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 Después de
que en 1996 Cuba derribara dos avionetas civiles que sobrevolaban la costa en busca de
balseros, Bill Clinton consideró la posibilidad de bombardear la isla. Richard Nuccio,
que entonces dirigía la política de Estados Unidos hacia La Habana, detalló ayer al
diario Nuevo Heraldo de Miami la reunión en la que, por media hora, la operación militar
tomó forma. Según el ex funcionario, Clinton habría descartado la ofensiva cuando el
Departamento de Defensa explicó que la cantidad de bajas civiles cubanas provocadas
podrían desatar una represalia de Cuba contra la base naval de Guantánamo. Hoy no
existen condiciones para un enfrentamiento militar norteamericano-cubano. Pero dos días
después del 24 de febrero de 1996, el encontronazo estuvo cerca. “Yo estuve presente
en un momento en que nos aproximamos bastante”, declaró con cierto orgullo Richard
Nuccio cuando, en un seminario en Nueva York, el público le preguntó sobre el estado de
las relaciones entre los dos países. Horas antes de que Cuba abatiera las avionetas de
Hermanos al Rescate, Nuccio advirtió sobre la posibilidad de que el incidente se
produjera. Después del ataque, calificó la acción de Cuba de “salvaje e
ilegal”, tildó a Hermanos al Rescate de irresponsables, y señaló la falla de su
gobierno por no haber impedido el vuelo. Ayer, relató al Nuevo Heraldo cómo fueron los
30 minutos durante los cuales Clinton quiso tomar represalias contra la acción de
Cuba.Sus principales asesores militares y de política exterior le expusieron cómo sería
el ataque aéreo a la pista militar cubana, desde donde partían los aviones Mig
utilizados en las operaciones contra avionetas civiles norteamericanas. Minutos después
del inicio de la exposición, Clinton llamó al entonces presidente del Estado Mayor
Conjunto, el general John Shalikashvili, para que diera más precisiones. Shalikashvili
aseguró que la destrucción de los Migs mediante un ataque aéreo era una misión
imposible. La única forma era bombardear las instalaciones de “mando y control”
establecidas por Cuba para defender la base aérea de San Antonio de los Baños. Pero la
cercanía de las estaciones a zonas civiles densamente pobladas provocaría demasiadas
bajas, y Cuba podría responder atacando Guantánamo, advirtió el alto funcionario
militar. “No sé si el presidente estuvo tanto tiempo discutiendo las opciones
militares porque se sintió tentado a usarlas, o porque quería que vieran que él es
fuerte y que entiende la materia, o si sólo quería que Shalikashvili les explicara a los
que dudaban de que era una idea tonta”, remató Richard Nuccio.
LA INTERNA OPOSITORA EN MEXICO
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