existe, aunque queden resabios de ella; y que el accionar desordenado y exorbitante que vimos en Ramallo responde más a la filosofía de (Luis) Patti que a la que yo imprimiré en mi gestión. León Arslanian, quien inauguró la cartera e inició una profunda reforma en la policía de la provincia, estuvo presente en la ceremonia y avaló la designación. Soria agregó de inmediato: Yo sé que para algunos sectores perjudicados por la violencia el discurso de Patti es cautivante, pero no es lo que reclama el conjunto de la sociedad bonaerense. La contradicción entre la mano dura y el legalismo lo atrapó apenas minutos después de asumir. Y pareció tomar conciencia del incómodo cargo al que acababa de prestar juramento: No sé si será la cartera más difícil, pero sí la más mirada, porque este es el problema que más afecta al país. Dijo. También reconoció: La situación es hoy más difícil que hace 45 días, los tiempos se acortaron y la gente reclama respuestas rápidas. Y convocó a la gente y a la oposición política a acompañar su gestión, a la que se comprometió a ponerle el pecho. Una metáfora audaz, si se tiene en cuenta que deberá tratar con la misma policía que actuó en Villa Ramallo y acribilló a delincuentes y rehenes. El nombre de Soria para ocupar el cargo del renunciante Lorenzo se confirmó el lunes por la tarde en una barriada pobre de Quilmes. Eduardo Duhalde, acompañado por su esposa Hilda Chiche González y el sacerdote Luis Farinello que tiene su iglesia en la zona, caminaba junto el diputado Eduardo Camaño, su operador político más importante en la Cámara baja. Necesitamos a alguien que tenga firmeza para manejar la policía, con prestigio y buena relación con la oposición, enumeró Duhalde entre las condiciones que requería el sucesor. Y ya tengo un nombre: Soria, le dijo el gobernador, quien le pidió a Camaño que también había sugerido su nombre que hablara con el jefe del PJ en Diputados, Humberto Roggero, para que apoye la designación y evalúe la disposición de Soria para aceptar el cargo. Soria apenas demoró unas pocas horas para dar el sí. Diputado nacional, ocupaba hasta ahora la Presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja. Después de la ceremonia de asunción en el Salón Francés del la Casa de Gobierno bonaerense, el flamante ministro aseguró que él no hubiese actuado como su antecesor, Osvaldo Lorenzo, en el copamiento del Banco Nación de Ramallo. Al notar la presencia del funcionario saliente entre el auditorio, agregó con tono diplomático: No puedo afirmar que se haya equivocado, porque no estaba en esos momentos junto a él para señalar o intercambiar opiniones. Respecto de la tragedia que dejó un saldo de dos rehenes muertos por las balas de la policía, Soria opinó que lo ocurrido se debió a algunos incompetentes que habrá que analizar por qué estaban en ese lugar. Y diagnosticó: Hubo una serie de equivocaciones y errores, el daño está hecho y ahora hay que tratar de encontrar a los culpables.La maldita policía no existe más desde el inicio de la reforma en la seguridad, enfatizó Soria, quien de todos modos señaló que en caso de que quede algún bolsón de algún funcionario equivocado, trataremos de sacarlo, para que no ensucie una tarea que es muy importante. Y agregó: Seguramente debe haber muchos de la vieja escuela policial del autoritarismo de la corrupción, que no deben estar de acuerdo y se sentirán mortificados con esta reforma. Soria se comprometió a seguir adelante con la reforma iniciada por quien inauguró el Ministerio deSeguridad y Justicia, León Arslanian, mientras recibía los mensajes de la oposición, en los que le deseaban buena suerte en su gestión.
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